María Rodríguez (ALN).- El presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, trató de dar este viernes en rueda de prensa una imagen de que el independentismo está unido. Pero la realidad es otra. La crisis interna se agrava. Mientras, el Gobierno de España continúa en la cuerda floja. “Parece que uno hace que se sostenga el otro y viceversa”, explica al diario ALnavío José María Marco, profesor de Historia de las Ideas Políticas en la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid.
Dos gobiernos debilitados, dos gobiernos en ciernes. ¿Quién caerá antes, Quim Torra en Cataluña o Pedro Sánchez en España? Esa es la pregunta que resuena tras la crisis interna -pero bien abierta- en el independentismo catalán, agravada aún más esta semana. En Madrid, el gobierno de Sánchez tampoco vive un camino de rosas. Desde sus inicios en junio, el Ejecutivo ha estado en la cuerda floja y no sólo por ser un Gobierno en minoría. Ya acumula dos dimisiones de ministros y varias polémicas. Parece que fuera un Gobierno que termina y no que empieza.
El independentismo catalán afronta su ‘otoño caliente’ dividido
El independentismo catalán plantea un ‘otoño caliente’, pero lo hace en una situación de debilidad política y desconcierto.
La crisis en el independentismo catalán se agravó este jueves por los desencuentros entre los dos grupos parlamentarios que conforman el gobierno de la región: ERC (Esquerra Republicana de Cataluña) y Junts per Catalunya (JxCat). No se ponen de acuerdo sobre cómo sustituir a los seis diputados suspendidos por el juez Pablo Llarena, acusados de rebelión en el marco del proceso independentista en Cataluña.
Entre estos diputados suspendidos está Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat de Cataluña, que reside en Bruselas desde casi un año, a donde huyó poco después de celebrarse el referéndum ilegal del 1 de octubre.
ERC y JxCat habían llegado a un acuerdo para que estos diputados designaran a un sustituto mientras dure su situación judicial, pero JxCat apostó por mantener la delegación de voto de sus cuatro diputados afectados, entre ellos Puigdemont, según recoge el diario El Español.
La escalada en la crisis independentista es tal que obligaron a aplazar hasta el día 9 el pleno en el Parlament de Cataluña, previsto para este jueves.
No obstante, en una rueda de prensa conjunta celebrada este viernes, Torra (JxCat) y el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès (ERC), trataron de dar una imagen de unidad. Se comprometieron a mantener el pacto (y por ende el Gobierno de Cataluña) al menos hasta que el Tribunal Supremo de España dicte sentencia sobre los diputados suspendidos, según publica la agencia EFE.
¿Un Gobierno sostiene al otro y viceversa?
“Da la sensación de que el futuro del gobierno de Torra y de Sánchez está relacionado. Parece que uno hace que se sostenga el otro y viceversa”, explica al diario ALnavío José María Marco, profesor de Historia de las Ideas Políticas en la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid.
Marco añade que de caer uno de los dos gobiernos “sería más difícil que lo hiciera el Gobierno central, porque hay otros intereses” para que se mantenga. “Más frágil es el de Torra, ya que, aunque los dos gobiernos son débiles, el de Torra está más dividido”, sostiene el profesor. De esta forma, si cae primero el de Cataluña, se podría salvar el de Sánchez, al menos temporalmente, porque el foco se trasladaría a esta región de España.
Cabe recordar que Torra lanzó un ultimátum a Sánchez este martes. El catalán le advirtió que “el independentismo no podrá garantizar la estabilidad” del Ejecutivo español en el Congreso de los Diputados si antes de noviembre no hay una propuesta para “ejercer la autodeterminación” en Cataluña.
La respuesta de Sánchez llegó enseguida. Vía Twitter, el presidente lo dejó claro: “No aceptamos ultimátums”.
La respuesta es clara, no hay que esperar a noviembre. Autogobierno y convivencia. No independencia.
No aceptamos ultimátums. Entre la quiebra de la legalidad y el 155 perpetuo, el Gobierno mantiene la determinación de continuar con el diálogo y la ley. pic.twitter.com/RaP44qpKri— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) 2 octobre 2018
El ultimátum de Torra llegó una después de que Sánchez lanzase una advertencia a los independentistas desde Estados Unidos, donde se encontraba de visita oficial: “La política es siempre un juego de prioridades. Si priorizamos el conflicto a la cooperación, game over”, apuntó en clara referencia a la posibilidad de convocar elecciones.
Noviembre es precisamente el mes en el que el gobierno de Sánchez prevé presentar los Presupuestos Generales del Estado de 2019, cuya aprobación requiere del respaldo, entre otros, de los grupos independentistas.
Marco: “Sería más difícil que cayera el Gobierno central”
En declaraciones al diario ALnavío, Alfonso Usía, analista político subraya que “Sánchez se está perdiendo, por juntarse (entre otros) con los separatistas”. Añade que “la situación en España ha llegado a límites insospechados, inasumibles” y que “lo lógico es que las elecciones generales no sean próximas sino inminentes. La convocatoria tendría que ser urgente”.
En cuanto a Cataluña, Usía subraya que “Torra se cree que sólo es presidente de sus partidarios” y añade: “Yo creo que todo está llegando a tal punto de putrefacción que ya no se puede ir más bajo”. Recalca que “el odio que tiene Torra a ERC y la CUP (Candidatura de Unidad Popular, de extrema izquierda e independentista) es insalvable”.
Ahora bien, este analista también ve una ventana optimista: “España es muy fuerte a pesar de los gobiernos de uno y otro”.
Las crisis del gobierno de Sánchez
Para Usía, el Ejecutivo de Sánchez es “un gobierno totalmente señalado por irregularidades”. Màxim Huerta dimitió como ministro de Cultura seis días después de asumir el cargo. Renunció después de que se publicara que fue condenado por fraude fiscal. En septiembre dimitió la ministra de Sanidad, Carmen Montón, por irregularidades en la obtención de un máster (Leer más: Cómo el virus de los másteres infecta la política española).
A Sánchez también se le cuestionó su tesis doctoral. Incluso el diario Abc le acusó de plagiarla, lo que desmintió tanto el propio presidente como su Gobierno.
Y un escándalo más. El de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, por sus contactos con el excomisario José Villarejo, en prisión provisional por presuntos delitos de organización criminal, cohecho y blanqueo de capitales.