Daniel Gómez (ALN).- En Nueva York, la embajadora de EEUU ante la ONU, Nikki Haley, cargó contra el régimen de Venezuela de forma contundente. Duras palabras que, sin embargo, dolieron menos que las llegadas desde Ginebra. Allí la expresidenta de Chile y socialista declarada, Michelle Bachelet, no tuvo ningún reparo ideológico y denunció la crisis venezolana en su estreno como alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
El régimen de Nicolás Maduro en Venezuela sufrió un doble revés diplomático este lunes.
Desde Nueva York, en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos ante la ONU, cargó contra el régimen de Maduro. También contra el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, a quien llamó “ladrón y narcotraficante”. Dos insultos que suelen dedicarle, pero rara vez en una alta instancia diplomática.
Pese a la contundencia de Haley, las palabras más hirientes llegaron desde Ginebra. No por cómo se dijo, sino por quién lo dijo. Y es que el lunes, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, debutó como alta comisionada Michelle Bachelet.
La expresidenta de Chile, socialista declarada, no tuvo reparos ideológicos y condenó la crisis migratoria, las detenciones arbitrarias y las violaciones a los derechos humanos en Venezuela.
Es cierto que de la boca de Bachelet no salió ni una sola palabra de condena al régimen. Por falta de tiempo, obvió la parte del discurso en la que analizaba la crisis en Venezuela, así como las de Nicaragua, Italia, Siria y Sudán.
Pese a las suspicacias, no fue una omisión exculpatoria, dirigida a suavizar la imagen de sus ‘colegas’ socialistas. La prueba es que la propia Bachelet invita a revisar el texto íntegro de su primer discurso como alta comisionada en la web de las Naciones Unidas.
“En la versión oficial de este discurso, presente en la página web de las Naciones Unidas, hay cuestiones relacionadas con las migraciones y otras consideraciones sobre lo que ocurre en Venezuela, Nicaragua,Hungría, Estados Unidos…”, comentó en Ginebra Bachelet, quien también citó los casos de Austria, Italia, Afganistán, Siria y Sudán, entre otros.
Mientras una parte de la prensa internacional clamaba contra Bachelet por la omisión, el diario La Tercera de Chile se puso en contacto con Liz Thross, portavoz de la oficina de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en busca de una aclaración.
“Bachelet no suprimió a Venezuela y a Nicaragua. De hecho, la alta comisionada los colocó al frente, por delante de todos los demás países. La versión oral del discurso, por razones de espacio y tiempo, tuvo que ser mucho más corta, por lo que omitió la mayoría de los comentarios. El discurso oficial es la versión larga, con todos los comentarios del país incluidos, con Venezuela y Nicaragua mencionados primero”, detalló la portavoz.
El discurso oral de Bachelet duró 17 minutos. A excepción de los crímenes contra los rohinyá en Birmania, su alocución no se detuvo en ningún caso concreto. No así en el documento que la ONU difundió. De hecho, Venezuela, junto a Nicaragua, es el país que más atención recibe en el considerado como discurso oficial.
Las críticas de Bachelet en el discurso oficial
“El número cada vez mayor de personas que huyen de Venezuela y Nicaragua demuestra una vez más la necesidad de defender constantemente los derechos humanos. Sí, es urgente ayudar a los Estados receptores a resolver los muchos desafíos que plantean dichos movimientos. Pero también es fundamental abordar las razones por las cuales las personas se van. En ambos países, la Oficina insta al Consejo de Derechos Humanos a que tome todas las medidas disponibles para abordar las graves violaciones de los derechos humanos que se han documentado en informes recientes”.
Así arranca la parte que Bachelet obvió del discurso. Tras ese párrafo, la nueva jefa de la oficina de los Derechos Humanos reseña los datos de la crisis migratoria en Venezuela. “2,3 millones de personas huyeron del país hasta el 1 de julio, aproximadamente 7% de la población total, debido en gran parte a la falta de alimentos o de acceso a medicinas críticas y atención médica, inseguridad y persecución política”.
