Miguel Sebastian (ALN).- En estos primeros tres lustros Latinoamérica y el Caribe no han ganado un peso significativo dentro de las regiones mundiales. Pero tampoco lo han perdido, como ha ocurrido con la Unión Europea, Norteamérica y Japón. Brasil adelantó a México en la primera posición del ranking. Las dos últimas semanas he abordado los principales cambios en el ranking de países y regiones mundiales desde 2000 a 2015, según los datos del Banco Mundial. Como mencionaba en esos artículos, llama la atención la rapidez con la que están ocurriendo esas transformaciones económicas, que acabarán traduciéndose en importantes cambios geopolíticos. Ya no hay que esperar 40 o 50 años para percibir esos cambios, como ocurrió en el siglo XX con el auge, primero, de EE.UU. y Australia, posteriormente de Japón y finalmente de los tigres asiáticos, o con el declive de la Vieja Europa.
Latinoamérica y el Caribe (LAC, siguiendo la terminología del Banco Mundial) parece que ha sido una excepción. En estos primeros tres lustros del siglo no ha ganado un peso significativo dentro de las regiones mundiales, como lo han hecho el Este de Asia, el Asia Meridional, Oriente Medio y Norte de África o el África Subsahariana. Pero tampoco lo ha perdido, como ha ocurrido con la Unión Europea, Norteamérica y Japón. Así la participación de LAC en el PIB mundial apenas avanzó del 6,7% en 2000 al 7,1% en 2015. Y según las proyecciones que hice para 2030, bajo una serie de supuestos, mantendrá una share del PIB mundial del 7,2%, en el horizonte de los tres próximos lustros.
En Latinoamérica no se aprecia ninguna tendencia clara, ni creciente ni decreciente
Estancamiento relativo
Resulta interesante que este “estancamiento relativo” de Latinoamérica y el Caribe en el total mundial no es algo exclusivo de este siglo, sino que ya venía sucediendo desde la última parte del siglo pasado. En el Gráfico 1 presento el porcentaje que el PIB de Latinoamérica y el Caribe representa del PIB mundial desde 1982 a 2015, a partir de los datos del Banco Mundial en dólares de EE.UU. (“enfoque Atlas”). Como puede observarse, dicho peso ha fluctuado a lo largo de las tres últimas décadas, pero no se aprecia ninguna tendencia clara, ni creciente ni decreciente, moviéndose prácticamente todos los años en el rango de 5-8% del total mundial. A principios de los años 80, dicho peso se situaba en torno al 7% del PIB, que es más o menos la participación con la que terminó el siglo XX y, a su vez, con la que ha cerrado 2015.
En los años de la crisis de la región (la década de los 80) dicha ratio bajó hasta el 5%, e incluso se situó por debajo en los peores años (1987 y 1988). Posteriormente volvió a recuperarse en los años de expansión tras la “década perdida”, volviendo a una share del PIB mundial del 7% en 1997 y 1998. La cadena de crisis cambiarias que siguió al default ruso de 1998 y que culminó en el final de la convertibilidad argentina en 2001-2002 volvió a hundir el peso relativo de la región hasta el 5,2% del PIB mundial en 2003. Después vino la recuperación, paradójicamente coincidiendo con la Gran Recesión global de 2008-2013, que afectó en menor medida a la región, al verse acompañada de una importante subida de las materias primas por el empuje de los nuevos países emergentes. Ello posibilitó una subida del porcentaje que la región representa sobre el PIB mundial hasta alcanzar un máximo del 8,3% en 2011. Desde entonces no ha hecho más que caer.
Fuente: elaboración propia a partir de Banco Mundial (2017)
Hasta aquí, lo que se refiere a la región en su conjunto. Pero, ¿qué ha ocurrido con los países latinoamericanos tomados individualmente? En las Tablas 1 y 2 se presenta el ranking de los 20 principales países de LAC tanto en 2000 como en 2015. Al igual que ocurre con el agregado regional, ambos rankings muestran una relativa estabilidad. Nada que ver con las fuertes oscilaciones que vimos en el ranking global, donde algunos países ganaban muchísimos puestos de 2000 a 2015, mientras que otros los perdían.
