Moris Beracha (ALN).- No hay duda de que el desplome de los mercados financieros en las últimas semanas ha sido histórico. Hay quienes incluso tienden a compararlo con la crisis de 2008, pero la realidad es que la situación producida por la pandemia del coronavirus es totalmente diferente a lo que hemos visto antes. La incertidumbre, la angustia y el miedo que ha despertado en la población mundial este nuevo coronavirus no tienen precedentes en la historia contemporánea.
Ante este escenario, los inversionistas no están pensando de la manera tradicional. Una vez que los mercados comienzan a ir en picada su comportamiento está demostrando ser diferente. El razonamiento de una gran cantidad de los inversionistas es que deben vender las acciones y posiciones para poder subsistir en vista del riesgo latente que existe de perder los empleos con la recesión que se avecina.
Otro punto que nos debe llamar la atención para la toma de decisiones es pensar cuánto tiempo pueden estar las empresas pagando sueldos sin que los empleados trabajen. Es un hecho que los mismos empleados están conscientes de que en la medida que esta crisis se prolongue, sus puestos de trabajo están en riesgo. Entonces, es comprensible el comportamiento de los inversionistas, quienes no sólo venden por pánico a perder su inversión, sino por necesidad, por precaución, por tener cash que es con lo que se pueden pagar los bienes y servicios.
La incertidumbre de enfrentarse a un virus desconocido y el no saber cuánto durarán las cuarentenas es lo que realmente ha desatado el mayor pánico en los mercados. La gente está pensando en no enfermarse, en que sus familiares y amigos cercanos no contraigan la enfermedad y en tener cash suficiente para poder cubrir sus necesidades de alimentación y servicios si esta pandemia se prolonga.
La manera tradicional en que las compañías afrontaban las caídas bruscas de mercado era anunciando una recompra de acciones. De esta manera, se ayudaba al precio de la acción y se retribuía a los accionistas con dinero en efectivo de la caja de la empresa. En las actuales circunstancias esta medida no contribuiría en nada en mantener los precios a flote. Un ejemplo de esto es el de Starbucks que anunció hace unos días la recompra de sus acciones, pero desafortunadamente esta decisión no le ha producido ningún beneficio a la acción.
¿Cuáles son las armas de Alemania y Corea del Sur que no tienen España e Italia para enfrentar al coronavirus?
El mundo se enfrenta a una situación jamás vista de incertidumbre e ignorancia sobre un tema de salud mundial. Los mercados financieros suelen anticipar los hechos por venir, pero esta crisis sobrevenida, creada por el Covid-19 hace muy difícil predecir qué puede suceder de ahora en adelante por una razón sencilla: No se tiene información acerca del proceso de curación de este virus.
Se calcula que más de 4.000 millones de dólares en ingresos por sueldos y salarios y más de 25 millones de puestos de trabajo se perderán en este 2020, asumiendo que esta pandemia se prolongue por 2 meses más. Las consecuencias de este virus y su duración realmente pueden cambiar de manera fundamental el comportamiento de los mercados financieros.
Oportunidades para después de la crisis
Ahora bien, sin duda en un horizonte de largo plazo y confiando que los países y potencias del mundo lograrán detener esta pandemia, hay valores de empresas que pudieran ser una oportunidad para acumular. Amazon, por ejemplo, tiene gran potencial porque se trata de una compañía a través de la cual las personas pueden adquirir un sinfín de productos sin necesidad de ir a una tienda y entrar en contacto con otras personas. Esto quiere decir que empresas de este tipo en el mundo digital deberían verse fortalecidas en un futuro cercano.
El pánico nunca es buen consejero y sobre todo en los mercados financieros. Es así que para aquellos que no tengan la necesidad de liquidez en lo inmediato, la recomendación es simplemente aguantar sus posiciones pensando que en el mediano y largo plazo pudiera ser esta una oportunidad de acumular. Sin embargo, hay que estar claro en que esta realidad que estamos viviendo va a traer como consecuencia una recesión a nivel global con una disminución en el crecimiento económico.
Algo importante que debemos notar es el comportamiento de los últimos tres días de los bonos del tesoro americano, los cuales estaban por primera vez en la historia por debajo del 1% de rendimiento cuando comenzó esta situación. En los últimos tres días han subido nuevamente su rendimiento a niveles de 1,20% aproximadamente.
Lo que esto significa es que los mayores tenedores de bonos del tesoro americano son 36 países, los cuales han preferido vender posiciones y acumular cash antes que hacer uso de estos bonos como típicamente se han utilizado ante cualquier crisis. Los títulos del tesoro son conocidos como los safe heaven, es decir, son una protección garantizada ante la caída de los mercados.
Hay que tomar en cuenta que ni siquiera las intervenciones conjuntas de los principales bancos centrales para apoyar con liquidez sus sistemas financieros han sido capaces de tranquilizar a los mercados. Con seguridad seguiremos viendo una altísima volatilidad producto de la incertidumbre, que a fin de cuentas es el enemigo número uno en los mercados financieros.