Reinaldo Iturbe (ALN).- La crisis del coronavirus le ha dado la vuelta al mundo y también al mercado de renta variable, perjudicando a particulares, empresarios y también a los gobiernos.
La pandemia ha confinado al mundo entero, provocando pérdidas billonarias en casi todos los sectores, particularmente el turismo. De hecho, la poderosa Airbnb se deshizo en mayo de este año del 25% de su personal en todo el mundo. Su CEO, Brian Chesky, dijo en una carta pública que “Si bien sabemos que el negocio de Airbnb se recuperará completamente, los cambios que sufrirá no son temporales ni de corta duración. Debido a esto, necesitamos hacer cambios más fundamentales en Airbnb reduciendo el tamaño de nuestra fuerza laboral en torno a una estrategia comercial más enfocada”.
Los inversionistas, desatada ya la crisis, huyeron como ya es costumbre del riesgo, perjudicando por razones obvias el mercado de renta variable, disparando el precio de un activo refugio por excelencia: el oro, cuya cotización alcanzó máximos históricos. Wall Street, el DAX, el IBEX y el Nikkei acusaban recibo del pánico de los inversores, arrastrando también a las Bolsas en América Latina y al petróleo.
Los gobiernos, particularmente los de países desarrollados, han tomado medidas de choque para contrarrestar los efectos de la pandemia, ordenando poderosos paquetes de estímulos fiscales y monetarios.
Pero los gobiernos que tenían acciones en empresas que cotizan en la Bolsa no se han salvado de la pandemia. Así las cosas, el Estado español terminó perdiendo hasta 7,5 millones de euros en el mercado de renta variable; es decir, la cartera de acciones se hundió 29,7%, según estimaciones de Bloomberg. ¿Cómo pudo ocurrir?
-La principal operadora de aeropuertos española, AENA, es propiedad en un 51% del Estado español a través de Enaire, adscrita al Ministerio de Fomento de ese país. La mitad del patrimonio de renta variable en España se encuentra en las acciones de esta empresa.
-Detenidas las operaciones aéreas, las acciones de AENA se desplomaron, con pérdidas de 4.300 millones de euros.
-El Estado español sigue siendo propietario, además, del 4,2% de las acciones del gigante Airbus. Sus pérdidas en la Bolsa restaron a España 2.000 millones de euros.
-Las acciones de Bankia también retrocedieron, dejando pérdidas patrimoniales al Estado por 685 millones de euros.
–IAG, Indra, Enagás y Red Eléctrica dejaron pérdidas por el orden de los 466 millones de euros.
-Pero hay más: el Estado dejará de percibir dividendos por 2.100 millones de euros, según las periodistas Gema Escribano y Laura Salces de El País.