Patricia J. Garcinuño (ALN).- El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación español, Alfonso Dastis, se mostró preocupado por la coyuntura de “incertidumbre y malestar social” que afecta a las compañías instaladas en Venezuela, arrinconadas por la inestabilidad del tipo de cambio y la hiperinflación. Tras los polémicos sucesos vividos en la última semana en Venezuela, en que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) canceló las competencias de la Asamblea Nacional para autoatribuírselas, rectificando dos días después tras las críticas de “golpe de Estado”, el ministro de Asuntos Exteriores español, Alfonso Dastis, se mostró preocupado este lunes por la “situación de incertidumbre y de malestar social” que afecta a las empresas españolas establecidas el país.
Aunque mostró su apoyo a la mediación entre la oposición y el régimen que lidera Nicolás Maduro, en la que participa el expresidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, Dastis señaló que el diálogo debe dar resultados “en un plazo razonable” y estar siempre “dentro de un marco democrático”.
Y es que la trama económica y política es cada vez más difícil y enrevesada. Venezuela encadena tres años consecutivos de recesión con un PIB que ha caído más de 21 puntos desde 2014, a lo que se suma una inflación galopante que llega a superar el 700% según datos del Fondo Monetario Internacional.
Venezuela encadena tres años consecutivos de recesión con un PIB que ha caído más de 21 puntos desde 2014
Ante la falta de divisas, la imposibilidad de repatriar capitales y el fantasma de la expropiación, las empresas españolas deben manejarse como puedan en suelo resbaladizo. Solo queda sobrevivir o tirar la toalla. Por ello, el responsable de la política exterior de España dice estar “atento” a la coyuntura de Venezuela, para ayudar a las empresas españolas en la medida de lo posible.
Venezuela ya solo representa un 0,2% de los ingresos de Mapfre
La aseguradora española reconoció que había tenido problemas a la hora de calcular sus resultados por la economía “hiperinflacionaria” del país tanto en 2016 como en 2015. Según la compañía, los índices que ofrece el Banco Central de Venezuela (BCV) “no son representativos”, lo que les llevó a acudir al Fondo Monetario Internacional. En sus cuentas anuales aplicaron un tipo de cambio de 3.598,3 bolívares por euro, reconociendo una depreciación del 88% en un solo año.
Teniendo en cuenta esta devaluación del bolívar, Venezuela ha pasado a representar solo un 0,2% de los ingresos de Mapfre con 45,5 millones de euros (48,5 millones dólares). Es decir, un 42% menos que en 2015. Una disminución aún más acentuada si se compara con los resultados de 2014, cuando los ingresos en la filial venezolana superaban los 1.000 millones de euros (1.066 millones de dólares).
BBVA también se enfrenta a los tipos de cambio
El grupo BBVA está presente en Venezuela a través del Banco Provincial y se mantiene como una de las principales instituciones financieras del mercado venezolano. De hecho, en el segundo semestre figuran unos beneficios de 22.854 bolívares. Sin embargo, tal y como reconoce la entidad en su informe anual de cuentas global, también se han dado de bruces con el tipo de cambio y la inflación.
“En 2015 y 2016, los administradores del grupo consideran que el uso de los nuevos tipos de cambio para la conversión de los bolívares a euros no refleja la imagen fiel de la situación financiera de las entidades del grupo en Venezuela”, explican en el documento. Por eso, la compañía usó un tipo de cambio de 1.893 bolívares por euro. Un tipo de cambio calculado por los servicios de estudios de BBVA, que señala una evolución de la inflación en Venezuela de un 300% al 31 de diciembre de 2016.
Ante la imposibilidad de repatriar capital, muchas empresas han reducido su participación al mínimo para seguir funcionando
En 2011, Hugo Chávez llegó a amenazar a BBVA con la expropiación, tres años después de la del Banco de Venezuela. “Tenga cuidado con lo que me responda porque usted me está diciendo que el banco no está en venta, pero yo se lo puedo expropiar inmediatamente si quiero en función del interés nacional”, llego a decir el entonces presidente en televisión.
La icónica expropiación de Agroisleña
Poco antes de este mensaje de Chávez a BBVA, en 2010, Agroisleña pasaba a manos estatales. La compañía con más de 50 años de experiencia en el sector agrícola pertenecía a empresarios canarios, quienes tras la expropiación optaron por la vía de un arbitraje internacional para reclamar una indemnización al Gobierno venezolano. El Estado justificó su actuación alegando que Agroisleña vendía con un sobreprecio de hasta el 250%.
Según el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice Libertad), la situación de la empresa empeoró tras la adquisición forzosa por parte del Ejecutivo, señalando datos como el desabastecimiento de las tiendas existentes.
Repsol pierde, aunque seguirá invirtiendo
La compañía petrolera ha registrado en Venezuela unas pérdidas de 268 millones de euros (283 millones de dólares) “por los impactos de la devaluación”, según señalaba su consejero delegado Josu Jon Imaz en la presentación de resultados de 2016. Sin embargo, sigue siendo el país donde Repsol registra un mayor crecimiento en producción de crudo. Según apunta el informe de cuentas consolidadas, en 2016 se produjeron 28.000 barriles al día, 11.000 más que el ejercicio anterior.
“Es, posiblemente, el país con mayores reservas del mundo”, explicaba Imaz. “Ahora atraviesa un momento difícil, pero estamos bien posicionados y queremos seguir evolucionando. Por eso ratificamos nuestro acuerdo con Petróleos de Venezuela (PDVSA)”.
Venezuela es cada vez más irrelevante para Telefónica
Repsol pierde 268 millones de euros, aunque seguirá invirtiendo / Foto: Repsol
La aportación de Venezuela a la actividad de Telefónica es cada vez más insignificante. Así lo recogen sus cuentas anuales, donde solo le dedican una escueta gráfica en la que muestran que la operadora española ha reducido un 34,4% sus inversiones en bienes de capitales en el país. En concreto, ha pasado de invertir 139 millones de euros (148 millones de dólares) a 91 millones de euros (97 millones de dólares).
Para Iván San Félix, de Renta 4 Banco, la situación de Telefónica en Venezuela está “en punto muerto”. Al tiempo, el analista explicaba que el negocio sigue adelante, pero las condiciones no son propicias: “Años atrás su contribución era muy superior, pero ahora Telefónica solo está invirtiendo lo justo para que el negocio salga adelante”.
La mediación en Electricaribe
Al margen de la situación de Venezuela, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación fue preguntado este lunes por el conflicto provocado por la liquidación de Electricaribe, filial de Gas Natural Fenosa, por parte del Gobierno colombiano. “Lo deseable es un acuerdo entre las partes que satisfaga a ambas. Nosotros estamos en contacto con la empresa española matriz y con Colombia para alcanzar ese objetivo”, afirmó.
Este acuerdo beneficioso para ambas partes, sin embargo, no parece estar cerca. El pasado 22 de marzo, la multinacional española interpuso una demanda ante el Tribunal de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional reclamándole a Colombia más de 1.000 millones de euros (aproximadamente 1.066 millones de dólares).
Por su parte, el superintendente de Servicios Públicos colombianos, José Miguel Mendoza, ha llegado incluso a aferrarse a la Constitución Española para justificar la liquidación, intentando acallar las acusaciones de inseguridad jurídica que ha levantado este caso.