(EFE).- El Gobierno de Cuba calificó de «deshonestas» las acusaciones expuestas por el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, para mantener este jueves a la isla en su «lista negra» de países que no hacen lo suficiente para combatir el tráfico de personas. «Las acusaciones del Secretario de Estado Bliken contra Cuba en materia de trata de personas son deshonestas y ofenden al personal cubano de la salud», escribió el ministro de Relaciones Exteriores del país caribeño, Bruno Rodríguez, en su cuenta de Twitter.
El canciller cubano sostuvo que «se repiten sin pudor las mentiras fabricadas» durante el Gobierno de Donald Trump (2017-2021) para justificar la agresión contra Cuba y consideró que es una «muestra de la corrupción política».
El informe anual sobre tráfico de personas del Departamento de Estado de EE.UU. presentado hoy por el secretario Blinken mantuvo a Cuba, Nicaragua, Venezuela y China en la lista que incluye a un total de 17 países en la que también figuran Afganistán, Argelia, Myanmar, Comoras, Eritrea, Guinea-Bisseau, Irán, Corea del Norte, Malasia, Rusia, Sudán del Sur, Siria y Turkmenistán.
En el caso de Cuba, el informe señaló el «patrón gubernamental de aprovecharse de los programas de exportación de trabajadores con sólidas señales de trabajos forzados, particularmente en su programa de misiones médicas al extranjero».
Una de las medidas aplicadas contra La Habana durante el mandato de la Administración del expresidente Trump fue incluir a Cuba en esa lista en 2019 por «no cumplir completamente los estándares mínimos para la eliminación del tráfico de personas y no estar haciendo esfuerzos significativos para ello».
Entonces, Washington apuntó a las denuncias de algunas organizaciones sobre la «coerción» y las supuestas malas condiciones en las que trabajan los médicos enviados por el Gobierno cubano a prestar servicios en otros países con necesidades de personal o con crisis epidémicas, principalmente de África y América Latina.
La inclusión en la «lista negra» puede llevar a la imposición de sanciones como la congelación de la ayuda no humanitaria y no comercial para los países sancionados o la exclusión de préstamos de instituciones, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), si así lo decide el presidente de EE.UU., Joe Biden.
Según declaró Blinken, el tráfico de personas tiene «un peso desproporcionado» sobre quienes «son objeto de opresión por otras injusticias» en países en desarrollo y advirtió de que la pandemia ha «agudizado» los problemas entre los más vulnerables.
La ratificación de la medida suma una nueva tensión al pulso de las relaciones bilaterales pese a que el Ejecutivo de La Habana esperaba que la llegada del demócrata Biden a la Casa Blanca suavizara la tirantez que predominó con Trump y propiciara un nuevo acercamiento.
No obstante, el director para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., Juan González, declaró esta semana a la cadena CNN que el presidente Biden ordenó realizar una revisión de la política hacia Cuba y que una vez finalizada se tomarán las medidas pertinentes.