(EFE).- Un proyecto de cooperación triangular financiado por la Unión Europea (UE) buscará transformar el residuo del arroz, conocido como cascarilla, en biomateriales sostenibles de alto valor agregado en Costa Rica, Paraguay y España, se informó este miércoles.
La oficina de la UE en Costa Rica detalló que la iniciativa llamada ´Valorarroz´ fue seleccionada por el Fondo de Cooperación Triangular Unión Europea-Costa Rica-América Latina y el Caribe de Adelante 2, y contará con una financiación europea de 1,2 millones de euros (unos 1,24 millones de dólares).
La iniciativa aspira a desarrollar empaques a partir de un material natural de un producto cuya revalorización abre oportunidades económicas para el sector agroambiental en los países participantes, dada la cantidad de cascarilla de arroz que se produce, que es de 510.000 toneladas entre España, Costa Rica y Paraguay.
´Valorarroz´ trabajará en aprovechar la fracción gaseosa de la cascarilla para producir resinas aplicables en empaques sostenibles; en el procesamiento de las cenizas de la cascarilla para potenciar su capacidad de remover contaminantes emergentes, como colorantes de la industria alimentaria y textil, además de residuos de medicamentos y productos cosméticos.
Otro punto de investigación será el de generar materiales carbonosos con propiedades de absorción avanzadas, con el fin de emplearlos en la remoción de contaminantes.
El objetivo es «transformar este residuo agrícola en biomateriales de alto valor agregado, promoviendo la sostenibilidad, la innovación y el desarrollo científico en la región, con la participación de socios nacionales e internacionales», explicó la oficina de la UE en San José.
El proyecto, es liderado por la Universidad Estatal a Distancia (UNED) y el Centro Nacional de Alta Tecnología (CeNAT) de Costa Rica; la Universidad Nacional de Asunción (UNA) de Paraguay, y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España.
“El enfoque integral de ‘Valorarroz’ maximiza el uso de los recursos y ofrece una alternativa viable para mitigar el impacto ambiental derivado de la quema de residuos agrícolas, práctica que contribuye significativamente a la generación de gases de efecto invernadero y la degradación del suelo», explicó el jefe de Cooperación de la Delegación de la UE en Costa Rica, Matteo Banti.