María Rodríguez (ALN).- América Latina es un oasis para el contrabando de tabaco. En Panamá 70% de los cigarrillos que se venden son de contrabando. ¿En Brasil? 54%, lo que perjudica al PIB brasileño en 2.900 millones de dólares al año. Son datos de la Alianza Latinoamericana Anticontrabando.
El contrabando de cigarrillos ha encontrado un oasis en América Latina. Especialmente en Panamá y Brasil, países donde la venta de esta mercancía de contrabando supera con creces la que se realiza de forma lícita. Dos datos de la Alianza Latinoamericana Anticontrabando (ALAC): de cada 10 cigarrillos que se despachan en Panamá, 7 son de contrabando. En Brasil el porcentaje es inferior, aunque igualmente brutal: casi la mitad (54%) de los cigarrillos vendidos son de contrabando.
Eso sí, en pérdidas económicas, Brasil es el país más afectado de América Latina. Por el negocio del contrabando de tabaco el Producto Interior Bruto de Brasil dejó de ingresar 2.900 millones de dólares en 2018, según datos de ALAC.
En conjunto el comercio ilegal (en el que se incluye el tabaco como principal variable) mueve 210.000 millones de dólares al año en la región. El equivalente a 2% del PIB de América Latina. Una cantidad que no va a engrosar las arcas de las economías latinoamericanas. Todo lo contrario, las perjudica enormemente.
El comercio ilegal (en el que se incluye el tabaco como principal variable) mueve 210.000 millones de dólares al año en América Latina
Y si en Panamá y Brasil las cifras de contrabando de cigarrillos son de escándalo, no se quedan atrás el resto de los países de la región. En Guatelama 32% de la venta de tabaco es ilegal, lo mismo ocurre con el 30% de El Salvador, 25% en Honduras, 22% en Chile, 18% en Costa Rica, 16% en México, 15% en Venezuela, 14% en Argentina y 14% en Perú.
Para el presidente de la Fundación de Investigación en Inteligencia Financiera, Juan Félix Marteau, los datos de contrabando en América Latina son “desoladores”. En el V Encuentro de la Asociación Latinoamericana Anticontrabando, celebrado recientemente en Costa Rica, Marteau alertó sobre los altos índices de falsificación de productos en la región y un fuerte impacto sobre la recaudación de tributos debido precisamente a estos delitos.
“La problemática del comercio ilegal es un fenómeno generalmente vinculado a productos sobre los que pesa una alta presión tributaria y en general involucra a productos de consumo masivo, de alto valor o ambos. Dentro del comercio ilegal se pueden identificar diferentes modalidades delictivas como el contrabando, la falsificación de marcas y la de estampilla fiscal, todas las cuales derivan, en última instancia, en el delito de evasión fiscal”, subrayó el experto.
En la jornada se destacó que los cigarrillos son los productos con los que más se comercia de forma ilegal en toda América Latina. Les siguen la ropa, los fármacos, gafas, software, combustibles, productos de higiene (perfumes y cosméticos), audiovisuales, pesticidas, zapatos deportivos, videojuegos, relojes y juguetes.
De acuerdo con un informe de GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional), citado en la jornada, es extremadamente difícil cuantificar el tamaño de las operaciones de lavado de dinero, porque pueden relacionarse con el desarrollo de actividades ilegales que en muchas situaciones parecen legales. Aun así, el GAFI calcula que el dinero movido por el crimen organizado (es decir, el narcotráfico, la venta ilegal de armas, la trata de personas y el contrabando) llega a representar 5% del Producto Interno Bruto de América Latina.