Redacción (ALN).- Los militares nicaragüenses han marcado distancia con Daniel Ortega, de manera que este sabe que no puede contar con ellos para responder a las protestas y ve cómo se debilitar su poder. Este fin de semana la Comandancia General del Ejército emitió un comunicado en el que el estamento castrense se define como “el mismo pueblo uniformado, trabajando en su beneficio”. Además, el portavoz de las fuerzas armadas negó que estén participando en la represión y dijo que no tienen motivo para hacerlo. Daniel Ortega puede mirarse en el espejo de Nicolás Maduro a la hora de reprimir las protestas ciudadanas (Ver más: Las 8 principales coincidencias de las protestas de Nicaragua y Venezuela). Hay, sin embargo, una diferencia profunda entre ambos autócratas latinoamericanos. Mientras que el venezolano sigue contando con la lealtad y el apoyo de las fuerzas armadas, este fin de semana ha quedado patente que el nicaragüense los ha perdido. Esto significa un debilitamiento de su poder y su capacidad represiva, en la que están participando la policía y los grupos paramilitares gubernamentales, las turbas (equivalente a los colectivos chavistas). Dentro de estas últimas juegan un papel los miembros de las Juventudes Sandinistas. La Comandancia General emitió un comunicado en el que se solidarizaba “con las familias que han perdido a seres queridos y los que de una forma u otra han sido afectados por todos los hechos de violencia”. La nota hace un llamamiento a la paz y rechaza “las manipulaciones de información sobre el quehacer de nuestra institución”. Además, sostiene: “Somos el pueblo uniformado, trabajando en su propio beneficio”. El portavoz de la institución militar, coronel Manuel Guevara, fue todavía más explícito en declaraciones a la agencia France Press. Negó que el Ejército haya participado en la respuesta gubernamental a las manifestaciones: “No tenemos ninguna razón para reprimirlas”. Guevara mostró rechazo a la “información manipulada con la que pretenden hacer ver que las estamos reprimiendo” y sostuvo que “creemos que la solución es el diálogo”.