Leticia Núñez (ALN).- Se llama Alfonso Romo. Tiene 68 años. Y procede de una de las familias más ricas e influyentes del norte de México. Es el elegido por Andrés Manuel López Obrador para coordinar la oficina de la Presidencia en caso de ganar las elecciones del 1 de julio. Romo es sobrino-nieto del expresidente mexicano Francisco Madero y desde enero de 2017 actúa de puente entre López Obrador y el sector privado. Es una apuesta por la moderación y el diálogo.
Los caminos del empresario Alfonso Romo y de Andrés Manuel López Obrador, candidato a la Presidencia de México, se cruzaron en 2011. A Romo, de 68 años, le daba “mucha flojera” acudir a la casa del político (de 64 años) para conocerse, como él mismo reconoció en una entrevista con la revista Forbes. Pero aceptó la invitación. No perdía nada. Ambos congeniaron. Tanto que López Obrador ya ha anunciado que si gana los comicios del próximo 1 de julio, Romo será su jefe de gabinete, una especie de superministro al frente de la oficina de la Presidencia.
Pero, ¿quién es Alfonso Romo? ¿Cuál es su trayectoria? ¿Qué busca López Obrador con este anuncio? “Decir que Romo será el hombre fuerte de su gabinete es uno de los guiños más claros para llamar a la tranquilidad”, asegura Rogelio Núñez, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), en declaraciones al diario ALnavío.
En opinión de Núñez, Romo es “una figura respetada” que aporta “la tranquilidad de que finalmente López Obrador no dé bandazos”. El experto considera que detrás del nombramiento hay “una apuesta por la moderación y el diálogo, por contener las aristas de López Obrador a corto plazo”.
La historia empresarial de Romo comenzó a principios de los 80, con un negocio de restaurantes. Luego trabajó en VISA, la primera embotelladora de lo que terminó convirtiéndose en Coca-Cola Femsa. Años después, tal como recoge el periódico El Universal, se hizo con el control de Cigarrera La Moderna, que en aquel entonces formaba el duopolio del tabaco junto con Cigatam, propiedad del magnate Carlos Slim. En 1997, Romo decidió venderlo a British American Tocacco por 1.708 millones de dólares, convirtiéndose en la inversión extranjera más alta realizada por una empresa de Reino Unido en México.
“Vamos a avanzar bastante en la confianza y el tiempo lo va a ir rectificando”
Del tabaco saltó al negocio financiero. Romo compró una firma de seguros, Seguros Comercial América, que 20 años después, en 2001, vendió a ING. Así lo contó el periódico The Wall Street Journal: “En un intento de salir de una deuda agobiante, el empresario mexicano Alfonso Romo decidió el lunes abandonar la aseguradora Seguros Comercial América al vender su participación mayoritaria al coloso financiero holandés ING Groep NV por 791 millones de dólares, que ahora tendrá un 90% de la mayor aseguradora de México”.
Además, Romo creó la casa de Bolsa Vector, que mantiene en la actualidad. Así, a mediados de los 90, el empresario mexicano ya contaba con firmas en sectores tan dispares como el tabaco, los materiales de construcción, seguros, textiles, agrobiotecnología y energía. Actualmente Romo no figura en la lista Forbes, para lo cual se requiere contar con una fortuna de al menos 1.000 millones de dólares. Pero sí apareció en el pasado. En el 2000, su patrimonio ascendió a 2.100 millones de dólares, según la revista.
Cabe destacar que es sobrino-nieto de Francisco Ignacio Madero, presidente de México de 1911 a 1913. El exmandatario provenía de una de las familias con más recursos del país. De hecho, Friedrich Katz, profesor de la Universidad de Chicago, describió a la familia Madero como la más rica e influyente de Coahuila. Antes de 1910, fueron los dueños del único horno de fundición en el norte de México que no dependía de la American Smelting and Refining Company.
Uno de los últimos grandes emprendimientos de Romo es Seminis, con la que llegó a controlar 22% del mercado mundial de semillas. La multinacional Monsanto, gigante en el mundo de la agricultura, le compró el negocio en 2004 por 1.300 millones de dólares.
Su último negocio
En la actualidad, según reveló el empresario a Forbes, está al frente de Synthetic “cultivando pulmones, corazones, páncreas e hígados en cerdos, que podrán ser trasplantados en humanos muy pronto, con un riesgo mínimo de rechazo”.
Asimismo, el “multimillonario” –como le define Forbes pese a no saberse la cifra de su fortuna- dice que Vector sigue en expansión operando en una decena de países y que preside la Universidad Metropolitana de Monterrey. “Decidí construir un grupo privado, menos público, entonces ya no tengo que andar presentándome ni diciendo qué hago”, señaló al respecto.
A la faceta empresarial se suma la política. En enero de 2017, López Obrador presentó a Romo como el coordinador de la elaboración del Proyecto de Nación 2018-2024. “El renacimiento de México no es tarea de un solo hombre”, escribió el candidato a la Presidencia en Facebook. Ahora, un año y medio después, está a un paso de dar otro salto más. Y es que como dijo López Obrador en un evento realizado en Monterrey, Romo será el jefe de gabinete si gana las elecciones. Los sondeos están de su parte. Todos sin excepción le dan como triunfador.
Romo llama al diálogo
La apuesta por la moderación y el diálogo que destaca Rogelio Núñez se sustenta en las últimas declaraciones del propio Romo. A finales de mayo, aseguró que el candidato de Morena generará confianza en los inversionistas. “Tenemos que unirnos todos para crear un marco de confianza porque este arroz ya se coció”, dijo en una rueda de prensa en alusión a la ventaja que López Obrador tiene en todas las encuestas electorales. “Esto ya se ganó, ya ganamos. Vamos a hablar todos bien de México. Vamos a crear un marco de confianza, a nadie nos conviene crear inestabilidad. Vamos a cerrar filas”, añadió.
Romo es sobrino-nieto de Francisco Madero, presidente de México de 1911 a 1913
Dada la tensión entre el candidato presidencial y la iniciativa privada, Romo concedió una entrevista a Forbes el pasado 5 de junio en la que llamó al diálogo de todas las partes. El objetivo: sellar la paz con los empresarios. “Todos los lados tenemos muchas ganas de alinear intereses porque todos queremos que México salga bien. Cuando digo que me he sentado lo he hecho con casi todos [los empresarios], hay algunos con los que todavía no porque el tiempo no me ha dado, no porque no se quiera, pero el ambiente es para que ya nos sentemos a construir”.
Preguntado sobre qué hay en el fondo del desacuerdo con los empresarios, Romo señaló que “es un problema de confianza y de cosas que vienen desde hace mucho tiempo”. No obstante, sostuvo que López Obrador “representa la confianza para el México próspero y una atención de médico de emergencia en el México olvidado”. En su opinión, el candidato presidencial y el Consejo Mexicano de Negocios han ido fumando la pipa de la paz en las últimas semanas. Por ello, Romo se mostró convencido de que gane quien gane los comicios del 1 de julio “vamos a avanzar bastante en la confianza y el tiempo lo va a ir rectificando”.
Un último dato. Romo respalda la reforma energética impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto en 2013 y que abrió el sector a la inversión privada y extranjera. “No vamos a hacer ningún cambio drástico de entrada, lo que esté bien lo vamos a respetar y lo que esté regular lo vamos a corregir”.