Daniel Gómez (ALN).- El golpe de Estado contra Juan Guaidó reactiva la presión internacional contra Nicolás Maduro. Incluso se fortalece gracias a las posturas de Argentina y México, países “neutrales” en el tema Venezuela, pero que ahora condenan al régimen por la maniobra en el Parlamento. Un régimen que, si bien se mostró fuerte el pasado domingo, este martes no pudo con los diputados de Juan Guaidó, quienes ingresaron a la Asamblea Nacional pese a los impedimentos de policías y militares de Nicolás Maduro.
Lo de este martes es una victoria de Juan Guaidó contra Nicolás Maduro. “Toda una hazaña”, como dijo desde la tribuna de la Asamblea Nacional el propio Guaidó, luego de vencer los piquetes de la Guardia Nacional Bolivariana e ingresar al Palacio Legislativo.
Hasta ahora Maduro vencía el pulso. La maniobra del 5 de enero fue una demostración de fuerza, impidiendo la entrada de Guaidó y de sus diputados, e impidiendo, de paso, la relección de Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional en el propio hemiciclo, ya que allí fue el diputado afín al chavismo, Luis Parra, quien se autoproclamó presidente del Parlamento. Sin quórum, y con el apoyo del PSUV.
Esta demostración de fuerza de Maduro se diluyó este martes, cuando Guaidó y sus diputados ingresaron a la Asamblea Nacional tumbando, literalmente, a los policías de Maduro. A esto se suma la presión de la comunidad internacional, que se agudiza.
Como dijo este martes desde el Parlamento el diputado Henry Ramos-Allup, a Maduro se le complica el apoyo internacional. “Cuatro países más que eran amigos de Maduro, México, Argentina, Panamá y Uruguay, se sumaron al desconocimiento de la directiva de Parra”.
Juan Guaidó y sus diputados entran a la Asamblea Nacional pese a la represión de Maduro
Los casos más significativos son los de México y Argentina. Dos potencias de América Latina que han condenado el ataque de Nicolás Maduro contra la Asamblea Nacional. Lo que, para Francisco Sánchez, director del Instituto Iberoamericano de la Universidad de Salamanca, “es una buena noticia”.
“Es una buena noticia porque no se cae en el análisis de buenos y malos, que es una lógica populista, más propia de hinchas de fútbol, y que tanto daño ha hecho a la política en América Latina en los últimos tiempos. Así se pierde la densidad del análisis. La democracia es normas, consenso y pluralidad, y si hay un hecho que amenaza estas normas, me parece claro que los gobiernos digan que en Venezuela no se respetaron las normas. Lo importante es que ahora se deje esta visión de buenos y malos, amigos y enemigos, para volver al análisis de qué es lo que pasa, y de qué se está hablando”, declaró Francisco Sánchez al diario ALnavío.
El gobierno de Alberto Fernández dijo, por medio de su canciller, Felipe Solá, que “impedir por la fuerza el funcionamiento de la Asamblea Legislativa es condenarse al aislamiento internacional”. También criticó a Nicolás Maduro porque con la última maniobra complica los esfuerzos de diálogo emprendidos para solucionar la crisis de Venezuela.
Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores de Andrés Manuel López Obrador le recordó a Maduro que el funcionamiento del Parlamento es un “pilar inviolable de las democracias”.
Estos pronunciamientos fueron celebrados por el gobierno de Estados Unidos. “Todos sabemos del apoyo de Colombia a la democracia en Venezuela y a Juan Guaidó. Pero el nuevo gobierno de Argentina ha tomado una posición ligeramente diferente y también lo ha hecho México. No tienen la misma posición obviamente que Estados Unidos, pero fue muy interesante que el mismo día, y sin dudarlo un segundo, calificaran lo sucedido de inaceptable”, declaró este lunes el enviado especial para Venezuela de Donald Trump, Elliott Abrams.
El diplomático agregó que “el hecho de que las posturas vengan de gobiernos de izquierdas añade importancia a lo sucedido y aumenta el aislamiento del régimen de Maduro”. Y este es un hecho cierto:
– Nicolás Maduro se queda todavía más aislado en Latinoamérica.
– La presión internacional contra el régimen se reactiva.
– Y se reactiva con los matices aportados por los presidentes Fernández y López Obrador, quienes pretenden ir al fondo del problema en Venezuela.
Pero también es cierto, como apuntó el analista de la Universidad de Salamanca, que a “Nicolás Maduro le da un poco igual el apoyo de la comunidad internacional”.
“Maduro tiene apoyo de actores protagonistas en la escena mundial. Posiblemente lo que es más relevante para Maduro desde el punto de vista latinoamericano es la relación con Colombia. Ahí hay peligros reales, con tensiones reales en la zona de frontera, con problemas de narcotráfico y contrabando. Para Venezuela el país prioritario es Colombia y las relaciones son pésimas. El resto de los apoyos en la región, más que para dar titulares, le importa más bien poco a Maduro”, explicó Francisco Sánchez.
Prueba de que al régimen no le importa la relación con otros países latinoamericanos es lo que dijo este lunes el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, en su programa Con el Mazo Dando: “Nosotros estamos aquí y no hemos necesitado nunca de Argentina ni de México. Ellos verán en qué lugar de la historia se acomodan: si de los pueblos o de los arrastrados del imperialismo”.
No obstante, tampoco hay que olvidar lo que comentó el domingo Nicolás Maduro, quien tendió la mano al gobierno de López Obrador para reactivar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). “Le deseamos a México toda la suerte y que el gobierno puede contar con el apoyo del gobierno bolivariano de Venezuela para el relanzamiento de la Celac”. Maduro expresó este espíritu de concordia 24 horas antes de las críticas de Cabello.