Daniel Gómez (ALN).- Utilizando FaceApp, el diario ALnavío contempló cómo se verían Juan Guaidó y Nicolás Maduro de ancianos. Y, a la vista del resultado, especuló qué sería de ellos en el futuro. ¿El viejo Guaidó les contará a sus nietos que fue expresidente de la República o verá a Maduro morir en el poder?
La certeza es que el tiempo pasa. Saber qué pasará es lo difícil. Por suerte, y gracias a la tecnología, hay una cosa que se puede anticipar: el rostro que se tendrá de viejo. Ya habrán visto cientos de fotos de famosos convertidos en ancianos. Si todavía no saber el porqué, esta moda surge gracias a FaceApp, una aplicación rusa que con un filtro de inteligencia artificial ofrece una imagen realista de cómo la vejez torneará los rasgos de la cara.
El diario ALnavío aplicó este filtro a los dos hombres que hoy se disputan el poder en Venezuela e inspirado con el resultado, se puso a imaginar. Por un lado, está Nicolás Maduro. El tirano. ¿Será eterno? Es una posibilidad. No sería el primero ni el último que de viejo muere en el poder. Uno de sus referentes, Fidel Castro, falleció así.
A Maduro la edad lo embrutece. Se le acentúan las ojeras, se le achican los ojos, le cuelga la piel. Tiene más papada. Más canas. El bigote lo conserva, canoso. Y el cabello. ¿Conservará también el poder?
Esa es la aspiración de Maduro. Pasar a la historia como un superviviente. Como el hombre que resistió al imperio, a los yanquis, a Europa. El hombre que aguantó hasta las embestidas de los suyos. Porque si algo está claro tras las filtraciones que facilitó a este diario Cristopher Figuera, el general que se le fue, es que Maduro no está a salvo ni en el Palacio de Miraflores. Su aparato de inteligencia, así como los hombres de su más estrecha confianza, véase el caso de Maikel Moreno y Vladimir Padrino López, conspiraron contra él. Y llegar a viejo paranoico no debe ser buen asunto…
Quizá tenga suerte y las negociaciones en Barbados le libren de ese sambenito. Uno de los puntos que se negocian es el fin de su mandato. Que cese la usurpación, un escenario que abre otras muchas derivadas.
Una es que sea candidato presidencial para una futura elección. Sobra decir que, si el Consejo Nacional Electoral es independiente, Maduro perdería. ¿Qué hará luego? Eso depende de cómo sea la transición. Si lo dejan quedarse en Venezuela, llegará a viejo incrustado en la política. O quien sabe si volverá a conducir autobuses. También es una posibilidad que envejezca en la cárcel. O que lo acojan en Cuba. Aquí las opciones son amplias, aunque una cosa está clara con este escenario: Maduro estará triste. Perdió. No pasará a la historia como un tirano que sobrevivió. Simplemente quedará como un tirano.
Luego está Juan Guaidó. Este joven político, de apenas 35 años, lleva seis meses como Presidente Encargado y ya se le nota la presión. No tiene las facciones de niño que lucía en enero y en el cabello ya se cuentan algunas canas. Quizá envejezca rápido, pero por lo que se ve en FaceApp, no envejecerá mal.
A Guaidó no se le embrutece el rostro como a Maduro. Al contrario, las arrugas y las canas se lo suavizan. Ayuda también que en la foto elegida sale sonriendo. Su semblante es de exmandatario. De hombre que se convirtió en presidente de la República. Que trajo la democracia a Venezuela. Que hizo historia.
Con esa foto, es difícil imaginarse a Guaidó en lo peor. Viéndolo como el eterno Presidente Encargado. El hombre que llegó a viejo sin poder sacar a Maduro del poder. Si esto fuera así, seguramente no sonreiría. Seguramente habría dejado el encargo. Sería un fracaso, y en esta ocasión, FaceApp lo pinta exitoso. Triunfante. ¿Qué pasará?