Redacción (ALN).- En 1977, el argentino Pedro Martín Ureta perdió a su esposa embarazada, Graciela Yraizoz, por un repentino aneurisma cerebral.
El dolor abrazó al hombre, que en un momento de su duelo recordó que en vida la mujer había tenido la idea de sembrar un bosque con forma de guitarra.
Fue entonces cuando tuvo la idea de crear el bosque en honor a su fallecida esposa, sin importar cuánto tiempo le tomara.
En 1979, el hombre y sus cuatro hijos se pusieron manos a la obra para construir un recinto forestal en forma de guitarra. Se trazaron líneas sencillas y espaciadas, y se plantaron más de 7.000 árboles, entre ellos cipreses para el contorno y el agujero en forma de estrella del centro, y eucaliptos para ilustrar las “cuerdas” de la guitarra.
En la actualidad, el bosque en forma de guitarra se extiende a lo largo de dos tercios de milla (poco más de un kilómetro), e incluso puede verse desde el espacio. Por ejemplo, se puede ver en Google Earth, y la NASA también lo ha documentado utilizando su Radiómetro Espacial Avanzado de Emisión y Reflexión Térmica (ASTER) en el satélite Terra.