Leopoldo Martínez Nucete (ALN).- Surge la pregunta con respecto al voto latino en las primarias del Partido Demócrata en EEUU. Joe Biden es el preferido de los hispanos con 22%, Bernie Sanders tiene 20% y Julián Castro acumula 12% en los promedios nacionales. Pero en Texas, los latinos apoyan primero a Beto O’Rourke con 26%, luego a Biden con 19%, y siguen Sanders con 16% y Julián Castro con 13%.
Esta semana en Houston debatirán sólo 10 demócratas. En un abrir y cerrar de ojos estaremos en las primarias en los “early states”: Iowa, New Hampshire, Carolina de Sur y Nevada. En consecuencia, más allá de los sondeos nacionales, que continúan posicionando a Joe Biden con cómoda ventaja, al mismo tiempo que como el candidato que más fácilmente derrotaría a Donald Trump, es hora de usar la lupa para ver cómo se proyectan las cosas en cada uno de esos estados, por el impacto que tienen en las tendencias electorales del apetecido “supermartes” (donde se resuelven varios estados en una noche), y los premios gordos de California, Nueva York, Texas y Florida.
Vale la pensar vale la pena especular sobre lo que deberían estar pensando Julián Castro o Beto O’Rourke a esta altura. Sus decisiones, de ser oportunas, pueden no sólo reforzar la victoria de Biden en las primarias y las presidenciales (ganando Texas no hay forma alguna de que Trump pueda reelegirse), sino también parece plausible luchar por ganar ese voto en el Senado.
En los “early states” hay encuestas muy recientes de CBS News. Según estas la pelea está cerrada a menos de un punto porcentual en Iowa, New Hampshire y Nevada entre Biden, la senadora Elizabeth Warren y el senador Bernie Sanders. Pero en Carolina del Sur, Biden lidera con comodidad sumando el 43%. En este escenario, Biden saldría de estos primeros estados con una ventaja frente a Warren y Sanders en el número de delegados electos (600 para Biden, 545 Warren y 286 Sanders); pero cabe advertir que todas las demás encuestas siguen colocando a Biden con sólida ventaja en Nevada (en cuyo caso su cuenta en delegados mejorará ostensiblemente). A partir de allí comenzamos a imaginar escenarios de retiros de candidaturas, incluyendo la senadora Kamala Harris, quien seguramente se mantendrá en la lucha por un buen tiempo a la espera de los resultados en California y algunos estados del sur, donde aspira competir con el bien ganado apoyo que tiene Biden de la comunidad afroamericana, por su trayectoria en la defensa de los derechos civiles y la dupla como vicepresidente de Barack Obama.
Así las cosas, dos preguntas emergen: ¿A dónde irían los votos de Kamala Harris? Y luego, dado que Warren y Sanders se perciben intersectando en el mismo universo electoral: ¿Qué pasaría si alguno se retira o apoya al otro? Hay algunos números indicativos, según los estudios de Morning Consult. Los electores de Harris parecen tener más afinidad con Biden, y sorpresivamente, la compatibilidad entre quienes apoyan a Sanders y Warren no es ideológica y aritmética; de hecho, casi un tercio de quienes apoyan a Sanders prefieren a Biden, y lo mismo pasa con los electores que apoyan a Warren. Es decir, si Warren o Sanders se retiran Biden también crece.
La otra pregunta que surge es con respecto al respaldo del voto latino, y en eso nos ofrece claves el estudio de Univisión con la Universidad de Houston. Biden es el preferido de los hispanos con 22%, Sanders tiene el 20% y Julián Castro acumula el 12% en los promedios nacionales. Pero en Texas, los latinos apoyan primero a Beto O’Rourke con 26%, luego a Biden con 19%, y siguen Sanders con 16% y Julián Castro con 13%. Biden lidera el voto total en Texas, peleando cabeza a cabeza con O’Rourke (20% vs.19%), seguidos por otro empate técnico para el segundo entre Castro, Sanders y Warren, cada uno alrededor del 13% y 12%.
En California y Florida, dos estados que constituyen un “gran premio” en delegados con concentración de votantes latinos, Biden lidera ambos, con porcentajes que en California rondan el 25% (en una lucha competida contra la senadora Harris), pero muy cómodamente en Florida, donde el respaldo a Biden llega incluso al 47%.
Así las cosas, dos actores claves, pese a su bajo posicionamiento en los promedios nacionales, son Julián Castro y Beto O’Rourke, por lo que representan para el voto latino y en Texas. En otros estados con alta importancia del voto hispano, además de Nevada, ya analizado, como Nuevo México, Arizona y Colorado, sin duda que la decisión de apoyo que tome Julián Castro tiene alto valor estratégico y cualitativo.
Y es precisamente al pensar en esto, que vale la pena traer otro dato muy importante: la lucha por el Senado en Texas en 2020. Ya en 2018 O’Rourke se colocó en un histórico y estrecho resultado contra Ted Cruz. Ahora el senador republicano que defiende su puesto es John Cornyn, quien ha descendido en las encuestas del diario Texas Tribune a un 37% de apoyo. Y en la lucha presidencial, Texas también está en juego, pese a ser un bastión tradicionalmente republicano, de hecho las encuestas de Quinniapac y Emerson asoman que Biden derrotaría a Trump con una diferencia del 3%. El factor clave en Texas es el crecimiento del voto latino y su fuerte oposición a Trump.
Donald Trump no puede ganar las elecciones si no gana en Florida
Con ocasión de que esta semana estaremos en Houston para el debate entre los demócratas, vale la pensar vale la pena especular sobre lo que deberían estar pensando Julián Castro o Beto O’Rourke a esta altura. Sus decisiones, de ser oportunas, pueden no sólo reforzar la victoria de Biden en las primarias y las presidenciales (ganando Texas no hay forma alguna de que Trump pueda reelegirse), sino también parece plausible luchar por ganar ese voto en el Senado.