Daniel Gómez (ALN).- “Brasil está de vuelta. Somos un país más próspero y más abierto”, aseguró el presidente Michel Temer este miércoles en el Foro Económico Mundial que se celebra en Davos, Suiza.
Michel Temer, presidente de Brasil, intervino este miércoles en el Foro Económico Mundial que se celebra en el Monte Davos, Suiza. Participó, y no de cualquier manera. Lo hizo con un discurso en el salón principal. Media hora de intervención en la que destacó la gran hazaña de su gobierno: pasar de la peor recesión en la historia de Brasil a una etapa de buenas perspectivas económicas en tan sólo un año y ocho meses.
“En este corto periodo hemos cambiado la cara de Brasil. Hemos modernizado el estado del empleo, la administración de las empresas públicas. Tal es así que nuestra agenda de reformas ha sido reconocida como la más amplia y profunda jamás aplicada en el país”, dijo Temer.
Por el momento, los datos están con el presidente. El ritmo de expansión de Brasil será de 1,9% en 2018, según la última revisión del Fondo Monetario Internacional. Luego está la inflación. Antes en doble dígito y ya por debajo del 3%.
A estos indicadores se suman otros que reseñó el mandatario. “Las empresas públicas pasaron de sufrir pérdidas millonarias a disfrutar de beneficios. Además, y sólo contando hasta noviembre, en 2017 la inversión directa neta alcanzó los 74.000 millones de dólares. Con ello, el riego del país ha ido decayendo hasta alcanzar los 200 puntos básicos”.
Las cinco claves del cambio
Brasil, que en marzo acogerá el Foro Económico Mundial en Latinoamérica, fue recibido en Davos como un ejemplo. Como un país que se ha modernizado, que ha cambiado de piel y que por fin mira al mundo con una filosofía más abierta. Para Temer, esta transformación se define con cinco palabras, cinco claves que han acompañado el paquete de reformas más amplio y profundo que jamás se ha aplicado en Brasil.
1.- Responsabilidad
“Hemos hecho frente a la crisis desde el primer día. Desde los inicios rechazamos los atajos falsos populistas. El populismo nos había dejado un legado de crisis legal y tributaria grave”, apuntó el presidente.
Por eso, en estos casi dos años la prioridad del Ejecutivo ha sido combatir el elevado déficit público. Para ello aprobaron la enmienda constitucional que regula el gasto estatal durante los próximos 20 años.
“No es una responsabilidad sólo tributaria. También fiscal. La responsabilidad social no son más que buenas palabras. Sólo cuando las cuentas públicas están saneadas puede existir crecimiento y empleo. Sólo así puede haber sitio para las reformas sociales, vitales para nuestro país, marcado por la desigualdad”.
2.- Diálogo
Con respecto a este punto, Temer fue breve: “Las relaciones entre los poderes, un tanto revueltas, fueron restauradas. Gracias a ello el Poder Legislativo es uno de los protagonistas para reconstruir Brasil. Tenemos que tener la capacidad de unir esfuerzos. Así lo hemos conseguido en lo que va de gobierno”.
3.- Eficacia
Los indicadores lo demuestran. Brasil salió de la crisis. Rápido y en consenso. “Se han aprobado reformas cruciales. Un ejemplo es la más reciente reforma laboral. Protege a los trabajadores y garantiza certidumbre jurídica a los empleadores”, dijo.
Pero no es la única. El nuevo modelo educativo refuerza la secundaria y “permite a los estudiantes seguir su vocación”. También está la nueva gestión de la administración pública, desburocratizada para facilitar los trámites. “El tiempo de un emprendedor es demasiado valioso para que pase tiempo en las taquillas y mostradores”, señaló.
4.- Racionalidad
Brasil es uno de los mercados preferidos para los inversores. Es la economía más grande de Latinoamérica. Una ventaja que hasta ahora no han podido explotar como hubieran querido debido al ensimismamiento que ha caracterizado al país. Pero para Temer, algo ha cambiado en estos casi dos años.
“Los inversores encuentran en Brasil un marco jurídico incorporado en las realidades del mercado. Hemos adoptado un modelo realista de concesiones. Hemos aprobado y adjudicado 60 proyectos privados. 75 licitaremos en 2018. Hemos reforzado la autonomía de las agencias de reglamentación para que actúen de manera técnica e independiente. Ahora tenemos unos objetivos para el sector petrolero del gas”, apuntó.
5.- Apertura
Es la clave de todo lo anterior. De ello se enorgullece el presidente. “Si nos cerramos, bloqueamos el conocimiento de nuevas posibilidades, de soluciones eficaces. Mi gobierno ha hecho lo posible para integrar a Brasil en la economía mundial”.
Y en este punto no podía quedar fuera el Mercado Común del Sur (Mercosur), esa institución comercial que Brasil conforma junto a sus vecinos de Argentina, Paraguay y Uruguay y que en 2017 ha cobrado un nuevo estímulo.
Sobre esto apuntó: “Hemos firmado un nuevo acuerdo de inversión. Un acuerdo sobre las administraciones públicas. También hemos establecido relaciones estrechas con países mediante la Alianza del Pacífico, con Canadá, Corea del Sur y Singapur. Por fin tenemos una perspectiva realista para concretar el acuerdo de Mercosur con la Unión Europea”.
¿Las elecciones amenazan las reformas?
Responsabilidad, diálogo, eficacia, racionalidad, diálogo y apertura son las cinco claves con las que el Ejecutivo de Temer diseñó “el nuevo Brasil”. Y si hasta ese momento el tono del presidente fue amable, incluso orgulloso, se tornó rudo al instante de hablar de las elecciones.
“Les digo desde aquí que vamos a completar nuestra agenda. Los votantes que irán a las urnas en octubre ya saben que la agenda de reformas ha permitido el crecimiento y el empleo. Y que también las políticas sociales puedan ser luego una realidad. Estamos promoviendo el espacio para cambiar”, sentenció.
Casi en paralelo al espaldarazo de Temer, en Brasil la cosa está que arde. Y es que este miércoles el exmandatario Luiz Inácio Lula Da Silva se enfrenta a una prueba de fuego. El tribunal de apelaciones decidirá si ratifica su condena por corrupción. De ser así, quedaría truncada su proyección electoral.
Lula Da Silva, de signo socialista, se postula como candidato para las presidenciales del 7 de octubre. Es un líder muy querido entre los brasileños y su candidatura supondría una amenaza para el Brasil que está diseñando Temer.
Mientras tanto, el actual gobierno sigue en lo suyo. Lo siguiente es impulsar una nueva reforma que modifique el sistema impositivo en lo que queda de legislatura.