Leticia Núñez (ALN).- Las exportaciones españolas se dirigen en más de 65% hacia Estados miembros de la Unión Europea. Un informe de EAE Business School constata que España “no aprovecha las oportunidades que ofrecen muchos mercados emergentes”, especialmente Latinoamérica. ¿La solución? Modernizar la diplomacia y orientar una parte importante a la diplomacia empresarial. “Que las empresas no se sientan solas. La relación con América Latina es clave. Nos va el futuro en ello”, dice al diario ALnavío Daniel Casal, autor del estudio.
España incrementó las exportaciones a Latinoamérica 12,5% en 2017. Las ventas ascendieron a 15.257 millones de euros. Sin embargo, el resultado de la balanza comercial arrojó un déficit de 1.742 millones de euros, debido a que el aumento de las importaciones fue superior (25%, 16.999 millones de euros). Según el informe Las relaciones comerciales entre España y América Latina en 2017, elaborado por la EAE Business School (Escuela de Administración de Empresas), desde 2014 España no ha logrado –excepto en 2016- presentar un saldo comercial favorable en su balanza.
Este dato constata, de acuerdo con el estudio, que la economía española “no aprovecha las oportunidades que ofrecen muchos mercados emergentes”, especialmente los latinoamericanos.
Y es que las exportaciones españolas se dirigen en 65,7% hacia Estados miembros de la Unión Europea (UE). En 2017 las ventas a países comunitarios alcanzaron 186.662 millones de euros. Sin embargo, España no logra mejorar al mismo ritmo las exportaciones hacia terceros, lo cual es “especialmente grave en el caso de los países latinoamericanos con los que el saldo comercial español cayó 2,7% en 2017”, reza el informe, basado en datos del Ministerio de Economía y Competitividad.
Todo a pesar de una historia compartida, de unas intensas relaciones demográficas y de una tradición cultural y lingüística común, señala el informe. También a pesar de que España cuenta con los instrumentos jurídicos adecuados y con una ventaja comparativa con el resto de países de la UE para establecer relaciones comerciales más próximas con América Latina.
“Tenemos que conseguir que las empresas se vean respaldadas por su país, que no se sientan solas”
Porque España tiene “una posición privilegiada como país”, dice Daniel Casal, autor del informe, en declaraciones al diario ALnavío. “Somos un país europeo, atlántico, mediterráneo e iberoamericano. Tenemos muchas facilidades de relación con otras naciones”. Casal defiende que estar en Europa “es bueno porque tenemos un socio comercial muy grande y las exportaciones son fáciles porque somos el mismo mercado”, pero admite que “quizá nos hemos acomodado a nuestra relación económica con la UE porque es más fácil que exportar a Latinoamérica”.
Tras ello, el doctor en Ciencia Política y de la Administración Pública advierte: “La relación con América Latina es clave. Nos va el futuro en ello”.
Entonces, ¿qué falla? ¿Cómo puede mejorar España la venta de bienes y servicios a Latinoamérica? Casal lo tiene claro: “Lo primero es que España modernice su diplomacia y oriente una parte importante a la diplomacia empresarial. Tenemos que conseguir que las empresas se vean respaldadas por su país, que no se sientan solas”.
De ahí su petición al Gobierno de realizar más políticas de acción exterior. Si bien en 2012 el Ejecutivo creó el Alto Comisionado de la Marca España, el informe sostiene que no ha dotado a este organismo de los medios presupuestarios, personales y materiales adecuados para cumplir adecuadamente sus funciones.
“La economía chilena no creció todo lo esperado y eso al final desincentiva”
Casal lamenta que hay “falta de coordinación” entre los distintos organismos que actúan en el ámbito de la política exterior. “Existe el Instituto de Comercio Exterior, el Ministerio de Economía, el Alto Comisionado… Es una buena idea, pero falta todavía por desarrollarse y por integrar todos los aspectos de la diplomacia económica. Hace falta un organismo de la administración pública que lidere el respaldo a la apertura de nuestras empresas al exterior”, sostiene.
La “despreocupación del Gobierno central por la Marca País” contrasta con el interés de las comunidades autónomas en crear políticas de promoción comercial. En 2017, gastaron más de 98 millones de euros en acción exterior, según datos del estudio.
Por ello, el autor del informe concluye: “Una diplomacia económica fuerte redundaría en el trabajo que ya vienen realizado las comunidades autónomas y que es embrionario en ciudades como Madrid y Barcelona, que comienzan a desarrollar sus propias estructuras de acción exterior, y permitiría a nuestro tejido empresarial afrontar con mayor seguridad los riesgos que entraña el comercio internacional, especialmente en América Latina, donde a pesar de las oportunidades que existen es imprescindible el apoyo a nuestras empresas por parte del Gobierno de España que tiene los recursos y los contactos adecuados para facilitar la inserción de nuevos negocios en estos mercados emergentes”.
Los buenos resultados del eje Colombia-Perú
Analizando país por país, el estudio destaca que España incrementó en 2017 tanto las exportaciones como las importaciones con el eje Colombia-Perú, con el que mantiene acuerdos de asociación comercial y económica. España le vendió a Colombia bienes por un importe de 977 millones de euros, 10,3% más que en 2016. En el caso de Perú, fueron 892,3 millones de euros, 50,6% más. Las importaciones, de 3.183,4 millones de euros, aumentaron 22,6%.
“Perú lleva muchos años creciendo. Es un mercado emergente, atractivo a pesar de las dificultades estructurales”, apunta Casal. Sobre Colombia destaca la estabilidad económica y la posición estratégica. “A todo ello se añade el proceso de paz, que está incentivando las inversiones”.
En el lado opuesto se sitúan Chile, Brasil y Venezuela. España le vendió a Chile bienes por valor de 1.367 millones de euros, 1,5% menos. Algo que Casal atribuye a “una pequeña recesión” que sufrió el país latinoamericano. “La economía chilena no creció todo lo esperado y eso al final desincentiva. También los países del entorno de Chile se han vuelto más atractivos para las exportaciones españolas, como Perú”.
Más preocupante, a su juicio, es la situación de Brasil. El saldo comercial entre España y Brasil disminuyó 115% en 2017 respecto a 2016 dado que las exportaciones españolas aumentaron 11% pero las importaciones lo hicieron 37%.
“La inestabilidad política es fuerte. Está en cuestionamiento el sistema. Lo que se ha puesto en tela de juicio no es un presidente determinado sino el sistema y eso ahuyenta las inversiones. Se suma que económicamente el país también se ha desacelerado”, explica Casal.
Finalmente, las exportaciones españolas hacia Venezuela apenas alcanzaron 94 millones de euros, lo que representa una caída de 49,3% en todo 2017. La crisis política, económica y social que sufre ese país explica los malos datos. “No es un país que ahora mismo sea atractivo para hacer negocios, a pesar de que tiene potencialidad para serlo. Tiene muchos recursos, puede ofrecer muchas oportunidades, pero la situación por la que atraviesan no incentiva ningún tipo de inversión”, concluye Casal.