Pedro M. Zapata (ALN).- El escenario político en España está fragmentado. El bipartidismo PP-PSOE murió con la irrupción de Ciudadanos y Podemos en la política nacional. En los últimos meses, a esa lucha entre azules, rojos, naranjas y morados se ha sumado con fuerza el verde -y no precisamente el ecologista- Vox, un partido conservador que algunos etiquetan de extrema derecha o nacional-católico.
La fragmentación hace virtualmente imposible que cualquiera de los partidos españoles gobierne en solitario y menos aún con mayoría absoluta, como la que logró obtener el PP en las elecciones de 2011.
España no es un caso aislado en Europa. La crisis económica trajo consigo una crisis política: la ruptura entre los ciudadanos y sus representantes. Esto abrió el espacio para nuevos actores políticos, en muchos casos outsiders o partidos a los extremos del espectro político. Esta situación generalizada ha traído en las democracias parlamentarias europeas la necesidad de nuevas coaliciones que permitan formar gobiernos estables.
Partiendo de una estimación de escaños recientemente publicada por electomania.es, consideramos algunos escenarios europeos que se podrían repetir en España a partir de las elecciones del 28-A:
Portugal (PSOE + Podemos)
España no es un caso aislado en Europa. La crisis económica trajo consigo una crisis política: la ruptura entre los ciudadanos y sus representantes. Esto abrió el espacio para nuevos actores políticos, en muchos casos outsiders
En Portugal gobierna el Partido Socialista (PS), gracias al apoyo de una coalición de las izquierdas después de que estas unieran fuerzas para destituir al conservador Passos Coelho. El PS gobierna en minoría y en solitario, recibiendo el apoyo de los otros partidos de izquierda (Bloque de Izquierda, Partido Comunista Portugués y Partido Ecologista) en mociones específicas y para aprobar los presupuestos.
El PSOE de Pedro Sánchez podría copiar este modelo contando con el apoyo de Podemos (en coalición o no) y otras formaciones de izquierda.
Es importante señalar que para que esta fórmula salga adelante, también sería necesario el apoyo (o como mínimo la abstención) de los nacionalistas vascos y catalanes -sumando en esta oportunidad 176 escaños, justo la mayoría absoluta-, caso que ya se dio con la moción de censura en contra de Mariano Rajoy.
Dinamarca (PP + Cs. Vox apoya, pero no entra en el gobierno)
Lars Løkke Rasmussen -del Partido Liberal de Dinamarca– gobierna actualmente en Dinamarca junto al Partido Conservador y a Alianza Liberal. Eso sí, depende del apoyo parlamentario del Partido Popular Danés, el equivalente a Vox si se revisan los pilares de su posición ideológica: conservadurismo social y nacionalismo con matices de euroescepticismo.
Sea cual sea el acuerdo de investidura y de gobierno que salga adelante, requerirá de un importante esfuerzo de los partidos que obtengan representación parlamentaria dada la lucha encarnizada por hacerse con el liderazgo en ambos lados del espectro político
Este escenario ya lo hemos visto en España. Es el modelo del pacto “a la andaluza” que permitió sacar a los socialistas de la Junta de Andalucía después de 40 años gobernando en esa comunidad autónoma: PP y Ciudadanos (Cs) firman un acuerdo de gobierno y Vox se limita a apoyar la investidura y ofrecer apoyo parlamentario a medidas puntuales.
De momento este escenario se antoja poco probable. Los sondeos estiman que la suma de los escaños obtenidos por estas tres fuerzas políticas (173) no serán suficientes para lograr la mayoría absoluta, necesaria si se considera el más que probable voto negativo por parte de la izquierda y los partidos nacionalistas.
La posibilidad de evitar esta última situación y sacar adelante el pacto, depende de que Vox continúe su tendencia al alza y consiga los escaños que necesitan, que no es del todo imposible.
La Moncloa en manos del PNV
El PNV -seis escaños según la estimación- tendría la llave para sacar adelante un acuerdo de investidura a la danesa, por lo que sería necesario su apoyo o al menos su abstención.
En cualquier caso, lo que el PNV decida podría dar La Moncloa tanto a la izquierda como a la derecha.
Conseguir su apoyo dependerá de la capacidad que tengan ambos bandos de hacer las concesiones necesarias a los nacionalistas vascos, quienes suelen tener una forma “pragmática” de hacer política.
Sea cual sea el acuerdo de investidura y de gobierno que salga adelante, requerirá de un importante esfuerzo de los partidos que obtengan representación parlamentaria, dada la lucha encarnizada por hacerse con el liderazgo en ambos lados del espectro político y la polarización, aderezadas con el clima de inestabilidad en Cataluña.