Antonio José Chinchetru (ALN).- Intelectuales británicos, españoles y latinoamericanos de la talla de John Elliot, Enriqueta Vila Villar y Jorge Edwards se han reunido este jueves para homenajear al hispanista Hugh Thomas, fallecido hace seis meses. Han destacado su labor de historiador, pero también otras facetas de quien fuera amigo de todos ellos. Tom Burns Marañón ha contado que hoy Thomas estaría diciendo “cuidado, cuidado, la antipolítica no ha sido vencida”.
La Casa de América de Madrid ha acogido este viernes un acto en homenaje al historiador Hugh Thomas, uno de los grandes hispanistas de la segunda mitad del siglo XX y las dos primeras décadas del XXI. Organizado por las secretarías del Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe y de Cultura, el acto ha contado con la participación de grandes intelectuales amigos del homenajeado, que falleció el 7 de mayo de este año, así como de su hija. Los ponentes han repasado su obra, así como su personalidad. Además, han conectado su visión del mundo con acontecimientos políticos presentes.
John Elliot, catedrático emérito de Historia Moderna en la Universidad de Oxford e hispanista de reconocido prestigio, disertó sobre quien fuera su amigo: “Era probablemente un espíritu demasiado inquieto para la vida académica, y pronto se vería envuelto en la política del momento. De todos modos, tenía la curiosidad del historiador. En el fondo, siguió siendo un historiador, y lo sería asombrosamente prolífico, a pesar de los muchos encargos y compromisos que recayeron sobre su mesa”.
La acción humana como motor de la Historia
Se refería a su actividad en el Foreign Office y como asesor de Margaret Thatcher, entre otras ocupaciones. Elliot siguió hablando de cómo trabajaba el estudio y la narración de la Historia: “Le gustó mostrar la relevancia contemporánea del tema que estaba tratando”. Según el catedrático emérito: “Se diferenciaba de la mayoría de los historiadores profesionales de su generación en considerar la acción humana como el gran motor de la Historia. Son los individuos, monarcas, mercaderes, conquistadores, los que dominan en las páginas de sus narraciones”.
John Elliot: “Lo que ha escrito es, en esencia, una épica del coraje y la crueldad españoles”
Elliot dijo sobre las obras que dedicó al Imperio Español: “Lo que ha escrito es, en esencia, una épica, una épica, en palabras del mismo Hugh, del coraje y la crueldad españoles”. Para el hispanista de la Universidad de Oxford: “Los historiadores profesionales de la España moderna han recibido el trabajo de Hugh con menos entusiasmo que el gran público. Su tratamiento narrativo todavía suele ser visto, a muy juicio muy injustamente, con un cierto desdén”.
Hizo un retrato personal del homenajeado: “Un hombre agraciado, con muchas dotes y con curiosidad vital. Podía ser travieso, sin ser malicioso, y poseía una fuerte veta romántica. Sobre todo, tenía una generosidad de espíritu enorme, de la que muchos de nosotros pueden dar fe”.
El periodista y ensayista español Tom Burns Marañón mostró su añoranza por el homenajeado: “Hugh nos estaría diciendo “cuidado, cuidado, porque la antipolítica no ha sido vencida”. Añadió: “En estos días cruciales que vive España, necesitamos escucharle. Hugh nos hablaría de la complejidad y de la fragilidad de la sociedad moderna y sus sistemas políticos, y nosotros gozaríamos con sus reflexiones”. Según comentó: “Como historiador, Hugh explicaría que las causas de nuestros males sociales y nacionales siguen ahí. La historia no terminó nunca”.
Burns Marañón presentó sus propias reflexiones: “El flanco débil de la sociedad occidental es que el pasado no se estudia con la atención que merece, ya no se valora lo que cuenta la Historia”. También dijo sobre el protagonista del evento: “Nos hubiera hablado mucho, y muy bien, de la antirracionalidad del independentismo catalán, ese gran ejemplo de pensamiento desordenado”. Recitó, además, una cita textual de Hugh Thomas: “Solamente las sociedades que tienen fe en sí mismas sobreviven y merecen sobrevivir”.
