Leticia Núñez (ALN).- El programa de gobierno del expresidente, favorito en los comicios que se celebrarán el próximo 19 de noviembre, incluye modificaciones en el sistema político, como la modernización del Congreso, la reelección inmediata y la creación del Ministerio de la Familia. Asegura que no llega para desmontar todas las reformas de Michelle Bachelet, pero sí frenará la despenalización del aborto por tres causas y el proyecto de matrimonio igualitario.
Sebastián Piñera finalizó su mandato como presidente de Chile en 2014 con el gran logro de haber generado más de un millón de empleos, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística. Llevó a cabo reformas en vivienda, salud y educación. Por la magnitud del desafío, también destaca entre los éxitos de aquella administración la reconstrucción realizada tras el terremoto que había ocurrido unos días antes de que llegara al Palacio de la Moneda y que dejó 525 fallecidos. Junto con el épico rescate de 33 mineros en Atacama, son algunos de los puntos más simbólicos que marcaron ese periodo.
Ahora, más de tres años y medio después, Piñera vuelve a ser candidato presidencial con un programa de 124 páginas y un total de 745 medidas bajo el título “Construyamos Tiempos Mejores para Chile”. Plantea la reelección inmediata y destacan cambios para modernizar el Congreso, recortes de gastos en nuevas contrataciones y la creación del Ministerio de la Familia, entre otras promesas.
Es el gran favorito en las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo 19 de noviembre. Las encuestas dicen que el empresario, una etiqueta que siempre le ha acompañado y que no parece jugar en su contra, se encamina hacia su segundo mandato.
Un triunfo de Piñera marcaría un giro a la derecha en Chile, gobernado por la socialista Michelle Bachelet, y consolidaría esta tendencia en Latinoamérica tras las victorias de Mauricio Macri en Argentina y de Pedro Pablo Kuczynski en Perú. Preguntado por esto en una entrevista con el diario El País, Piñera fue rotundo: “Yo diría que hay un giro hacia cierto sentido común, hacia la responsabilidad. El socialismo del siglo XXI ha sido un gran fracaso. Si no, pregúntenles a los venezolanos o a los argentinos”.
El expresidente propone la reelección inmediata o un periodo de gobierno de seis años
El expresidente, que en los años 80 amasó una fortuna que hoy le convierte en uno de los hombres más ricos de Chile con un patrimonio de 2.500 millones de euros (aproximadamente 2.890 millones de dólares) según Forbes, no renovó el cargo en 2014 porque la ley no permite la reelección consecutiva. De ahí que ahora una de sus propuestas sea la reelección inmediata o un periodo de gobierno de seis años. Así lo recoge su programa: “Evaluar un cambio al periodo presidencial, introduciendo la reelección inmediata por una única vez o extendiendo el periodo a seis años”.
También propone flexibilizar la ley orgánica del Poder Ejecutivo facultando al presidente para reorganizar al inicio de su mandato los ministerios y las dependencias de los servicios públicos. Además, plantea permitir que el Congreso califique las urgencias legislativas y restringir su presentación en periodos previos a elecciones.
No es la única medida para “modernizar”, según dice, el sistema político. Se propone “incorporar una serie de disposiciones, incluyendo el concurso público como regla general de acceso a la administración, el mérito como uno de los principios que deben asegurar las leyes que regulen la carrera funcionaria”.
Pero no sólo eso. Piñera habla de establecer un límite a la reelección parlamentaria y fortalecer el carácter fiscalizador del Congreso obligando a las autoridades a asistir cuando son requeridas a las comisiones legislativas. Asimismo, el candidato de Chile Vamos propone una Contraloría General del Congreso Nacional que sea autónoma para el control ético y de gestión presupuestaria. Finalmente, se muestra partidario de reducir el número de parlamentarios de 155 a 120 y el de senadores de 50 a 40.
“Chile ha perdido el rumbo”
Piñera se fue con un elevado índice de popularidad, en torno al 50% de aprobación, y ahora regresa con las pilas cargadas. Durante la campaña, en la que concurren otros siete candidatos, sus críticas más feroces se han dirigido, sin embargo, contra Bachelet (quien no puede optar a la reelección). No es la primera vez que ambos se enfrentan: las historias de Piñera y Bachelet se remontan al año 2006, cuando ella lo derrotó en las presidenciales. En 2010, la socialista le entregó la vara de mando a Piñera, la misma que el expresidente le devolvería cuatro años después y que ahora espera recibir una vez más de manos de Bachelet.
Según Piñera, “Chile ha perdido el rumbo con Bachelet” y necesita “urgentemente corregir errores”. También en declaraciones a El País, el empresario recordó el “rechazo mayoritario” que han recibido las reformas de la mandataria (por ejemplo, la tributaria: subió los impuestos a las empresas de 20% a 25%) y que, por eso, sintió “que era mi deber asumir este liderazgo”.
Vuelve “no por nostalgia ni por el pasado, sino por el futuro”, como admitió en una entrevista con Moisés Naím en el programa de televisión Efecto Naím. Vuelve porque “Chile necesita grandes cambios para recuperar su liderazgo”. No obstante, reconoce que “no fue una decisión fácil porque la política se está haciendo cada día más tóxica”.
