Cándido Pérez (ALN).- En el este de Caracas aún recuerdan el nombre de este local, Café Gaeta, fundado por un italiano que llegó a Venezuela a finales de los años 50, en busca de oportunidades y una mejor calidad de vida. Cinco décadas después, los descendientes de Andrea Leccese, hicieron el viaje de regreso al viejo continente y se instalaron en Madrid, donde reviven la tradición del negocio.
En 1960, por los predios de Las Delicias de Sabana Grande, una zona bohemia y comercial de Caracas, se abrió el Café Gaeta, en los bajos de un edificio residencial que 20 años después se convirtió en hotel, y que desplazó unos metros hacia el norte al popular negocio de comida italiana.
El Café Gaeta era una pizzería y cafetería frecuentada por estudiantes de la Universidad Central de Venezuela y una variopinta representación de intelectuales, políticos, artistas, bohemios de toda especie. Las pizzas, los calzones y los dulces eran igualmente muy apreciados por los vecinos.
El local se bautizó con el nombre de la ciudad de Gaeta, de la región del Lazio, en Italia, de donde es originario el matrimonio de Andrea y Anna Leccese. La laboriosa pareja levantó familia, cinco hijos, con el trabajo honrado e intenso del restaurante.
Durante más de 50 años prosperaron, ganaron prestigio y buena clientela por la calidad de los productos y la sazón auténticamente italiana que los distinguía de los demás cafés de la zona. Los hijos, nacidos ya en Venezuela, estudiaron, se graduaron, formaron familias y al igual que millones de venezolanos en los últimos 15 años, salieron del país, mientras el viejo Andrea permanecía en Caracas con su pizzería, el tradicional menú y su italianísimo sabor casero.
En 2007, uno de los hijos de los Leccese, Piero, migró a España, aceptando un contrato de trabajo como ingeniero. Con él viajaron su mujer, Anadolis Sillet, arquitecta, y sus dos hijas. En la memoria venían grabadas las recetas de los padres, la habilidad de hacer la masa de las pizzas y los valores de esfuerzo y honestidad transmitidos.
La pareja trabajó ejerciendo sus respectivas profesiones en España. De hecho, Piero aún lo hace en la misma empresa con la que llegó en 2007. Anadolis estuvo proyectando restaurantes para una transnacional y firmó más de 200 proyectos siguiendo toda la normativa europea del sector. Cuando quedó desempleada, hizo varios cursos, entre ellos uno de creación de empresas y, por insistencia del marido, presentó el proyecto de una pizzería como trabajo final. Ese mismo proyecto es el que después se hizo realidad.
Gaeta Caffé Pizzería de Madrid abrió en 2013, en el barrio Las Tablas, al norte de la ciudad. Con un concepto fundamental de comida para llevar, de corte tradicional italiano, con un menú constituido por pizzas, pastas y calzones caseros, hechos con las recetas del sur de Italia.
“Nuestro concepto inicial era una pizzería take away pero logramos armar un salón pequeñito y en verano la terraza. Atendemos a los que quieren comer aquí un producto recién hecho, calientico”, contó al diario ALnavío Anadolis Sillet.
En el primer año de operaciones, ofrecieron el servicio a domicilio con repartidores propios, pero los tiempos de entrega no resultaban los mejores. Así que ante el auge de las plataformas de delivery, decidieron trabajar con este formato y ahora la carta está disponible en las aplicaciones de Glovo, Uber, Just Eat y Deliveroo.
Explica Anadolis Sillet que “los pedidos para llevar han sido desde el inicio los más demandados. Hacemos descuentos los fines de semana a quien reserve mesa por la web y a quienes vengan a recoger las pizzas aquí. Eso genera un buen ritmo de ventas con gente de la zona. Con las plataformas de entrega a domicilio, ahora podemos tener tres o cuatro repartidores trabajando a la vez, y eso es una ventaja”.
Las Tablas es un área residencial del barrio de Valverde, en el distrito de Fuencarral-El Pardo. En la calle Azofra 29 está ubicado el Gaeta Caffé Pizzería, que de martes a domingos, de 12 del mediodía a 12 de la noche, sirve o envía sus especialidades individualmente o como menú.
“En el sector hay otras pizzerías, sobre todo cadenas, pero nuestro producto es totalmente artesanal y al igual que la pasta, todo se hace con materia prima traída de Italia. Nuestras pizzas y calzones están hechos con tres tipos de masa: la tradicional, la integral y la sin gluten, para los celíacos. Igualmente trabajamos a petición con queso sin lactosa. La receta es la original de mi suegro, sólo que la masa es más delgada, para adaptarnos al gusto español”.
Anadolis Sillet es la encargada del funcionamiento del local, mientras Piero continúa ejerciendo la ingeniería y se incorpora a la atención de la pizzería después del horario de la oficina y los fines de semana.
Cuando llega un venezolano al Gaeta Caffé Pizzería de Madrid, se le escucha decir: “la pizza como la comía en Caracas”.
