María Rodríguez (ALN).- El nuevo Convenio Cambiario en Venezuela se mueve entre dos aguas: la polémica, por la significativa devaluación que implica, y los avances, ya que empieza a despejar el panorama del tipo de cambio venezolano. En juego está también cómo afectará el nuevo escenario a las compañías extranjeras que operan en el país. Las hay, como Telefónica, que tuvieron que recurrir en el pasado a un tipo de cambio “sintético” para saber cuánto ganan en Venezuela.
La derogación del Dipro en Venezuela (tasa de cambio protegida, fijada en 10 bolívares por dólar) abre un nuevo escenario cambiario en el país. Se trata de una medida polémica por la devaluación significativa que implica, ya que unifica ese tipo de cambio a la tasa Dicom (Sistema de Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado), cuya última referencia fue de 3.345 bolívares por dólar.
El nuevo Convenio Cambiario diseñado por el Banco Central de Venezuela relanza el Dicom, regido por subastas de divisas. La clave está en que sólo el sector privado participará en el sistema. El sector público no servirá de oferente. A este respecto, el economista venezolano y diputado José Guerra, afirma en Twitter: “Estamos ante la mayor devaluación del bolívar con la tasa de cambio que resultará del Dicom”. En un informe de la casa de análisis Torino Capital señalan que esta unificación de tasas “implica una devaluación de 99,7% en el tipo de cambio oficial”.
Pero, por otro lado, comienza a despejarse el panorama cambiario venezolano. Se trata de una transformación más profunda de la política cambiaria. La tasa que resulte del nuevo Dicom será la referencia para todas las operaciones de liquidación de divisas del sector público y privado en Venezuela, según fuentes consultadas por el diario ALnavío. Es decir, que la medida podría tener implicaciones fiscales.
Con el Dipro se financió el 72,3% de las importaciones totales de la economía en 2017, según Ecoanalítica
Tal como señala Torino Capital, el nuevo convenio “establece las bases legales para flexibilizar el mercado cambiario”. En el reporte, firmado por Francisco Rodríguez, economista jefe de la firma, apuntan que “al menos en el papel, el reglamento se distancia considerablemente de las regulaciones anteriores. Incluso, puede leerse como una institucionalización de un tipo de cambio único determinado por el mercado”.
En la misma línea se manifiesta Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica. El también economista afirma en Twitter que “a pesar de la falta de claridad, característica de estos anuncios, pareciera que el Ejecutivo Nacional apunta a un proceso de unificación del tipo de cambio del sector público, aunque de manera ineficiente”.
Oliveros explica en un artículo publicado en el portal Prodavinci que con la eliminación del Dipro, a la que sólo el sector público tenía acceso, “viene un acelerado proceso de ajuste, ya que por este mecanismo se financió el 72,3% de las importaciones totales de la economía [venezolana] en 2017”. Unas importaciones que, según Torino Capital, se mantienen en los niveles más bajos de su historia. El banco de inversiones calcula que las compras externas cayeron 44,1% en noviembre de 2017 con respecto al mismo periodo de 2016.
Ante este nuevo contexto cambiario, las empresas extranjeras que operan en Venezuela todavía no se han pronunciado. ¿Les afectará? Henkel García, director de Econométrica, recuerda al diario ALnavío que la mayoría de las compañías dejó de seguir esta referencia.
No obstante, es público que algunas empresas manifestaron los quebraderos de cabeza que les supone no saber exactamente qué tipo de cambio elegir para calcular el resultado de sus operaciones en territorio venezolano.
Por ejemplo, Telefónica, el gigante español de las comunicaciones, explicó en el informe de resultados del primer semestre de 2017 que “ante la ausencia de tipos oficiales representativos de la situación económica de Venezuela”, la compañía había “determinado necesario estimar un tipo de cambio sintético que se ajuste a la evolución de la inflación para reflejar de forma adecuada la situación económico-financiera y patrimonial de las filiales venezolanas” (Leer más: Telefónica fija un tipo de cambio “sintético” para calcular la inflación en Venezuela).
La estrategia de Telefónica para reflejar su situación económica en Venezuela es distinta de la que utilizó la española Mapfre para hacer lo propio en los ejercicios de 2015 y 2016. El grupo asegurador recurrió a un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) con el fin de calcular la inflación venezolana en esos años. El motivo fue la “poca representatividad” de los indicadores Sicad (Sistema Complementario de Administración de Divisas), Simadi (Sistema Marginal de Divisas) y Dicom, con los que trabaja el Banco Central de Venezuela.
La última referencia de la tasa Dicom fue de 3.345 bolívares por dólar
Por otro lado, García matiza que las empresas petroleras sí pueden verse beneficiadas con el nuevo tipo de cambio, que será significativamente más alto. Según Torino Capital, la tasa Dicom a 3.345 bolívares por dólar sigue estando altamente sobrevaluada. “El tipo de cambio nominal consistente con una tasa real de equilibrio se ubicaba para el mes de enero entre los 46.000 y los 80.000 bolívares por dólar”, detalla la casa de análisis.
Ahora bien, es poco probable que la tasa Dicom alcance el nivel esperado por el mercado porque es precisamente el margen entre la paridad oficial y el mercado paralelo el que sustenta el conocido y lucrativo negocio cambiario en Venezuela.
Esta semana y las dos próximas, las compañías españolas están en plena presentación de resultados, por lo que de afectarles el nuevo escenario cambiario no lo podrán incorporar a las cuentas de 2017, pero sí adelantar cómo reaccionarán de cara a las proyecciones de este año.