Daniel Gómez (ALN).- Telefónica abandona América Central. En enero vendió las filiales de Guatemala y El Salvador, y ahora hizo lo propio en Costa Rica, Panamá y Nicaragua. Las que le quedaban. Son desinversiones en una región con poco peso en las cuentas que permitirán a la compañía disminuir la deuda.
El gran problema de Telefónica es la deuda. Y el gran reto de su presidente, José María Álvarez-Pallete, es rebajarla. En ello está. En 2018, por tercer año consecutivo, volvió a reducirla y esta se situó en 41.785 millones de euros, 2.445 millones menos que en 2017.
Esta buena noticia se complementa con la venta de las operaciones en Costa Rica, Panamá y Nicaragua a Millicom International Cellular. Telefónica acaba de dar a conocer la operación que se saldó por 1.455 millones de euros. 503 millones por la filial costarricense, 573 millones por la panameña y 379 millones por la nicaragüense.
Telefónica explica que la venta en Centroamérica “se enmarca dentro de la política de gestión de cartera de activos del grupo, basada en una estrategia de creación de valor, optimización del retorno sobre el capital y posicionamiento estratégico”
En enero, Telefónica vendió las filiales en Guatemala y El Salvador. Por lo que su actividad enCentroamérica desaparece. Era lo que dictaban los planes. Desinvertir en regiones con poco peso en las cuentas.
Una vez se complete la operación, todavía sujeta a la aprobación de las autoridades regulatorias, Telefónica se embolsará 2.025 millones de euros. De este dinero, 1.400 millones servirán para disminuir la deuda.
Asimismo, Telefónica explica que la venta en Centroamérica “se enmarca dentro de la política de gestión de cartera de activos del grupo, basada en una estrategia de creación de valor, optimización del retorno sobre el capital y posicionamiento estratégico”.
Una operación que “complementa el objetivo de reducción de deuda y fortalecimiento de balance por la vía orgánica, en un escenario de generación de caja creciente, que nos permite a la vez mantener una remuneración al accionista sostenible y atractiva”.
El monstruo de la deuda
Cuando se compute el impacto de la venta, la deuda se equiparará con la capitalización de la compañía, que en este momento ronda los 40.000 millones de dólares.
El caso es que la deuda sigue siendo un “monstruo”, como la definen los analistas. Un monstruo que Álvarez-Pallete ha ido rebajando paso a paso. Con los ahorros de la digitalización, con la venta del negocio en Centroamérica…
Ahora también sacando al mercado algunos centros de datos con los que podría recaudar entre 500 y 1.000 millones de euros, reveló Bloomberg. Y es que son centros que interesan a tecnológicas estadounidenses como Equinix y Digital Realty.
Así es como paulatinamente Telefónica adelgaza su estructura, y lo aprovecha para quitar pasivos. Porque lejos quedan aquellos tiempos de euforia, cuando la acción se cotizó a 23 euros en noviembre de 2007, mientras que hoy se cotiza a 7,7 euros.
Lejos queda aquella época dorada. La época de la histórica compra de la británica O2 por 26.000 millones de euros en 2005. La época de los 7.000 millones de euros que cinco años más tarde pagó por Vivo para consolidarse como la operadora líder de Brasil. La época en la que Telefónica creció a golpe de chequera, pero por la que hoy paga las consecuencias.
Pese a todo, la empresa sigue al alza. Ganó 3.331 millones de euros en 2018, un incremento de 6,4% en 2018 respecto a 2017. El buen rendimiento en los mercados principales fue clave. Los ingresos en España, por primera vez en 10 años, aumentaron de forma orgánica. Y en Brasil batieron récord de rentabilidad tras acumular 12 trimestres ahorrando en gastos operacionales.