Nelson Rivera (ALN).- Fischman, ingeniero civil con una Maestría en Administración de Empresas, es autor de 11 libros de autoayuda, incluyendo algunos de ventas extraordinarias, como ‘El secreto de las siete semillas’, a partir del cual se hizo una película “basada en el libro que les cambió la vida a miles de personas”. La entrevista tuvo lugar en julio de 2016, en el programa A bocajarro, que se emite en el Canal N, de Perú. El conductor, Christian Hudtwalcker, interroga a David Fischman a propósito del lanzamiento de su libro La inteligencia emocional en la práctica. Fischman, ingeniero civil que hizo, además, una Maestría en Administración de Empresas en la Universidad de Boston, es autor de 11 libros, incluyendo algunos de ventas extraordinarias, como El secreto de las siete semillas, a partir del cual se hizo una película que se puso en cartelera el año pasado. El trailer de Las siete semillas promovía el filme con esta frase: “basada en el libro que les cambió la vida a miles de personas”. Nada menos.
Su técnica de meditación estaría avalada por científicos de universidades como Harvard y Stanford
Cuando le preguntan cómo descubrió los beneficios de la meditación, las ventajas que proporciona el llamado mindfulness, explica: “En realidad yo era una persona, todo lo opuesto a lo que estoy diciendo en este momento, una persona muy neurótica, muy infeliz, desbalanceada, quería ser el empresario más importante del Perú (…), me estrellé contra la pared, tuve una crisis, y en esa crisis me di cuenta de que estaba tremendamente manejado por el ego”. Esa técnica de meditación estaría avalada por científicos de universidades como Harvard y Stanford. Nada menos.
En su canal de YouTube, en un vídeo que da la bienvenida a los espectadores que deseen suscribirse, Fischman cita a Mahatma Gandhi: “Uno debe ser el cambio que quiere ver en el mundo”. Nada menos.
Recetario Fischman
También en su canal de YouTube, el lector curioso puede encontrar un vídeo de casi ocho minutos de duración, dedicado a la promoción del libro Inteligencia espiritual en la práctica. Cómo aplicarla en la vida y en la empresa. El vídeo, hecho con limpios dibujos animados, deslinda la diferencia entre ego silencioso y ego ruidoso. Su ejecución es llamativa por lo simple. Y esto es lo que puede resultar sorprendente en Fischman: que un método que tiene sus antecedentes en Harvard y Stanford, y también en Gandhi, resulte en fórmulas tan superfluas.
En su cuenta de Twitter, @DavidFischman, afirma el pasado 21 de marzo:
https://twitter.com/DavidFischman/status/844307731242778625
La frase, desgastado y abusivo tópico entre los autores de autoayuda, quizás sea un síntoma del verdadero contenido de estas promesas: apenas un mínimo porcentaje de ciencia, una pizquita, un toquecito que se propone realzar o justificar una afirmación que es descarada inutilidad: decirle al lector que la felicidad depende de sí mismo, como si el resto de los seres humanos, el universo de las responsabilidades y las realidades productivas y sociales, no fuesen elementos reales, factores en movimiento imposibles de esquivar, que resultan decisivos, lo queramos o no.
La ligereza con que Fischman y otros de sus colegas proclaman que la felicidad es categoría a la que uno puede acceder con solo proponérselo, saltándose las consideraciones obvias de la sociología, la economía, la política y las nuevas realidades tecnológicas -por nombrar solo algunas-, es genética: la autoayuda es envoltorio, una variante del huevo kínder: una cáscara dulzona que, al abrirla, solo contiene un muñequito de mala calidad.
La técnica de la repetición
Que la autoayuda es la vaciedad de nuestro tiempo, lo ratifican otros de los contenidos disponibles en la cuenta. Por ejemplo, el pasado 2 de abril, pone a circular esto:
https://twitter.com/DavidFischman/status/848596057873428480
¿Quién lo dice? Nada menos que un integrante, por demás exitoso, de un gremio especializado en machacar, hasta el cansancio, el consejo de ser siempre el mismo. Fischman repite lo mismo que otros repetidores -sus colegas de la autoayuda-: no te traiciones, síguete a ti mismo, si mantienes un constante apego a lo que eres, la ruta hacia la felicidad será inequívoca.
Lo que no queda claro, por ejemplo, es cómo queda la recomendación de ser fiel a uno mismo, cuando se la contrasta con esta otra, publicada el 12 de marzo:
https://twitter.com/DavidFischman/status/840985902591680513
Es decir que, a un mismo tiempo, puede uno ser fiel a sí mismo (mantenerse inmutable) y reinventarse (tomar el camino de cambiar). Es posible que esta contradicción sea solo aparente, o un error de interpretación de quien esto escribe, o que al comprar los libros de Fischman, el caso se resuelva. Pero también hay otra posibilidad: que todas sean frases sueltas, sin vínculos las unas con las otras, enunciados de superficie, hojarasca. En una palabra: autoayuda.