Daniel Gómez (ALN).- “Hemos entrado en una nueva fase y podemos jugar un papel significativo en el panorama internacional. Argentina se mueve por la vía del crecimiento influyente”, dijo el presidente Mauricio Macri este jueves en Davos.
Hubo un día en que Buenos Aires no tenía nada que envidiar a Nueva York. Era una de las principales ciudades del planeta y Argentina, una gran potencia, uno de los países más ricos del planeta. Tal fue así que tras la Segunda Guerra Mundial llegó a figurar, junto a Estados Unidos, como el principal acreedor mundial.
Poco queda de aquello. Con la llegada del peronismo en los años 40, y su posterior evolución al kirchnerismo, el país se ensimismó, perdiendo influencia en el contexto mundial y quedando alejado de los polos de desarrollo.
“Argentina fue en su tiempo un país sumamente rico y tiene el potencial para volver a serlo. La diferencia entre la actualidad y otros periodos es que los cambios se están produciendo de manera ascendente. Los ciudadanos han entendido que si estamos aislados del mundo los problemas de pobreza van a ser más acuciantes”, dijo el presidente argentino, Mauricio Macri, este jueves en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza.
Este mensaje está cargado de peso. No sólo por quién lo dice, sino por dónde lo dice. Y es que el Foro de Davos es el evento económico y de liderazgo más influyente del planeta. Un evento en el que a Macri le concedieron un panel especial con el fin de que expusiera sus retos para 2018 como presidente del G20.
A esto se suma que en Davos la figura del mandatario es muy respetada. Y lo es porque ha conseguido sacar a Argentina del olvido, abriendo de nuevo las puertas del mercado internacional. Una nueva era que el Ejecutivo de Macri ha construido en sus dos primeros años de mandato y de la cual ahora quiere sacar réditos.
“Hemos entrado en una nueva fase y podemos jugar un papel significativo en el panorama internacional. Argentina se mueve por la vía del crecimiento influyente. Nuestra economía está cobrando auge. La inflación vive la mejor tasa de la última década. La pobreza también ha caído y la inversión florece a niveles de dos dígitos”, aseguró.
Para el gobernante, “ningún país tiene mayor potencial que Argentina en estos momentos”. Y ahí están las oportunidades que enumeró en energías limpias, minería, hidrocarburos no convencionales, turismo y agricultura.
No obstante, Macri sabe que con eso solo no basta. “Hay que ser predecible. Fiable. Eso es lo fundamental. Hemos mejorado mucho. Hemos ajustado nuestro sistema fiscal, hemos aumentado la transparencia y rebajado la corrupción. Estamos creando un nuevo marco normativo que a la postre creará nuevas oportunidades”, apuntó.
La ambición global de Macri
Y mientras ensambla estos propósitos, el presidente quiere aprovechar este 2018, en el que ostenta la dirección del G20, para dar un golpe sobre la mesa y hacer oír su mensaje: Argentina está de vuelta.
“El país ha dejado el populismo. Acabamos de asumir la presidencia del G20. El crecimiento mundial es estable pero no ha alcanzado a todos. Buscamos consenso para un desarrollo justo y sostenible. Queremos transmitir la voz de toda la región suramericana. Decir que el cambio tecnológico no aumenta la exclusión y que la educación está en el centro de este debate. Segundo, que la infraestructura para el desarrollo es fundamental para cubrir las lagunas. Y tercero, el hambre. Y ahí Argentina está capacitada para dar de comer a buena parte de la población mundial”, subrayó.
“Ningún país tiene mayor potencial que Argentina en estos momentos”
Esta enumeración de propósitos es toda una declaración de intenciones. Un llamado que va con Argentina, pero que mira más allá, hacia lo global. Y en esta senda, Macri abordó el asunto Mercosur, el Mercado Común del Sur que conforma su país junto a Brasil, Uruguay y Paraguay. Una alianza comercial que, tras 20 años, parece que empezará a funcionar como tal.
“Era una región con un elevado nivel de protección. Y eso no iba a ayudar a reducir la pobreza. Parece que el acuerdo con la Unión Europa es una gran oportunidad para ambos. Importante, sobre todo después del brexit. Para ellos Suramérica es un mercado natural. Porque en Suramérica somos también descendientes de Europa”, concluyó.