“A mí me encanta que lleguen hasta aquí clientes del Gaeta de Caracas y celebren encontrarse con los mismos sabores”, expresa Anadolis. En el local puso a prueba su profesión de arquitecta, aprovechando los espacios de manera muy eficiente. Adaptó y decoró el local de 36 metros cuadrados.
En el primer año de operaciones, ofrecieron el servicio a domicilio con repartidores propios, pero los tiempos de entrega no resultaban los mejores. Así que ante el auge de las plataformas de delivery, decidieron trabajar con este formato y ahora la carta está disponible en las aplicaciones de Glovo, Uber, Just Eat y Deliveroo.
En las paredes del Gaeta Caffé Pizzería de Madrid se montan micro-exposiciones de artistas venezolanos. Eso los da a conocer y venden algunas piezas de pequeño formato. Ahora lucen una serie de serigrafías y dibujos del cerro Ávila, creación de Mireya Cabré, sobrina-nieta del pintor Manuel Cabré, quien desarrolló su obra pintando a la montaña que identifica a Caracas.
Para adelantar el negocio, Piero Leccese y Anadolis Sillet solicitaron un crédito a La Caixa, que recibió el respaldo de Aval Madrid, una empresa del ayuntamiento que apoya a los emprendedores de la Comunidad.
“Escogimos esta zona de Las Tablas, por la cercanía de la oficina de Piero y de nuestra casa. Cuando empezamos con la pizzería nuestras hijas aún eran unas niñas de 14 y 9 años, me tocaba llevarlas a la escuela, atenderlas y si tenía que trabajar lejos no me alcanzaba el tiempo. Ya la mayor está graduada en Derecho y Ciencias Políticas y la otra estudia Arquitectura en la universidad”, comenta orgullosa Anadolis.
Todos los ingredientes son traídos de Italia
Una pizza de queso gorgonzola, nueces y miel, así como una de burrata (bola de queso similar a la mozzarela, firme por fuera y cremoso por dentro) fueron incorporadas con mucho éxito al menú del Gaeta Caffé.
Piero Leccese se desocupó del trabajo tras la barra de pedidos y se incorporó a la conversación con el diario ALnavío, para contar que la producción diaria del restaurante está por el orden de las 60 pizzas para llevar, además de lasañas, macarrones y espaguetis con salsas napolitana, pesto, boloña y cuatro quesos. Ofrecen también vino, cervezas y café italianos.
“Tenemos un proveedor italiano, que está en Barcelona, que nos hace llegar semanalmente la harina, el tomate, la pulpa de tomate, la mozzarella y la burrata”, indicó Piero Leccese, quien atesora las recetas que aprendió de sus padres. Por cierto, Andrea y Anna se han radicado en Barcelona.
El viejo Andrea Leccese, quien cuenta ahora con 92 años, vendió el fondo de comercio de la pizzería de Caracas en 2015 y junto a la signora Anna decidió disfrutar de su retiro junto a sus nietos, comentó Piero.
Anadolis por su parte, aprendió con su suegra y cuñadas algunas de las mejores recetas del Café Gaeta de Caracas. Destaca el tiramisú que es la estrella de los postres de la carta.
En Navidad hay un profundo cambio en la producción del local, que tiene que complacer a una inmensa clientela que solicita el pan de jamón venezolano (pan relleno de jamón cocido, pasas y aceitunas), además de hallacas (masa de harina de maíz rellena con guiso de carne de res, cerdo y gallina, con aceitunas, uvas pasas, alcaparras, pimentón y cebolla), pernil (pierna de cerdo) y ensalada de gallina (carne de gallina previamente hervida y desmenuzada, con papas y zanahorias).
Con café de los ANDES venezolanos estos empresarios se lanzaron sin miedo a la conquista de Europa
Los cachitos (panes pequeños rellenos de jamón) son de los productos más vendidos en el Gaeta Caffé Pizzería, solicitados ya por la clientela española, que representa más del 50% de los compradores del local.
El ticket promedio por comensal está en el orden de los 15 euros, pero el menú servido de martes a viernes tiene un costo de 11,50 euros (pizza, calzone o pasta acompañado de bebida y postre).
“El calzone rústico, hecho con salsa de tomate, mozzarella, jamón york, salami italiano y queso provolone, y la pizza ‘procciuto-funghi’, son algunos de los platos más pedidos”.
El negocio hace del Instagram y el Facebook sus principales aliados en las redes sociales. También cuenta con página web en la que hay botones de opciones para hacer pedidos a recoger en el local o para reservar mesas.
“Estas ofertas son muy atractivas durante los meses de vacaciones, porque nuestros vecinos pasan muchas horas en las piscinas de los edificios alrededor de la pizzería y piden comida desde sus móviles, que vienen a recoger en un momento”, explicó Piero.
Sobre los planes para el futuro, Piero y Anadolis señalaron que, por el momento, no tienen planteado abrir otro local, porque consideran que, al atender dos restaurantes, bajaría la calidad de sus productos.