Queremos un Chile que potencie la agricultura y el mundo rural. Vamos a trabajar por tu futuro y el de tu familia, uno con #TiemposMejores. pic.twitter.com/pGFyF3sJV9
— Sebastian Piñera (@sebastianpinera) 13 de septiembre de 2017
Aunque se dice que llega para desmontar todas las reformas realizadas por el actual Gobierno, Piñera lo niega. “Yo no creo en las retroexcavadoras. Evidentemente, creo que las tres grandes reformas que implementó el Ejecutivo de la Nueva Mayoría -tributaria, laboral y educativa- son malas reformas. Efectivamente, en nuestro Gobierno vamos a corregir los errores fundacionales de las tres reformas”, señaló en una entrevista con el periódico chileno La Tercera.
A lo que sí quiere poner freno Piñera es a la despenalización del aborto en tres casos y al proyecto de matrimonio igualitario con adopción, presentado por Bachelet y que llegó al Congreso en agosto. “Tiene que ver con las convicciones personales”, dijo el expresidente. A lo que la actual mandataria le respondió: “Me parece que, en democracia, minorías no pueden buscar cambiar la decisión de las mayorías”.
En su programa de gobierno, un proyecto planteado desde las profundas diferencias que mantiene con Bachelet, advierte de primeras que “hoy en Chile tenemos un mal gobierno y un gran país” y manifiesta su objetivo de “recuperar el sentido común y ser un presidente de unidad nacional”.
Piñera plantea ampliar “progresivamente” las vacaciones de 15 a 20 días hábiles
En materia económica, habla de recortes de gastos. Unos ajustes que tendrán que ver con nuevas contrataciones, horas extra y asesores a honorarios. Ante lo que califica como “difícil situación” creada por el déficit fiscal y el “exceso” de gastos comprometidos para 2018-2021, el exmandatario apuesta por “reasignar recursos y evaluar la continuidad de los programas mal evaluados”. También plantea ampliar “progresivamente” las vacaciones de 15 a 20 días hábiles.
Sin salir de la parte económica, Piñera plantea para el sector minero, clave en la economía chilena, “reglas claras y estables”. Es partidario de simplificar los permisos que requiere un proyecto minero y reducir la incertidumbre regulatoria.
Pretende fundar el Ministerio de la Familia
En el ámbito social, su objetivo es crear el nuevo Ministerio de la Familia y Desarrollo Social para fortalecer el núcleo familiar. Sería el encargado de coordinar la reforma en lo que respecta a la infancia. También se crearía una Subsecretaría de la Familia. Asimismo, incluye una agenda de la mujer para promover la igualdad de derechos, deberes y trato, y propone un mayor protagonismo del Ministerio de la Mujer en la lucha contra la violencia, así como crear unidades especializadas de policía para perseguir denuncias domésticas.
En lo que a salud respecta, el exmandatario promete introducir más competencia en la industria de laboratorios y farmacéutica para rebajar el precio de las medicinas y potenciar el uso de los genéricos. Establecerá un comprador online para que todas las personas sepan en qué farmacia están los medicamentos más baratos del mercado.
¿Y en educación? Piñera habla de “incorporar nuevas tecnologías en las aulas” para aumentar la motivación y aplicar “experiencias exitosas en países como Australia y Singapur”. Dentro de las propuestas educativas, el expresidente opta por lo que llama el Plan Nacional de inglés, que incluye la eliminación de forma progresiva de los doblajes en televisión. Este programa incluye el Plan Nacional de Lenguas Digitales, incorporando programación y pensamiento computacional al currículo escolar.
Venezuela, donde sí coinciden Bachelet y Piñera
Donde sí parecen coincidir Piñera y Bachelet es en política exterior. Al menos en lo que concierne a la crisis venezolana. Aunque Chile se mantuvo distante respecto a Venezuela, la liberación del periodista chileno-venezolano Braulio Jatar a finales de mayo y la posterior suscripción de Chile de la Declaración de Lima, que consideró que Venezuela “ya no es una democracia”, terminaron por voltear la postura chilena. Más tarde llegó la reunión del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, con Bachelet y la intención de “ayudar a los venezolanos a encontrar el camino pacífico para restaurar su democracia”. Por si fuera poco, esta semana se produjo el refugio del primer vicepresidente de la Asamblea Nacional legítima de Venezuela, Freddy Guevara, en la Embajada de Chile en Caracas después de que el Tribunal Supremo de Justicia pidiera enjuiciarlo y levantar su inmunidad parlamentaria.
Junto a Antonieta Mendoza,madre de @leopoldolopez, y @FreddyGuevaraC, VicePdte Asam. Nacional de #Venezuela,grandes luchadores x la libertad pic.twitter.com/XDqW6z7gNi
— Sebastian Piñera (@sebastianpinera) 10 de septiembre de 2017
Frente a la resistencia inicial de Bachelet a confrontar a Nicolás Maduro, Piñera ha sido un adalid de la lucha contra el presidente venezolano junto con otros expresidentes como el boliviano Jorge Quiroga y el colombiano Álvaro Uribe. El exmandatario chileno dijo en abril que Venezuela se había “convertido en una dictadura igual que Cuba” y después señaló que América Latina no puede permanecer “indiferente” ante la “tragedia de Venezuela”.