Daniel Gómez (ALN).- Dijo el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, que el concejal Fernando Albán se lanzó del baño. Pero luego dijo que no lo dijo. Porque no llegó a ir al baño. Porque Albán se levantó “abruptamente” de la mesa y se precipitó por una ventana. Pero es que luego ese levantamiento no fue tan abrupto. Porque pidió permiso para ir al baño y antes de entrar en él, se suicidó.
Lo que parecían dos contradicciones respecto al ‘suicidio’ del concejal Fernando Albán ahora son tres. Es como si el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, mientras más se explica, más se enreda. Y este vídeo de ALnavío es una buena prueba de ello.
Lunes, 8 de octubre. Ese día murió Albán. Desde por la mañana corrían rumores de que había fallecido en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en Plaza Venezuela, donde llevaba preso desde el viernes. Así lo reveló el político opositor Henrique Capriles.
En la tarde, pasadas las cuatro, el fiscal anunció la muerte de Albán. “Se suicidó”, afirmó en Venezolana de Televisión. “El ciudadano solicitó ir al baño y allí se lanzó desde el décimo piso del edificio”, agregó.
Ese mismo lunes, el ministro del Interior, Néstor Reverol, contradijo al fiscal. Ya no era el baño el lugar del suicidio, sino una sala de espera. “En el momento que el detenido iba a ser trasladado al tribunal, encontrándose en la sala de espera del Sebin, se lanzó por una ventana de las instalaciones y la caída le ocasionó la muerte”.
Miércoles, 10 de octubre. Saab, quien desde la sede del Ministerio Público en Caracas presentó nuevas explicaciones sobre el ‘suicidio’, se mostró indignadísimo. “Nunca se ha dicho que se lanzó desde el baño. Es lamentable”.
Pese a su irritación, sí dijo que se tiró del baño. Quizá el fiscal insista en negarlo porque no faltaron las versiones de expresos políticos quienes afirmaban que los baños del Sebin no tenían ventanas, y que, en caso de tenerlas, siempre estaban protegidas por no menos de dos guardias.
Unos guardias que debieron asustarse de un Albán rabioso. “Al momento del almuerzo, se levantó abruptamente de la mesa diciendo que quería ir al baño”, explicó el miércoles. Ese alzamiento debió paralizar a los policías del Sebin ya que, según el fiscal, aprovechó el desconcierto para arrojarse desde el décimo piso.
Domingo, 14 de octubre. Saab acudió como invitado al programa del expresidente de Venezuela José Vicente Rangel. Era su momento de aclarar la versión de los hechos. Pero lo único que hizo fue enredarlos más.
De un posible comedor donde se encontraba, Saab lo reubicó a una sala administrativa. “Albán está en una oficina. En un momento pide ir al baño y no va al baño, sino que decidió lanzarse al vacío”.
¿Qué pasó con el abrupto levantamiento que aletargó a los guardas? ¿Qué ocurrió con el almuerzo? ¿Era un baño, un comedor o unas oficinas? Ninguno de estos puntos lo aclaró en la entrevista con Rangel.
Pero el fiscal insistió. Aseguró que el Ministerio Público fue “muy cuidadoso” con la indagación. Y prueba de ello es que “declaran poco”. En una semana ya han presentado cuatro versiones del asesinato. Y cuando declaran, dijo, “lo hacen mostrando una investigación”.
En este caso, las pruebas mostradas por Saab se limitan a tres fotografías y unos cuantos tecnicismos forenses para no decir que el cuerpo del concejal quedó destrozado tras la caída.
Las fotos muestran la ventana por donde se precipitó Saab y el lugar de la caída. No enseñan el piso 10, ni tampoco han mostrado vídeos del momento del suicidio. ¿Será que la sala administrativa del Sebin no tiene cámaras de vigilancia?