(EFE).- Un equipo de investigación de la Universidad de Míchigan (Estados Unidos) y la Universidad de Almería (sur de España), con la colaboración del Centro Informático Científico de Andalucía (CICA), ha desarrollado un sistema que evalúa cómo se recupera de la sequía toda la superficie forestal de Estados Unidos con datos de un centenar de satélites.
Según informó en una nota la Fundación Descubre, con este sistema, los expertos consiguen información de aproximadamente 300 millones de hectáreas, datos que las autoridades pueden emplear para anticipar cambios de temperatura y elaborar planes estratégicos que mitiguen los efectos del cambio climático.
Los investigadores analizaron cómo los bosques pierden agua a causa de perturbaciones ambientales, como las altas temperaturas producidas por el cambio climático. Con estos datos, que normalmente sólo se recogen a escala de parcelas, los científicos concluyen qué factores son determinantes para que los bosques se recuperen de eventos como la sequía y anticipar sus necesidades para acelerar esa recuperación.
«Confirmamos que los bosques con menos disponibilidad de agua, es decir, los más secos, se recuperan más rápido de la sequía que los húmedos porque están más acostumbrados al estrés hídrico», explicó a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Almería (UAL) Juan Miguel Requena Mullor.
Determinaron que los bosques húmedos se recuperan más rápido que los secos de la pérdida de productividad debido a eventos climáticos como la sequía. Esto se debe a que existe una mayor disponibilidad de agua bajo el suelo y la vegetación puede beneficiarse de ella meses más tarde para superar los periodos secos, y se genera así más biomasa.
Los investigadores emplearon datos de más de un centenar de satélites con sensores que recogían información periódica de la superficie forestal continental de Estados Unidos. Éstos captaban datos de factores ambientales que influyen en la recuperación de los bosques tras la sequía, como el verdor de la vegetación y la evapotranspiración.
Los expertos explicaron que los bosques captan agua y la introducen en el ecosistema. Si este es sano, con mucha variedad de especies vegetales, ayudará a que la lluvia se introduzca en él de manera natural, de forma que los seres vivos dispongan de agua. No obstante, si el suelo y los árboles transpiran demasiado, el bosque puede terminar secándose, liberando asimismo mucha agua a la atmósfera.
Con este trabajo, los investigadores pueden determinar en qué zonas ocurre esto con mayor asiduidad.
Para confirmar qué tipo de bosques se recuperan mejor de la sequía y por qué, los científicos recopilaron durante un año datos por satélite como la cantidad de evapotranspiración de distintas zonas, la localización de lagos y ríos, de biomasa y temperatura, entre otros indicadores. De este modo comprobaron qué factores eran determinantes para que una masa forestal fuera resistente a eventos climáticos adversos.
Después, emplearon modelos matemáticos predictivos con estas variables y los ejecutaron en el supercomputador del Centro Informático Científico de Andalucía (CICA) y los evaluaron.
Posteriormente confirmaron que las conclusiones de estas operaciones eran correctas contrastando los resultados con información «in situ» obtenida de una red de torres de control en los bosques de Estados Unidos.