(EFE).- Tras una semana de las nuevas políticas migratorias de Estados Unidos para cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos, crece la desesperación en la frontera norte de México y las críticas al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, por su complicidad.
Migrantes de estos países consultados por EFE en Tijuana coincidieron en que ha sido complicado entender qué va a pasar con ellos o cómo acceder al nuevo programa con el que Estados Unidos promete acoger a 30.000 personas de estas naciones al mes, pero deportará de inmediato a México al resto.
Los extranjeros argumentaron que no son claras las políticas y protocolos que tienen que seguir para ver si sus casos son viables.
Migrantes en albergues, como Romina, originaria de Venezuela y madre de dos niños, denunciaron confusión, «pues son muchas las cosas que se dicen aquí, pero no han informado qué hay que hacer».
«La misma gente comenta cosas, que hay que meterse al internet, que hay que regresar a nuestro país y desde allá solicitar el asilo, pero la verdad es que en la condición en que estamos no le he movido y quisiera mejor informarme bien porque ando con mis dos niños», relató.
Organizaciones civiles dan información sobre las nuevas políticas
Entre las barreras y la incertidumbre, organizaciones como Al Otro Lado realizan jornadas informativas con la comunidad haitiana.
«Les estamos explicando principalmente sobre la aplicación CBPONE, en la que tienen que solicitar una cita, las cuales serán limitadas a siete por semana, sabemos que no está en creole y otros grupos también les están traduciendo las versiones de inglés y español para que los haitianos puedan aplicar», dijo la activista.
Ramos explicó que todas las personas en la frontera pueden solicitar su cita, pero «esto no garantiza que van a recibir el asilo».
En otras regiones de la frontera, en los estados del noreste mexicano, Médicos Sin Fronteras (MSF) atiende a cerca de 18.000 migrantes que están «a la deriva» por las políticas migratorias, que consideran «inhumanas» tanto de Estados Unidos como México.
Entre críticas y deportaciones
La región vive un flujo migratorio récord, como refleja la detención de 2,76 millones de indocumentados en la frontera de Estados Unidos con México en el año fiscal 2022.
La polémica sobre el rol de México arreció esta semana después de la Cumbre de Líderes de América del Norte, en la capital mexicana, donde el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, agradeció a López Obrador por acceder a recibir a los migrantes deportados por EE.UU.
Un día después de la cumbre, decenas de migrantes, en su mayoría de origen venezolano, nicaragüense y cubano, fueron detenidos por elementos de la Patrulla Fronteriza en El Paso, Texas, y trasladados a la mexicana Ciudad Juárez.
Elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) de México los llevaron al albergue «Leona Vicario», en el norte de Juárez.
Según reportes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés), tan solo en noviembre se registraron más de 53.000 detenciones en el sector de El Paso.
Además, autoridades de Ciudad Juárez reportaron 20.000 migrantes en diciembre, una situación que pone en jaque a la urbe, donde los albergues se encuentran rebasados en su capacidad.