Andrea Herrera (ALN).- VenIta es una marca de café cosechado y seleccionado en las montañas del estado Mérida, centro turístico de los Andes de Venezuela. El producto se envía a Italia para ser tostado y envasado en diversas presentaciones. Desde el verano de 2019 está disponible en España, importado y comercializado por Maurizio Legori, uno de los 3 creadores de VenIta, marca cuyo nombre surge de la combinación de Venezuela e Italia.
La apuesta de VenIta es adaptar al paladar europeo el sabor del café cultivado en los Andes de Venezuela, mediante el proceso de torrefacción y exaltación de los aromas tradicionales de los cafés de Italia. El envasado se presenta en formas de monodosis que se adaptan a las máquinas de cápsulas de las marcas más famosas. Entre otras, Nespresso y Dolce Gusto. Las almohadillas (cialdas) para cafeteras de espresso, así como el agregado de aromatizantes, aportan valor a este café 100% de la especie Arábica de origen venezolano.
“Con VenIta, estamos apuntando en España a un público mixto, de venezolanos y europeos, a quienes les guste el café de alta calidad con tonos afrutados, de baja acidez y concentración de cafeína”, refiere al diario ALnavío el empresario Maurizio Legori, que acaba de regresar de Venezuela, donde no solamente sigue buscando la materia prima, sino que también mantiene la sociedad con la empresa de café gourmet Moka Caribe.
Paraísos prometidos
En 1982, cuando tenía 18 años, Maurizio Legori llegó a Venezuela a reencontrarse con su papá, el periodista italiano Michele Legori, editor de la revista Specchio -Espejo en español- que se distribuía en los Centro Ítalo Venezolano y las Casas de Italia de todo el país. El padre de Maurizio se había mudado a Venezuela en 1978 y desde entonces insistía en reunir a la familia en la ciudad que él consideró “el paraíso”, Caracas.
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De entrada, Maurizio Legori se puso a trabajar con su padre en las publicaciones relacionadas con los clubes ítalo-venezolanos. El gusanito por viajar a paisajes hasta entonces exóticos para él, lo llevó a emplearse, pocos años después, como anfitrión del velero de un amigo, el “Juma”, que llevaba turistas a Los Roques y otros parajes de costa de Venezuela.
Tras cumplir diferentes roles en la industria turística, tuvo la oportunidad de operar la posada y club-escuela de buceo Arrecife en Los Roques, archipiélago ubicado en el mar Caribe, a 160 kilómetros al norte de Caracas. Allí, pasó 22 años ofreciendo servicios al visitante y disfrutando su versión particular de aquel paraíso del que le habló su padre cuando llegó al país.
Maurizio Legori se nacionalizó venezolano. Formó una familia con María del Mar Chitarroni, una publicista argentina con la que ya tiene tres hijos, y desarrolló varios negocios generadores de empleo en Los Roques, estado Vargas y en la muy famosa isla de Margarita.
El crecimiento de su propia familia le obligó a mudarse a Margarita. Era un lugar más adecuado que Los Roques para que sus hijos nacieran y crecieran con mejores oportunidades de educación y salud.
En Margarita se encontró con quien más adelante se convirtió en su socio, otro italiano profundamente enraizado en Venezuela, Salvatore Samino, quien había montado una pequeña procesadora de café en la isla. Aquí ya son dos los socios.
Pasión por el café
Con esa cultura del café que tienen los italianos en el ADN, Legori y Samino probaron varios tipos de tostado con los granos traídos de los Andes y nació Moka Caribe, un café gourmet, que desde hace 14 años distribuye su modesta producción de unos 35.000 kilos en restaurantes, bodegones y pequeños automercados de la isla de Margarita, así como en Maracaibo, la ciudad del petróleo.
La necesidad de crecer, limitada por las constantes regulaciones de precios en Venezuela, llevó a estos apasionados del café a pensar en una fórmula que les permitiera rescatar la excelencia de un producto venezolano de alta calidad, olvidado ante la avalancha de importaciones, y sacarle el mejor provecho donde pudieran apreciarlo y pagarlo a precios competitivos.
El explosivo crecimiento del mercado de las cápsulas de café en el mundo marcó la pauta en la manera de ofrecer el café del que se sienten tan orgullosos.
Pero instalar la tecnología necesaria para crear las cápsulas resultaba inmanejable en las condiciones productivas del país (carencia de combustible, inestabilidad del servicio eléctrico, inflación, dificultades de transporte), por lo que se decidieron por exportarlo y transformarlo y comercializarlo en Europa.
A finales de 2018, iniciaron el proceso de creación de la marca VenIta, con materia prima de pequeñas haciendas productoras del estado Mérida y acuerdos con cooperativas que acopian el grano y lo seleccionan para su comercialización.
En la selección utilizada por la marca VenIta entran frutos de pequeñas plantaciones de las zonas cafetaleras de los Andes merideños: Valle del Mocotíes, Santa Cruz de Mora, Tovar, Zea, Guaraque, La Azulita, Jají, La Culata y Tabay, así como de pueblos de tradición agrícola del piedemonte andino como Biscucuy, que se encuentra en el estado Portuguesa, donde comienzan los llanos.
El tratamiento posterior, lo pusieron en manos de expertos en tueste, saborización y empacado en monodosis de café del sur de Italia, concretamente de Angri, en Salerno, y de Nápoles, a donde la primera carga de 120.000 kilos de café seleccionado, lavado y secado de VenIta, llegó para su transformación en la primavera de 2019.