Antes de comparar con 2015, conviene resaltar algunos hechos reflejados en esa tabla. Lo primero que llama la atención es el tamaño relativo de las economías latinoamericanas en 2000:
- Excepto los tres grandes (México, Brasil y Argentina) cada uno del resto de los países no llega a pesar ni el 0,4% del PIB mundial, que es el tamaño relativo de economías como Portugal o Finlandia.
- Los tres grandes, que suman el 4,8% del PIB mundial, representan casi las tres cuartas partes del PIB de la región. Los tres están representados en el G-20, lo que se trata de un éxito geopolítico, pues supone una sobrerrepresentación con respecto a su peso económico global.
- Quitando las ocho más grandes, cada una de las siguientes economías no pesa ni el 0,1% del PIB mundial, que es el equivalente al peso de países como Libia, Kuwait o Ucrania.
Fuente: World Bank (2017)
(*) Datos de 2013
La Tabla 2 recoge el ranking de las 20 economías más importantes de Latinoamérica y el Caribe en 2015. El dato de Venezuela es el de 2013, al no publicar el Banco Mundial datos con posterioridad a esa fecha.
Los principales cambios en el ranking de países latinoamericanos de 2000 a 2015 se resumen a continuación.
- Los tres países más grandes se mantienen como líderes de la región, aunque Brasil adelanta a México en la primera posición. La suma de los tres grandes sigue estable en el 4,7% del PIB mundial, aunque ahora sólo representan dos tercios del total regional, frente a las tres cuartas partes en el año 2000.
- Por primera vez hay otros dos países que superan o igualan el 0,4% del PIB mundial, superando en 2015 a Portugal y Finlandia: se trata de Venezuela y Colombia, aunque los datos de la República Bolivariana se refieren a 2013 y hay que tomarlos con cautela.
- Junto con Brasil y Colombia, los países de la región más exitosos en lo que llevamos de siglo han sido: (i) Ecuador, que escala cuatro puestos en el ranking de la región (del puesto 13 al 9), (ii) Bolivia y Paraguay, que suben dos puestos cada uno, y (iii) Perú, que escala un puesto adelantando a Puerto Rico como la séptima economía de la región, y Panamá, Costa Rica, y Trinidad y Tobago, que también avanzan una posición.
- En términos relativos, independientemente del ranking, los que aumentan más su peso en el PIB mundial son Ecuador (+147%), Panamá (+92%), Bolivia (+78%), Perú (+65%), Costa Rica (+64%), Guatemala y Paraguay (+50%, ambas).
- Honduras entra por primera vez en el ranking de los 20 más grandes de la región, a costa de Jamaica, que se desploma y sale de la lista.
- Las economías que más pierden, además de los casos de México, Puerto Rico y Jamaica, comentados anteriormente, son Uruguay y El Salvador, que caen tres puestos, Cuba y República Dominicana, que caen un puesto cada una.
- En términos relativos, las que sufren una mayor caída del PIB en relación al total mundial son México y Puerto Rico (-24% cada una) y El Salvador (-11%), además del mencionado caso de Jamaica (-28%).
- Países como Chile (+37%), Colombia (+32%) o República Dominicana (+28%) también han tenido un comportamiento positivo, pero muy por debajo de las economías más exitosas. Ello refleja un cierto agotamiento en su modelo de crecimiento.
Miguel Sebastian fue ministro de Industria, Turismo y Comercio. Es economista y Profesor de la Universidad Complutense de Madrid
En definitiva, se trata de cambios relativamente pequeños, si se comparan con el de otras regiones del planeta, pero bastante significativos. De cara a 2030, si se mantienen los ritmos de la primera parte de este siglo, y dejando a un lado a Venezuela, habría que apostar, además de por Brasil, que ya avanzamos que podría convertirse en la séptima economía mundial en 2030, por los países andinos (Perú, Bolivia y Ecuador), por Paraguay y por algunos países centroamericanos, como Panamá, Guatemala y Costa Rica.