(EFE).- Cualquiera que sea el ganador de las elecciones presidenciales del próximo domingo en Colombia las relaciones con Venezuela, rotas hace tres años, también sentirán el cambio por la intención de ambos candidatos de sacarlas del limbo, comenzando por la reapertura de la frontera.
Los dos países comparten una frontera de 2.219 kilómetros cerrada al paso de vehículos de agosto de 2015 por orden del presidente venezolano, Nicolás Maduro, que luego rompió relaciones diplomáticas con Colombia, el 23 de febrero de 2019, en medio de una escalada de tensiones por el reconocimiento de su homólogo colombiano, Iván Duque, al líder opositor, Juan Guaidó, como presidente interino.
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Sin embargo, tanto el izquierdista Gustavo Petro, como el populista independiente Rodolfo Hernández, que disputarán en segunda vuelta la Presidencia colombiana, han manifestado que, en caso de ganar, reabrirán la frontera.
«Yo tengo que decirles que Cúcuta no puede ser ciudad, no puede prosperar, no puede superar los problemas sin abrir las fronteras», dijo Petro hace un mes en una visita a esa ciudad, mientras que Hernández aseguró: «Ganando la presidencia de la República el primer ‘decretico’ es abrir eso (la frontera)».
En una entrevista con Efe, Hernández prometió además que «el mismo día» de su investidura activará el protocolo para el restablecimiento de las relaciones consulares.
ACERCAMIENTO A LA VISTA
Pero más allá de esos discursos, una decisión de Colombia en ese sentido indudablemente requerirá un acercamiento con el Gobierno de Maduro, que no es reconocido por Duque.
«Naturalmente eso depende también del Gobierno venezolano, hay que ver si muestra la disposición para hacerlo. Yo creo que sí lo mostrará pero de todas maneras hay que ver esa parte«, dijo a Efe el excanciller colombiano Julio Londoño Paredes, decano de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario.
Londoño explica que, «fuera del aspecto comercial y económico», Colombia tiene «dos millones y pico de venezolanos acá, una cantidad indefinida de colombianos en territorio venezolano y una frontera conflictiva y difícil», por lo que es necesario tener al menos un canal de comunicación que actualmente no existe.
La reapertura de la frontera es un clamor de sectores sociales y económicos de los dos países que desde hace siete años sufren las privaciones que el cierre de los pasos fronterizos, en especial el que comunica a Cúcuta, en el departamento colombiano de Norte de Santander, con el estado venezolano del Táchira, el más dinámico de todos por su intensa actividad comercial.
«Creo que estamos entrando en razón, los dos candidatos presidenciales han mencionado la apertura de la frontera«, dijo el presidente Ejecutivo de la Cámara Colombo Venezolana, Germán Umaña, en un foro celebrado el lunes en Cúcuta en el que empresarios y académicos de los dos países analizaron esa posibilidad.
EL FACTOR SEGURIDAD
Según los expertos, los dos países deben trabajar también para mejorar la seguridad de la zona donde se mueven a sus anchas la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), disidencias de las FARC y bandas criminales como la colombiana Los Rastrojos o la venezolana Tren de Aragua.
«Hay un avance muy fuerte de bandas trasnacionales y de grupos al margen de la ley», explicó Francisco Javier Sánchez, investigador del Centro de Estudios de Fronteras e Integración de la Universidad de los Andes (Venezuela), quien explicó que para combatirlos con éxito «se necesita la coordinación, la cooperación y la comunicación entre las autoridades» de los dos países.
El Gobierno de Duque se ha negado a cualquier acercamiento con Venezuela con el argumento de que la ruptura de relaciones fue una decisión unilateral de Maduro y de que no se puede negociar con una «dictadura».
Maduro, por su parte, dijo que espera que con el próximo presidente pueda haber «paz y cooperación».
Por ahora el distanciamiento es tal que en estas elecciones los colombianos residentes en Venezuela han tenido que trasladarse a los puestos de votación instalados en este lado de la frontera para poder sufragar ya que todos los consulados están cerrados desde hace tres años.
DE GUAIDÓ A MADURO
La reapertura de la frontera, en caso de darse, no significa una normalización de relaciones pues esa sería una decisión que requiere un giro de 180 grados en la política exterior actual, en la que Duque lideró, sin éxito, el «cerco diplomático» a Maduro.
«Establecer relaciones, aún consulares, implica necesariamente un reconocimiento al Gobierno de Maduro como Gobierno legítimo y nosotros (Colombia) tendríamos que dejar aparte el caso de Guaidó, que se ha debilitado progresivamente. Ese es un cambio que puede traer algunas resistencias en Colombia y cierta preocupación en Estados Unidos», explica el excanciller.
Londoño añade que un restablecimiento de relaciones exprés no es tan sencillo porque se necesita reactivar «todos los organismos, todos los elementos, todos los acuerdos que estaban en vigencia entre los dos países en el campo comercial, económico, político, etcétera, y que han quedado acabados» tras el abandono de los últimos años.
«Creo que lo que se debería hacer es establecer una comisión, un grupo de contacto, y hacer un memorando de entendimiento (…) señalar unas pautas y unos pasos que se deben dar para llegar al restablecimiento de relaciones», recomienda Londoño.