Bachelet: “El número cada vez mayor de personas que huyen de Venezuela y Nicaragua demuestra una vez más la necesidad de defender constantemente los derechos humanos”
En el discurso oficial de Bachelet, se afirma que este “movimiento se está acelerando”. Y ofrece datos: “En la primera semana de agosto, más de 4.000 venezolanos por día ingresaron en Ecuador. Según los informes, 50.000 venezolanos llegaron a Colombia durante un período de tres semanas en julio. Y 800 venezolanos por día ahora están ingresando a Brasil”.
Respecto al éxodo agregó que “un movimiento transfronterizo de esta magnitud no tiene precedentes en la historia reciente de las Américas, y la vulnerabilidad de los que se van también ha aumentado: personas mayores; mujeres embarazadas; niños, incluidos menores no acompañados; y las personas con problemas de salud cruzan la frontera en números crecientes”.
De la crisis migratoria, Bachelet pasó a lo político. Se refirió incluso al documento que la ONU publicó en junio de este año, en el que se denunciaban hasta torturas por parte del régimen en las protestas de 2017.
“Desde la publicación de nuestro último informe sobre Venezuela, en junio, la Oficina ha seguido recibiendo información sobre violaciones de derechos sociales y económicos, como casos de muertes relacionadas con la malnutrición o enfermedades prevenibles, así como sobre violaciones de los derechos civiles y políticos, incluidas las detenciones arbitrarias, los malos tratos y las restricciones a la libertad de expresión”.
Bachelet también señala al régimen. La cosa no queda en un simple informe de situación, pues exige responsabilidades a Maduro por no permitir a la misión de la ONU trabajar en el país. “El Gobierno no ha demostrado apertura a medidas genuinas de rendición de cuentas respecto de cuestiones documentadas por la Oficina durante las protestas masivas de 2017”.
El ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Jorge Arreaza, estuvo en Ginebra este lunes. En sus manos recibió el discurso íntegro en el que Bachelet condenaba al régimen. Y él también ofreció su mano a la expresidenta chilena. Con ella mantuvo una reunión que tildó de “productiva” en Twitter.
“Acordamos comenzar una nueva etapa de cooperación, con nuevos métodos de intercambio y coordinación entre Venezuela y su oficina”, dijo Arreaza.
En Ginebra sostuvimos una cordial y productiva reunión de de trabajo con @mbachelet , Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU. Acordamos comenzar una nueva etapa de cooperación, con nuevos métodos de intercambio y coordinación entre Venezuela y su Oficina. pic.twitter.com/wcpBqEsPJA
— Jorge Arreaza M (@jaarreaza) 10 de septiembre de 2018
Lluvia de golpes desde Nueva York
Mientras, en Nueva York la embajadora estadounidense ante la ONU cargaba sin tapujos contra el régimen en Venezuela, al que comparó con el de Irán. “Se está cometiendo un crimen moral contra el pueblo que atenta contra la paz y la seguridad regional”, dijo.
Haley arremetió contra el Gobierno venezolano, pero fue especialmente dura con Cabello. “Es considerado el segundo hombre más poderoso de Venezuela, y es también un ladrón y un narcotraficante que utiliza su poder para llenar sus bolsillos”.
Lo acusó de estar “involucrado directamente” en un esquema mafioso entre Venezuela y República Dominicana por el cual se envían drogas hacia Europa. También dijo que utiliza empresas estatales en Florida para ocultar su dinero.
“El resultado final de la corrupción de funcionarios venezolanos como Cabello es que no sólo el pueblo de Venezuela sufre, sino que la seguridad de todo el hemisferio sufre”, agregó.
Nueva York también fue el escenario de otro duro golpe contra el régimen chavista. Este sábado, The New York Times reveló que el gobierno de Donald Trump se reunió con militares venezolanos para dar un golpe de Estado a Maduro. Eso, según dijeron al periódico funcionarios estadounidenses y un excomandante militar venezolano presentes en las conversaciones.
Al final, EEUU decidió no apoyar a los conspiradores, y el plan del golpe se estancó. “No obstante, la disposición del gobierno de Trump de reunirse varias veces con oficiales rebeldes que pretenden derrocar a un mandatario de este hemisferio podría resultar políticamente contraproducente”, precisa The New York Times.