Daniel Gómez (ALN).- Serguéi Ryabkov, de 59 años, es uno de los diplomáticos más importantes del Kremlin. Se formó en el Instituto Estatal de Asuntos Exteriores de Moscú en tiempos de la Unión Soviética. En 2008 lo nombraron vicecanciller, cargo que sigue desempeñando. Entre sus prioridades está la de supervisar relaciones bilaterales con América. De ahí que Venezuela ocupe un lugar clave en su agenda. De hecho, este fin de semana estará en Caracas.
Nuevo espaldarazo del gobierno de Vladímir Putin al régimen de Nicolás Maduro. Sábado y domingo se celebrará en Caracas la cumbre de países no alineados. Un foro en decadencia, pero que no ha impedido a Rusia enviar a uno de sus diplomáticos más importantes, el viceministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Ryabkov, número dos del canciller, Sergei Lavrov.
El nombramiento de Ryabkov como vicecanciller se produjo en 2008. Mismo año en que Putin asumió como presidente de Rusia luego de ejercer por más de una década como primer ministro.
Ryabkov se formó en el Instituto Estatal de Moscú de Relaciones Internacionales en tiempos de la Unión Soviética. Este centro, todavía vigente, es toda una cantera de diplomáticos. De hecho, todas las figuras clave en la Cancillería de Putin, como el ministro Lavrov y el enviado especial para Venezuela, Alexander Shchetinin, se formaron allí. De hecho, Ryabkov y Shchetinin debieron coincidir como estudiantes pues el primero se graduó en 1982 y el segundo en 1984. La formación en este centro es de cuatro años.
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Nada más graduarse, Ryabkov accedió al servicio diplomático soviético. Trabajó en la oficina central del Ministerio de Asuntos Exteriores, aunque su primer puesto de responsabilidad lo obtuvo cuatro años después de la caída de Unión Soviética.
Entre 1995 y 1998, Ryabkov ejerció como jefe de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa dentro del Departamento de Cooperación Europea de la Cancillería. Luego se mudó a Washington. Fue designado ministro consejero de la Embajada de Rusia en EEUU. Cargo que ocupó hasta 2005. Entonces regresó a Moscú para ejercer como director del Departamento de Cooperación Europea desde el ministerio.
En 2008 tocó techo. Putin lo nombró vicecanciller de Rusia. Ahí se consolidó teniendo intervenciones clave. Hablando sobre los acuerdos nucleares, el control del armamento, el conflicto de Irán. Siempre con el libreto del Kremlin.
Ryabkov se formó en el Instituto Estatal de Moscú de Relaciones Internacionales en tiempos de la Unión Soviética. Este centro, todavía vigente, es toda una cantera de diplomáticos. De hecho, todas las figuras clave en la Cancillería de Putin, como el ministro Lavrov y el enviado especial para Venezuela, Alexander Shchetinin, se formaron allí.
En los últimos años, Ryabkov ha sido una voz habitual en medios prorrusos como RT y Sputnik. Ahí demuestra que es hábil. Una prueba es cómo diluyó en entrevista con la revista Mezhdunarodnaya Zhizn las críticas que le llovían desde Washington por supuestamente interferir en la elección presidencial de 2016, en la que ganó Donald Trump.
En la entrevista Ryabkov habló del “genio anti-ruso”, de “una paranoia general alrededor de Rusia por parte de EEUU”. De una “manía por perseguir a un enemigo externo”, la cual surgió, dijo, de “las profundidades del Partido Demócrata”, y que “afecta a tantos políticos y funcionarios en Washington”.
Ryabkov habla desde la absoluta serenidad. Con un discurso claro. Sin fisuras. Otro ejemplo de esto es su postura de defensa a Maduro, y cómo lleva lo que ocurre en Venezuela a su gran batalla geopolítica con EEUU.
“Nos preocupa una melodía continua de Washington, donde se tiende a hablar de que todas las opciones están sobre la mesa y nada puede excluirse. Eso crea deliberadamente una sensación de incertidumbre, de qué es posible y qué no en términos de la participación de Estados Unidos”, declaró hace una semana Ryabkov al diario El País.
En esa misma entrevista habló de la negociación entre Juan Guaidó y Maduro. Una negociación que Rusia quiere. Por la que Rusia apuesta. De hecho, la propia Cancillería rusa se ofreció como mediadora antes de que se hiciera oficial.
Aunque cuando hable de la negociación Ryabkov diga que es Maduro quien está abierto a conversar y es la oposición la que se opone, la defensa de la negociación por parte de Rusia debe entenderse como una advertencia a Maduro. Para que negocie.