(EFE).- El rapero Sean ‘Diddy’ Combs se declaró este martes no culpable de los tres cargos de crimen organizado, tráfico sexual y trata de personas que le fueron imputados hoy en un tribunal federal de Nueva York.
Combs, que entró a la corte vistiendo una camiseta negra y unos pantalones deportivos y con las manos sin esposar a la espalda, escuchó con el rostro serio a la jueza mientras esta leía los cargos y, al preguntarle si se declaraba culpable, respondió sin titubear: «No», según detallan los medios locales.
La fiscalía pide que Combs permanezca en la cárcel hasta la celebración del juicio, mientras que los abogados del rapero proponen que las medidas se limite al arresto domiciliario y el pago de una fianza de 50 millones de dólares.
La policía halló armas, lubricante y botellas en las casas de Diddy en Los Ángeles y Miami
El fiscal general del distrito sur de Nueva York, Damian Williams, informó este martes en una rueda de prensa que la policía encontró armas de fuego y munición, múltiples cajas de lubricantes y más de mil botellas en las casas del rapero Sean ‘Diddy’ Combs en Los Ángeles y Miami.
Las autoridades allanaron el pasado marzo ambas residencias como parte de una investigación federal contra el músico, pero no se conocían más detalles al respecto hasta hoy, cuando Diddy fue imputado por tráfico sexual, trata de personas y conspiración de crimen organizado en un tribunal federal de la Gran Manzana.
Entre las armas encontradas en sus lujosas residencias estaban tres rifles AR-15, de los cuales dos fueron hallados rotos en el armario de su dormitorio en Miami junto con cargadores llenos de munición.
Además, también se encontraron dispositivos electrónicos que contenían imágenes y videos de los encuentros forzados por Diddy entre mujeres y trabajadores sexuales masculinos -llamados por el rapero ‘freak offs’- en los que normalmente se usaban drogas como la ketamina, éxtasis o GHB y que podían durar varios días.
Según el fiscal, Diddy utilizó a sus socios, empleados y otras personas, entre las que se encontraban supervisores, asistentes personales y personal de seguridad, para «ayudar a ocultar sus abusos».
Estas personas reservaban las habitaciones de hotel y las llenaban de suministros como drogas, aceite para bebés, lubricante o ropa de cama adicional, y, posteriormente, las limpiaban.