Redacción (ALN).- El Gobierno cubano se ha quedado con la participación que tenía Petróleos de Venezuela en la Refinería Cienfuegos, que gestionaban de forma conjunta desde 2007. Dice un exfuncionario venezolano a la agencia Reuters que es para saldar deudas pendientes. Curioso justo cuando Caracas lidia con la peor crisis económica de su historia y cuando pese a ello, sigue enviando a La Habana cerca de 100.000 barriles diarios con subsidios.
Corría octubre de 1991. Cuba y Venezuela estudiaban crear una refinería conjunta. La asociación se hizo realidad en diciembre de 2007. El presidente cubano, Raúl Castro, y el venezolano, Hugo Chávez, reabrieron la Refinería de Cienfuegos, una instalación de la era soviética que la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) se ocupó de modernizar para transformar hasta 65.000 barriles diarios de crudo. Hoy, 10 años después de que Chávez proclamara en la inauguración de la planta que ambos países eran “una sola nación”, Cuba ha tomado posesión completa de Cienfuegos.
Según informa el diario oficial cubano Granma, “desde agosto de 2017, la refinería de Cienfuegos ha estado operando como una entidad estatal totalmente cubana”. Lo hace “bajo la égida de la Unión Cuba-Petróleo (Cupet)”.
Asimismo, un exfuncionario del Gobierno venezolano también dijo a la agencia de noticias Reuters que Cuba se había hecho con la participación del 49% que tenía PDVSA y subrayó que la decisión se tomó para saldar deudas pendientes, incluyendo “servicios profesionales y alquiler de camiones”.
Y todo cuando Caracas está lidiando con la peor crisis económica de su historia. Algo que, entre otros aspectos, la ha obligado a recortar los envíos de petróleo a una Cuba que durante mucho tiempo ha dependido de la nación petrolera suramericana.
“Desde agosto de 2017, la refinería de Cienfuegos ha estado operando como una entidad estatal totalmente cubana”
Venezuela no sólo registra en estos momentos la inflación más alta del mundo -815% en octubre según datos del banco de inversión Torino Capital-, sino que también la producción petrolera está en el nivel más bajo de su historia. En los tiempos de bonanza, en los años 80, llegó a producir 3,5 millones de barriles al día y hoy se sitúa sobre los dos millones.
Esto implica que las exportaciones a la isla han ido cayendo desde 2015. Sin embargo, “cerca de 100.000 bpd [barriles de petróleo al día] son todavía enviados con subsidios y financiados a Cuba y Petrocaribe”, tal como señaló a la agencia EFE Francisco Monaldi, profesor de Políticas de Energía de la Universidad Rice de Texas, EEUU.
Y, sin embargo, ahora Cuba parece no responder del mismo modo que lo ha hecho Venezuela en los últimos años. El periódico Granma se limita a recoger el balance de 2017 recogido por el directivo central de la Refinería de Cienfuegos, Hermenegildo Montalvo. La instalación, dice, procesó “ocho millones de barriles” este año, cifra inferior a ejercicios anteriores pero que “en nada implica la detención productiva de una industria que permanecerá activa”.
Según Reuters, la falta de petróleo ligero obligó a PDVSA a cambiar la calidad del crudo enviado a Cuba, mandando un crudo más pesado, que “es más difícil de procesar en Cienfuegos”.
El vínculo económico entre Cuba y Venezuela no acaba aquí. La multinacional rusa Rosneft envió 249.000 barriles de crudo a La Habana en mayo de 2017, pero, según explicó a EFE Jorge Piñón, profesor de la Universidad de Texas en Austin, Moscú no parece que vaya a ser el proveedor de antaño y un corte de suministro por parte de Caracas puede resultar definitivo: “Cuba tendría que desembolsar unos 1.300 millones de euros (1.500 millones de dólares) anuales”, algo inasumible con su actual entorno macroeconómico.
Cuba, cuya fuente de ingresos más dinámica es el turismo, encaraba 2017 con cierto optimismo. En lo que va de año ha recibido un 20% más de visitantes. Sin embargo, se topó con un nuevo bloqueo estadounidense que puede reducir sus aspiraciones turísticas más ambiciosas. Nada comparado con lo que ocurriría si se produce un default en Venezuela. La Habana se quedaría sin petróleo y sin ingresos, pues la prestación de asesorías militares -el ejército es la primera industria de Cuba-, médicos y profesores al régimen de Nicolás Maduro no compensaría ese desembolso de 1.300 millones de euros.