Daniel Gómez (ALN).- Carlos Ernesto González de la Lastra, presidente de la consultora Panama Maritime Advisors, dice al diario ALnavío que el tercer juego de esclusas que inauguró Sacyr en el verano de 2016 fue “como hacer un canal nuevo”. También se refiere a los pleitos derivados por sobrecostos y retrasos que afectaron el prestigio de la constructora: “Toda gran obra presenta dificultades. Siempre hay temas que corregir en el camino”.
El tercer juego de esclusas del Canal de Panamá fue “como hacer un canal nuevo”, dice al diario ALnavío Carlos Ernesto González de la Lastra, presidente de la consultora Panama Maritime Advisors. El consorcio que ejecutó la construcción, entregada en junio de 2016, estuvo liderado por la constructora española Sacyr. La obra se convirtió en uno de los proyectos de ingeniería más destacados del mundo. Y es que por el nuevo Canal han pasado buques de hasta 14.800 contenedores, que son equivalentes a ocho Estatuas de la Libertad consecutivas.
El empresario panameño dice que la construcción de Sacyr fue “del más alto nivel”, tanto en cuestiones tecnológicas como en métodos de seguridad. Resalta este último aspecto porque aunque Panamá no está en una zona sísmica de gran actividad, “la posibilidad de temblores siempre puede comprometer la infraestructura”.
“La posibilidad de abrir el canal interoceánico de Nicaragua no es real”
González de la Lastra también se refirió a los pleitos derivados de la construcción del tercer juego de esclusas. “Toda gran obra presenta dificultades. Siempre hay temas que corregir en el camino”. Lo dice en alusión a las reclamaciones efectuadas por el consorcio que lidera Sacyr, que ha exigido a las autoridades panameñas hasta 5.673 millones de dólares (5.386 millones de euros) por sobrecostos y retrasos.
Las obras para la construcción del tercer juego de esclusas fueron adjudicadas en 2009 por 2.960 millones de euros (3.118 millones de dólares). El consorcio, en especial Sacyr, esperaba grandes réditos, sobre todo en materia de prestigio. Las desavenencias entre las partes, los retrasos y los sobrecostos han puesto en debate este objetivo. No así para una de las voces más autorizadas del Canal: “La calidad de la construcción de la empresa española se puede considerar como la de más alto nivel”, sentencia González de la Lastra.
La competencia en Nicaragua
El empresario también opinó sobre el proyecto que busca competir con el Canal de Panamá. En 2013, el gobierno de Daniel Ortega confió a la constructora china Hong Kong Nicaragua Canal Development (HKND Group) el reto de construir un canal interoceánico a través de Nicaragua de 270 kilómetros de longitud. Un futuro centro logístico que pondría a la sombra el de Panamá, de 77 kilómetros.
“Nunca nos preocupó ese sueño. Todo indica que la posibilidad de abrirlo no es real. Se ubica en una zona inminentemente sísmica, tiene un costo que se calcula sobre los 80.000 millones de dólares (68.081 millones de euros) y nuestro tercer juego de esclusas superó los 5.000 millones. Jamás puede ser rentable porque no hay suficientes buques en el mar para lograr que ese canal sobreviva”, concluye González de la Lastra.