Daniel Gómez (ALN).- El líder opositor venezolano Leopoldo López no nombró ni una sola vez el fin de la usurpación en su primer discurso en libertad. Ahora la ruta es celebrar elecciones presidenciales libres y verificables, conseguir que los violadores de derechos humanos se enfrenten a la justicia internacional, y garantizar que entre a Venezuela ayuda humanitaria y económica. López también aclaró que el enemigo es Nicolás Maduro y no su entorno.
“Para poder salir de la dictadura, me voy a dedicar a tres cosas”, dijo el líder opositor venezolano Leopoldo López este martes en Madrid, en su primera conferencia pública luego de siete años privado de libertad. Tres cosas, tres acciones, tres puntos, que marcan la nueva hoja de ruta de la oposición.
Primero. “Impulsar que en Venezuela se pueda materializar una elección presidencial libre, justa y verificable”.
Segundo. “Hacer lo que corresponda para que los responsables por las violaciones de derechos humanos, de las torturas, de los asesinatos que han ocurrido en nuestro país puedan ser sometidos a la justicia internacional. Ahí están los informes que dejaron muy claro quiénes son los responsables. Ahora nos toca llevar esos delitos a las instancias que corresponden, en particular a la Corte Penal Internacional”.
Tercero. “Buscar todos los mecanismos para aliviar el sufrimiento de nuestro pueblo. Para garantizar la ayuda humanitaria y la ayuda económica para una de las crisis más profundas que ha tenido el continente americano, y una de las crisis más profundas desde el punto de vista social y humanitario que se están viviendo en el planeta entero”.
¿Qué pasa con el fin de la usurpación?
Llama la atención que, en todo el discurso de Leopoldo López, de casi media hora, no mencionó el fin de usurpación.
Este fue el mantra que repitió y repitió el jefe de la Asamblea Nacional y pupilo político de López, Juan Guaidó, cuando emergió en enero de 2019 y más de 50 países lo reconocieron como presidente. Un mantra que se ha venido desdibujando hasta desaparecer por completo. La realidad es que más de año y medio de lucha después, Nicolás Maduro permanece en el poder.
No obstante, Leopoldo López sí habló del fin de la usurpación en un momento, ya que por ello le preguntó el periodista venezolano David Placer.
“Sobre el cese de la usurpación, por supuesto entendemos la necesidad de usar todas las herramientas que podamos para poder obligar a que se dé una salida del dictador”, contestó López.
“El presidente Guaidó lo dijo hace un mes y medio, que se comience a evaluar la doctrina de la responsabilidad de proteger [una doctrina de la ONU que abre la puerta a una intervención militar en Venezuela]. Este es un tema en el que no podemos quedarnos en los anuncios, y nadie quiere una situación que genere a los venezolanos más sufrimiento del que ya están teniendo”, agregó.
Maduro, y sólo Maduro, es el enemigo
López aclaró que el enemigo de la oposición tiene que ser Maduro. “Digo el dictador y no todo su entorno. Quiero hacer énfasis y separar a Nicolás Maduro y al resto de la realidad que lo rodea. Hay gente que dice que hay que salir de absolutamente todas las personas que han tenido que ver con la dictadura. Aquí hay que salir del dictador, y para eso necesitamos toda la presión interna e internacional”.
Leopoldo López, que mantiene el cargo de comisionado del Centro de Gobierno de Guaidó, una suerte de consejo de ministros que opera en el extranjero, insistió en que para salir de Maduro hace falta unidad.
“La unidad es una prioridad alrededor de la cual nosotros vamos a trabajar, una unidad no sólo de los actores políticos sino de todo el pueblo venezolano con una agenda que nos identifique: salir de la dictadura y alcanzar la libertad”, dijo.
Unidad en Venezuela, pero también en el exterior. Para recabar apoyos en el extranjero, López prometió una gira internacional cuando el coronavirus lo permita. Una pandemia que, agregó, ha trastocado su visión del mundo. Tras siete años encerrado, primero en la cárcel de Ramo Verde, luego en su domicilio en Venezuela, y desde el 30 de abril en la Embajada de España en Caracas, le chocó mucho ver el mundo de ahora. Con mascarillas, geles de manos y distancia social. Le está constando adaptarse, reconoció, al igual que le costó ver a Venezuela cuando se fugaba, un país rico y alegre, pero que ahora contempló arruinado y triste.
“We will come back [volveremos]”, afirmó López repitiendo la promesa que hizo (y cumplió) el expresidente venezolano Rómulo Betancourt, cuando en 1978 su partido, Acción Democrática, perdió las elecciones.
¿La cumplirá ahora López?