María Rodríguez (ALN).- Juan Carlos Martínez Lázaro, profesor de Economía del IE Business School, subraya que la economía de Brasil aún está “renqueante”. Augura un “problema serio” si el próximo Gobierno no consigue ajustar las cuentas públicas. Así lo resumió en el Foro Latibex, que se celebró en el Palacio de la Bolsa de Madrid.
Brasil no ha olvidado del todo las recesiones vividas en 2015 y 2016. Es verdad que ya está en crecimiento (1% en 2017), pero se trata de “una economía renqueante y necesitará algún tipo de actuación para recuperar los niveles de crecimiento”. Lo dice Juan Carlos Martínez Lázaro, profesor de Economía del IE Business School. Además, el experto subraya que el país vive una “gran incertidumbre” desde el punto de vista político, con la llegada al poder el 1 de enero de 2019 de Jair Bolsonaro.
Así se pronunció Martínez Lázaro en el Foro Latibex, que se celebró en el Palacio de la Bolsa de Madrid. Brasil vive un “entorno complejo”, donde el mayor problema es, según apuntó el experto, la situación de las finanzas públicas, con un déficit superior a 7% del Producto Interior Bruto (PIB). “Cuando un país supera 3% de déficit se lo tiene que hacer mirar”, recalcó el profesor.
Brasil también cuenta con un endeudamiento “importante”, que ya sobrepasa 70% del PIB. Este nivel sería envidiable para países como España, donde sobrepasa el 100%, pero para Brasil es preocupante, sobre todo por la rapidez del crecimiento de la deuda y las proyecciones futuras, donde no hay visos de mejoras. En definitiva, “puede ser un problema serio si no consigue ajustar las cuentas públicas”, apuntó Martínez Lázaro.
Y es precisamente en el control de las finanzas públicas donde el gobierno de Bolsonaro tendrá que poner “el máximo empeño”, destacó el profesor. Para ello insistió en que son necesarias reformas estructurales, como en el tema de las pensiones, y controlar las partidas de gasto para que el crecimiento sostenido vuelva a Brasil.
En este contexto hay algo positivo, la inflación, que está en torno a 6,5%. Se trata de una tasa “anormalmente baja” para Brasil, lo que permitirá unas políticas monetarias más expansivas, concluyó Martínez.