Para la inversión inicial necesitaban unos 300.000 dólares, por lo que buscaron a un tercer socio que quisiera involucrarse con la marca y para ello, convocaron a un amigo alemán también residente en Margarita, Alexander P. Bottger, quien decidió impulsar el proyecto y ocuparse de la introducción en Alemania.
Alemania, por cierto, es uno de los mayores importadores de café de la Unión Europea con un promedio de un millón de toneladas métricas. En 2018 captó el 11% de la producción mundial según el Observatorio de Complejidad Económica de MIT Media Lab (OCE).
VenIta café gourmet
VenIta cumple varias de las exigencias para catalogarse entre los cafés gourmet por su alta calidad. Se trata de un grano 100% tipo Arábica, cultivado en la misma ubicación geográfica, entre los 1.200 y 1.800 metros sobre el nivel del mar en el estado Mérida, recolectado a mano, lavado y seleccionado minuciosamente por familias de caficultores independientes.
Su elemento diferenciador para el competitivo mercado de Europa es la suavidad del sabor. La sapiencia de los italianos del sur le aporta un estupendo aroma a las diversas presentaciones del café VenIta.
Comenta Maurizio Legori, que su café deja sabores en boca que recuerdan la miel y el caramelo, y deleita con notas de chocolate y uvas sultanas en sus aromas. La producción se ofrece con tueste ligero, medio y alto. El café en grano se presenta en bolsas de aluminio de un kilogramo. Trilaminadas con válvula para preservar los aromas. El café molido viene en empaques de 250 gramos, también en bolsa de aluminio con válvula y una selección gourmet que está empacada en celofán cubierta con una bolsa artesanal de yute.
El café se encuentra en la posición 107 entre las mercancías más comercializadas en el mundo y mueve 30.000 millones de dólares al año. Se consumen unos 10.000 millones de kilos de café al año en todo el mundo. Finlandia, Noruega, Suecia y Estados Unidos son los países más consumidores de café.
Las cialdas son bolsas selladas de papel de filtro, con la dosis de 7,5 gramos exacta para preparar una taza de buen café, ya sea 100% Arábica, la mezcla (70% Arábica y 30% Robusta) o descafeinado. Cada cialda viene en bolsa de aluminio sellada con aporte de ozono para preservar por más tiempo el sabor y aroma del café.
Las cápsulas de VenIta son compatibles con las máquinas Nespresso, hechas de café 100% Arábica. Las cápsulas compatibles con las máquinas Dolce Gusto, se presentan en 16 variedades de bebidas con café o infusiones. Entre las más exóticas se encuentran las de café con crema de avellana, creme brullé, ginseng, chocolate con naranja, pistacho, golden milk (leche con cúrcuma) e infusiones como la de frutos del bosque o limón con jengibre.
“Sabemos que Europa es un mercado difícil, pero es un mercado muy amplio y en permanente crecimiento. Hemos venido a competir por sabor y calidad. Nuestro precio está por debajo de otros cafés latinoamericanos como algunos de Colombia o de Costa Rica. El precio del kilo de VenIta es 13,60 euros en grano y molido, y el costo de las cápsulas depende de la variedad. Una caja de 16 unidades de cápsulas para Dolce Gusto cuesta 4,40 euros”, comentó Legori.
VenIta aún tiene una presencia incipiente en el mercado español. Maurizio Legori sigue abriendo canales de distribución, hace contactos, reuniones de negocios. Su esposa María del Mar se ocupa de la imagen, del local showroom que han abierto en el Paseo de Embajadores, 167, del Barrio de Delicias. El producto empieza a ser conocido entre la comunidad venezolana, que extraña los aromas dulces del café que le recuerdan su hogar y que es su mejor embajadora con el boca a boca.
Para atender el mercado de España, VenIta cuenta con existencias de 6.000 kilos de café en grano y molido, así como 100.000 unidades de monodosis en cápsulas compatibles con Nespresso y con máquinas Dolce Gusto. “Pronto lo estaremos llevando a las Islas Canarias y a Valencia. Ya en Madrid está colocado en el Mercado Maravillas y en la tienda Mándalo Spain que distribuye en todo el país y Europa por internet. Nos vamos instalando en el paladar de los que gustan tomar café, son muchos aquí en España y eso es muy bueno para nosotros”, agregó Legori.
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El mercado del café en España
España es el decimonoveno país consumidor de café del mundo, con un promedio de 4,5 kilos por persona al año, tal como dice el informe de la International Coffee Organization. Este país, además, se ubica en la cuarta posición entre los importadores de café de la Unión Europea, con 239.000 toneladas métricas anuales, un 3,5% del mercado mundial, según la Organización de Cooperación Económica (OCE).
El 63% de los españoles mayores de 15 años, unos 22 millones de personas, toman al menos una taza de café al día y el promedio del país es de 3,6 tazas diarias por persona, lo que significa un consumo de unos 535 millones de tazas semanales, servidas en restaurantes, bares y cafeterías. El consumo interno en el hogar y oficinas es dominado en un 70% por las cafeteras de cápsulas, impulsado por la comodidad, variedad, rapidez y limpieza de esta modalidad de preparación, independientemente del incremento de precio por kilo que implica.
El mercado de las presentaciones monodosis, ha sido a su vez el de mayor crecimiento en los últimos cinco años. En 2018, el consumo de café en Europa aumentó 7% y de ese total, tres cuartas partes del crecimiento correspondieron a nuevas variedades vinculadas a las cápsulas. De acuerdo con la encuestadora Euromonitor Internacional, el café instantáneo y saborizado (cápsulas para máquinas Dolce Gusto) mueve en Europa 83 millones de euros al año.