Reinaldo Iturbe (ALN).- En El Salvador la prensa lo insinuaba directa o indirectamente: militantes de alto perfil del partido venezolano Voluntad Popular participan de manera directa en la toma de decisiones de un cada vez más polémico Nayib Bukele, recientemente en el ojo de la opinión pública tras el escándalo de destituciones de jueces por parte de un Congreso que controla el oficialismo.
El argumento era que “los magistrados destituidos emitieron veredictos contrarios a decretos ejecutivos durante la pandemia y así obstaculizaron el trabajo del Ministerio de Salud”, dice la prensa local. En el camino también se llevaron al fiscal Raúl Melara por “cuestionamientos a su independencia e imparcialidad debido a sus supuestos vínculos con el partido opositor Arena”.
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Caída y mesa limpia fue lo que trató de hacer Bukele. Como todo líder, tiene acérrimos defensores y también acérrimos enemigos. Hay quienes al calor del análisis, anticipan que se moldea una figura marcada hacia el autoritarismo en el mandatario. El poder corrompe. Y el poder absoluto corrompe absolutamente. Bukele controla el Ejecutivo, la Corte Suprema, la Fiscalía y, desde luego, números en las encuestas.
Pero mientras en el El Salvador ya se conocía con varios meses de antelación el “origen secreto” de gabinete de Bukele, en Caracas nadie hablaba del caso. No hasta hoy, cuando una publicación de la revista El Faro prendió las alarmas de un lado y del otro.
“El Gobierno del presidente Nayib Bukele tiene una estructura oculta por encima de sus ministros, una especie de supragabinete formado por al menos diez asesores venezolanos cuyos contratos, honorarios y responsabilidades no han sido transparentados. La mayoría de ellos están ligados al autoproclamado gobierno interino de Juan Guaidó y a la dirigencia del partido Voluntad Popular en Maracaibo y Caracas. Al menos desde febrero de 2020, un mes antes de la pandemia de coronavirus, este gabinete paralelo ha dado órdenes a ministros del gabinete económico, de salud y de otras instituciones del Ejecutivo. Otro grupo, desde Casa Presidencial (Capres), se encarga de coordinar las actividades del aparato de propaganda del Órgano Ejecutivo y de Nuevas Ideas, partido fundado alrededor de la figura de Bukele y que controla la Asamblea Legislativa desde febrero de 2021”, se lee en el texto de El Faro firmado por Jimmy Alvarado
Y sigue otro elemento central:
“En el organigrama no oficial de este gabinete paralelo, debajo de Hanna, está su persona de mayor confianza, Miguel Sabal, quien se encarga de temas logísticos y del reclutamiento de venezolanos en Caracas para trabajar con el Gobierno de El Salvador. Luego están los asesores por áreas: Miguel Arvelo en Salud, Tomás Hernández en el gabinete económico, Roddy Rodríguez en Educación y Cancillería, Juan Carlos Gutiérrez en los temas de transparencia, enlace con la Corte de Cuentas y la Cicíes; Santiago Rosas ha estado a cargo de la elaboración del Plan de Control Territorial, que nunca ha sido presentado públicamente, y Ernesto Herrera se ha desempeñado como asesor en el Ministerio de Seguridad. Como asesora de Capres, en protocolo, estaba María Alejandra García, que actualmente se encarga de coordinar, junto a su pareja, Tomás Hernández, el Programa de Emergencia Sanitaria (PES). La cabeza del segundo grupo es Lester Toledo, quien ha trabajado para Nuevas Ideas, pero a quien el Gobierno encomendó diseñar el PES como herramienta de organización del territorio. Las acciones de propaganda en redes sociales son coordinadas por el equipo de Toledo, que incluye a su hermano Lender y a Esteban Vicuña, en coordinación con Hanna”.
UN TEMA DESCONOCIDO EN VENEZUELA
Meses antes de que este prestigioso diario de El Salvador publicara el reportaje, en otros artículos se escribió sobre la asesoría prestada por Lester Toledo a Bukele. Hasta eso se sabía. El propio Toledo lo ha admitido en su cuenta Twitter. Los que en Caracas sabían a ciencia cierta cuál era el maridaje entre Bukele y Voluntad Popular, se enteraron apenas ayer de la profundidad del escándalo luego de la reproducción de El Faro en una web de investigaciones en Venezuela llamada Armando Info.
Desde el punto de vista político, cualquier presidente puede asesorarse con quien estime pertinente. El problema son los recursos. En qué partidas son asignadas, porque si como alega El Faro el gabinete es “oculto”, entonces las remuneraciones también lo son.
Del caso hay dos puntos clave: Leopoldo López y Lester Toledo. El primero, fundador de Voluntad Popular, mantuvo una posición inusualmente neutral cuando el escándalo de las destituciones de jueces y discales se hizo pública.
MÁS GASOLINA A LA FOGATA
Y ahora es Lester Toledo quien agrega gasolina a la fogata. Toledo dijo el martes, citando a El Faro, que “no es cierto que existan integrantes del equipo de Juan Guaidó. Conozco a varios venezolanos honestos que trabajan en equipos técnicos con gente de distintas nacionalidades. Si alguien tiene alguna duda, debería preguntarnos de manera directa”.
Es decir, Toledo niega que parte de la cúpula de Guaidó sea un “gabinete paralelo” de Bukele, pese a que todas las pruebas van en la dirección contraria. De hecho, Toledo se ha exhibido con otros dirigentes de Voluntad Popular con altos cargos de El Salvador.
Para terminar, Toledo pide que si hay una duda consulten con los acusados, cuando el equipo de El Faro alega en su trabajo que “El 1 de junio, El Faro pidió entrevista a varios asesores de este grupo, a Sarah Hanna, a Lester Toledo, a Esteban Vicuña y a Roddy Rodríguez, a través de correos electrónicos y mensajes de Whatsapp, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta”.
De manera tal que Toledo no aclara, sino que oscurece.