También contó: “A los populistas izquierdistas, Hugh les escuchaba, pero les negaba el pan, el capitalismo tendrá sus verrugas, pero su desfiguración era modesta cuando se compara con los tumores que provoca el colectivismo. El capitalismo industrial, el imperialismo europeo, ha tenido momentos vergonzosos, pero la leyenda negra está fuera de lugar. El capitalismo generalmente engendra la paz y la prosperidad”.
La historiadora Enriqueta Vila Villar, miembro de la Real Academia de la Historia, destacó la pasión del homenajeado por Sevilla. Además, le valoró como profesional de la disciplina que compartían: “Toda la obra de Hugh Thomas se caracteriza, sobre todo, por la abundancia y calidad de la documentación en la que se apoya”. Para Vila Villar: “Poseía esa cualidad que desea todo historiador, que era conseguir plasmar todo un cúmulo de información, de datos, documentos, bibliografía, que en muchos casos a los historiadores llega a abrumarnos, en un lenguaje fácil y ameno”.
El novelista chileno Jorge Edwards centró gran parte de su intervención en lo que aprendió del británico. Para ello, incluyó anécdotas personales sobre el autor de Cuba. La lucha por la libertad y los tres volúmenes de Cuba: “Hugh me dijo ‘cuando se muera Fidel Castro, tomamos el primer avión y nos vamos a La Habana’, Fidel Castro se demoró demasiado en morir, así que no pudimos realizar ese plan”. Explicó que: “Para Hugh Thomas, Cuba no comienza con la Revolución Cubana, existe una Cuba anterior”.
Fidel Castro y José Antonio Primo de Rivera
Edwards, que ejerció labores diplomáticas en Cuba, contó: “Me enseñó cosas sobre Fidel Castro que fueron muy útiles para mi diagnóstico sobre ese personaje, e incluso para mi trato con él”. Puso como ejemplo: “En su libro sostiene que Castro era de joven bastante lector, e incluso admirador, de José Antonio Primo de Rivera -el fundador de Falange Española-”. Acto seguido narró: “Cuando estuve en Cuba me llevaron a una pequeña habitación donde había vivido el joven Fidel Castro. En esa pequeña habitación había un muy pequeño estante de libros, el joven no era demasiado lector, y en ese estante yo descubrí una obra de José Antonio Primo de Rivera. Así que para mí ese descubrimiento fue enormemente confirmatorio”.
El novelista aprovechó para comentar la realidad de su país: “Tenemos ministros de Cultura tan listos en Chile que nos hacen programas de promoción de la lectura, y en esos programas de promoción durante 20 páginas hablan de las lenguas originarias. En el mapudungún yo no sé qué promoción de lectura se puede hacer, ¿qué se puede leer en mapudungún? Ni los indios de hoy saben mapudungún. Entonces, ¿cómo hacer una promoción de la lectura sin hablar de Cervantes, García Márquez o Pablo Neruda? Pero así son las cosas de Chile a veces; no siempre, felizmente”.
Dijo sobre la obra de Thomas: “En la historia de un historiador-escritor, equilibrado, inteligente, con sentido del humor, se aprende mucho y es completamente necesaria en los días que corren”.
Isabella Thomas: “Aunque fue un gran defensor de muchas de las viejas instituciones de Gran Bretaña, fue siempre un individualista”
La encargada de la última intervención fue la hija del homenajeado, Isabella Thomas. Recordó cómo vivió su padre la victoria de los partidarios de la salida del Reino Unido de la Unión Europea: “Sin duda, una parte de su espíritu se quebró por ese referéndum”. Le retrató como un apasionado de la historia y los viajes, y con un gran sentido del humor. Ofreció otro rasgo personal de él: “Aunque fue un gran defensor de muchas de las viejas instituciones de Gran Bretaña, fue siempre un individualista, y nos inculcó a todos sus hijos que el sentido de la independencia era esencial, independencia de las instituciones”.
Contó, además, la forma en la que su progenitor conoció el país que se convertiría en una de sus grandes pasiones vitales e intelectuales: “Mi padre descubrió España en los principios de los años 50, en vacaciones en Torremolinos con sus padres. Se quedó muy fascinado con el país, con la cultura, el encanto personal y la historia”. Recordó una frase que pronunció Hugh Thomas: “Los españoles saben bien cómo comportarse, los ingleses no”.