Redacción (ALN).- Venezuela tiene la tasa más baja de participación laboral femenina en América Latina y el Caribe, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Mientras en la región el promedio de mujeres empleadas es de 43%, en Venezuela es de 37 %.
«En la parte formal, se ve que hay muchas mujeres que se gradúan y entran en la fuerza laboral, pero a medida que ascienden se van desvisibilizando. Al desvisibilizarse entran muchos factores: la maternidad, decisión de conciliación familiar o personal», explica Alesia Rodríguez, directora de Inclusion Consulting Group.
En el país, las mujeres ganan 21,79 % menos que los hombres, según el BID.
«¿Qué puede pasar? Que salarialmente el mismo cargo tenga el mismo pago, pero, al final del año, entran factores de compensación, de bonos, de evaluaciones de desempeño y varios factores de las políticas de las empresas y de prejuicios o sesgos ocultos que pueden hacer trato desigual», señala Rodrìguez.
A esto también se añade que las mujeres tienen mayor responsabilidad en las labores domésticas y – por tanto – deben ausentarse del empleo con más frecuencia o trabajar menos horas.
El confinamiento, producto del coronavirus, y la crisis económica acentuaron la brecha.
«No ha habido avances, pero sí ha habido atraso significativo en lo que habíamos logrado. O sea, que la pandemia retrocedió a etapas ya superadas», alerta la economista Adicea Castillo, fundadora del Centro de Estudios de la Mujer.
«No consiguen necesariamente los puestos, no necesariamente tienen las capacidades actualizadas, y cuando dejan de trabajar y se reinsertan a nuevamente, o no les pagan lo suficiente, o no están en capacidad de poder cubrir las oportunidades que les dan», añade Rodríguez.
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