Redacción (ALN).- En enero, Deobra Redden, de 31 años, iba a ser sentenciado por intento de agresión con lesiones corporales graves por la jueza Mary Kay Holthus.
Sin embargo, cuando Holthus le comunicó a Redden su ingreso en prisión, el acusado saltó sobre su banco de 1.2 metros de altura y se abalanzó sobre ella. Redden alegó que sufría una enfermedad mental, y aunque estaba tratando de ponerle solución, no merecía ir a la cárcel.
La defensa justificó el ataque alegando que su cliente no estaba tomando la medicación recetada para su esquizofrenia diagnosticada.
Ahora, meses después, ha sido condenado a una pena que va desde los 26 hasta los 65 años de cárcel.
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