Daniel Gómez (ALN).- Nicolás Maduro está arrecho. Dice que Venezuela está siendo agredida. Por el imperio. Por Estados Unidos. Y al mismo tiempo, Maduro se siente tranquilo. Asegura que el venezolano es un pueblo bravo. Tan bravo, que, pese a todo, ni siquiera está triste. Eso afirma Diosdado Cabello. Por eso saldrán adelante. Ya lo están haciendo. Afirma Maduro que PDVSA remonta la producción. Que habrá dos millones de barriles diarios a finales de 2019. Y entonces vendrá la salud, las medicinas, la recuperación económica. ¿Y la felicidad? La felicidad no, porque como dice Cabello, los venezolanos no andan tristes.
La marcha que organizó el chavismo este fin de semana quiso ser una demostración de fuerza. Pero no. Lo único que consiguió el régimen es demostrar su desesperación. Y que, para mantenerse en el poder, todo vale. Incluso mentir. Quizá la única verdad fue la dicha desde Cojedes por el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente y número dos del chavismo, Diosdado Cabello. “Ya se hizo lo más difícil hace 20 años. La llegada de Hugo Chávez al poder. 20 años después estamos obligados a preservar el poder en nuestro pueblo para que más nunca la derecha vuelva a gobernar esta patria”.
El engaño económico
“Hay que ver la arrechera que me pega”, dijo Nicolás Maduro desde Caracas, “cuando especulan los procesos de precios, cuando esconden productos por meses”.
Maduro está arrecho, enfadado, por la supuesta guerra económica que Estados Unidos ha desplegado contra Venezuela. Una guerra, que agrega, ha estado apoyada por el Presidente Encargado, Juan Guaidó.
“Hay que decirlo. Toda esta agresión económica, toda esta maldad, toda esta bestialidad, ha sido apoyada por este bandido, este gusano, este traidor de la patria llamado Juan Guaidó. Y lo denuncio ante todo el mundo”, señala Maduro.
Maduro subestimó a Guaidó y ahora es un problema liquidarlo
Entre 2013 y 2018 la economía venezolana se contrajo 47,6%. Sólo en 2019 caerá otro 35%, pronostica el Fondo Monetario Internacional. Y el motivo no fue la supuesta guerra económica, sino la gestión de Maduro y la herencia del chavismo, que llevaron la producción a su mínimo histórico, mientras que la inflación pasó por encima del 1.000.000%. Y esto es algo que dicen los economistas, y también la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet.
Bachelet se pronunció contra el reciente bloqueo de Donald Trump a Maduro porque dice que estas “sanciones son extremadamente amplias y no contienen las medidas suficientes para mitigar el impacto en los sectores de la población más vulnerables”. Pero en ese pronunciamiento, agregó que la crisis de Venezuela viene de lejos. “Las causas son anteriores”, apuntó. Y como dijo en el informe sobre Venezuela, todo comenzó en 2013. Y en ese año fue cuando apareció Maduro.
El engaño petrolero
Ahora Nicolás Maduro dice que se está preparando. Espiritual, militar y económicamente. Lo económico, insiste, es lo principal. “Tremenda guerra económica que hemos enfrentado. Desde el propio año 2013. Desde el año en el que nuestro comandante partió a la vida inmortal”.
Apunta Maduro que necesitan “más trabajo, más producción, más disciplina, más entrega”. De todo el sector económico. De todos los empresarios. “A parir, caballero, a parir, con trabajo”. Y en todo esto hace un llamado a los trabajadores de la petrolera estatal, Petróleos de Venezuela (PDVSA).
“Hay que apretar la tuerca en PDVSA: elevar la efectividad, la organización y elevar la producción”, dice Maduro antes de ponerse a mentir. “Hemos logrado remontar más de un millón de barriles. La gran meta de finales de 2019 de estar en los dos millones de barriles de petróleo para invertirla en salud, vivienda, alimentación”.
¿De verdad remontó? Los expertos del sector hablan de una producción inferior a 750.000 barriles diarios. Pero Maduro dice que PDVSA produce un millón. Y que de aquí a terminar el año producirá dos millones. ¿De verdad?
El engaño de la felicidad
Maduro miente con la producción, y Diosdado Cabello con la felicidad. “Cuando observa las caras en las calles, uno siente que ahí está la cara de Hugo Chávez, que nos dice que tenemos que defender nuestra patria”. Incluso agrega: “Salimos a marchar en protesta y no vemos una sola cara amargada. Ni siquiera con tristeza. Vamos a decirle al mundo que aquí hay un pueblo de pie”.
Hoy Venezuela es el país más infeliz de Latinoamérica. En el ranking de la felicidad divulgado por la ONU este 2019, Venezuela ocupa el puesto 108 de 156 con un inquietante y continuado aumento en los indicadores de ira y tristeza desde 2015.
La encuestadora Delphos, dirigida por el estadístico venezolano Félix Seijas, agrega que en Venezuela sólo 2,5% de las personas afirman ser felices, siendo las mujeres menos felices que los hombres. Quizá ese 25% sea el único apoyo que le quede al chavismo.
El engaño de la intervención militar
“Si la pelea es peleando, vamos a pelear, pues”, dijo Cabello. Tanto este como Maduro hablan de guerra. Dan por hecho que EEUU quiere atacar Venezuela. Si bien es cierto que es una opción que baraja la Administración Trump, no es la opción favorita, ya que todos, desde Trump hasta sus asesores, siempre abogan por una salida pacífica, negociada.
Pero Maduro y Cabello hablan de guerra. Y Cabello incluso asegura que “los que están fuera en Colombia, Argentina y Brasil, pidiendo y solicitando intervenciones contra nuestra patria, lo están haciendo con nosotros porque somos incómodos”.
Ningún gobierno de Latinoamérica se ha manifestado a favor de una intervención militar en Venezuela. Al contrario, los gobiernos de Iván Duque, Mauricio Macri y Jair Bolsonaro abogan por una salida pacífica. Es el chavismo el único que habla de guerra. Que se prepara para lo peor.
“Nos hemos venido preparando militarmente. Venezuela hoy tiene un poder militar respetable que garantiza en cualquier circunstancia la integridad territorial, la paz, y la soberanía nacional. Tenemos una poderosa fuerza armada nacional bolivariana. Unida, cohesionada, moralizada, y, sobre todo, leal al mando del comandante en jefe Nicolás Maduro Moro”. Eso dijo Maduro.