Daniel Gómez (ALN).- Las siglas ICO significan en español oferta inicial de moneda, de monedas digitales. Gracias a ellas, miles de startups se han financiado sin acudir a la Bolsa, al igual que muchos inversores han logrado enormes beneficios sin estar cualificados. Semejante éxito no ha pasado desapercibido para los estafadores. Ellos también supieron sacar tajada. Por eso hay que tener cuidado y seguir los consejos de los especialistas.
Las criptomonedas han creado hasta una especie de mercado bursátil. Incluso cuentan con algo parecido a las ofertas públicas de venta. Son las conocidas como ICO, acrónimo del concepto inglés initial coin offering (oferta inicial de moneda, en español).
Gracias a este modelo de financiación, muy parecido al capital ventures de las startups, cualquier empresa puede sacar adelante un proyecto. Desde antes incluso que comience a operar. Además, está abierto para todos. No sólo para selectos inversores.
Tal espectro de libertad es bueno y malo al mismo tiempo. Las ICOs son un terreno fértil para estafadores. Atraen a los inversores con un proyecto prometedor, recaudan su dinero y se marchan sin dejar rastro.
Otro inconveniente es que los negocios propuestos, aunque lo hagan con buena fe, no triunfen. Es lo de siempre. Cuando una idea no está madura y ni siquiera posee clientes que disfruten su producto, es difícil anticipar si triunfará o no. El resultado es que, si el proyecto no resulta, los inversores perderán su dinero.
Los peligros de las ICOs, sobre todo por el lado de las estafas, han sido motivo suficiente para que países como China las hayan prohibido. En España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el organismo que supervisa los mercados, ya se ha pronunciado al respecto. El primer mensaje no fue muy conciliador, pero hace poco han dado su brazo a torcer.
Apostar por la educación
“Las ICOs tiene partes buenas y otras que no. Permiten modelos de negocios que de otra forma no serían posibles. Pero la información que ofrecen en ocasiones es inadecuada e insuficiente. Nosotros, cuando un token pueda considerarse como derecho financiero, lo haremos”, detalló Ramiro Losada, economista senior de la CNMV, en un foro organizado por el diario El Español.
En las ICOs no todo lo que se ofrecen son criptomonedas. Por eso Losada usó el término token. Token es un derecho digital. Una ficha que puede servir como método de pago, pero también para cualquier cosa. Todo depende del emisor. Lo más común es que el token convierta al propietario en accionista.
Antonio Gonzalo Vaca: “Cuando pierdes el dinero es cuando aprendes”
La postura de la CNMV es tan reservada porque ellos persiguen la seguridad. Y es que, como dijo en el foro el fundador de Ethereum Madrid, Antonio Gonzalo Vaca, “las ICOs son un riesgo”. Lo son, entre otros motivos, “porque el 80% se sustentan sobre una red blockchain inacabada como es la de Ethereum”, matizó.
Vaca conoce estos peligros de primera mano. De hecho, perdió todos sus ahorros por culpa de una ICO. “Cuando pierdes el dinero es cuando aprendes. Yo aprendí que no se puede confiar en una casa de cambio de criptomonedas descentralizada. Esta cerró y lo perdí todo”.
Por ese motivo, porque él lo sufrió, el fundador de Ethereum Madrid no quiere que la CNMV, ni el Gobierno, ni los bancos pierdan el tiempo regulando. “Es como ponerle puertas al campo. Lo importante es educar al inversor”. Y agregó: “Es cierto que habrá muchas ICOs que acaben en nada. Como pasó con valores regulados como Terra y Banco Popular”.
Analizar todos los detalles
Lo que subyace del mensaje de Vaca es el sentido común. Justo lo que propone otro de los expertos que asistió al foro, Bernart Aguadé, cofundador de UbiCrypto, firma asesora en el mercado de las ICOs.
“Cuando vemos el proyecto de una ICO hay que fijarse en lo que propone. Cuáles son sus procesos, si es útil o no”, apuntó. Para ello, los inversores tienen que acudir al whitepaper, el documento en el que explican toda la iniciativa. Este, cuantos más detalles contenga, mejor.
Para Aguadé también es clave conocer a las personas que lleven el proyecto. “Tenemos que ir a foros y asegurarnos de que lo que dicen es posible. Además, es necesario que tengan visibilidad. Que haya un hilo, que la gente hable de ello. Un proyecto en el que los fundadores no ponen la cara yo lo descarto de primeras”.
Ofreciendo consejos también estuvo Alejandro Gómez de la Cruz, director general del portal para startups Icofunding.com. Una de las claves que ofreció es la de fijarse en lo que hacen los grandes fondos, los que previeron el éxito de Google y Amazon, y los que ahora apuestan por las ICOs. “Ellos están invirtiendo en aplicaciones de protocolo”.
Por otro lado, está el producto. “Hay que ver cómo actúa el cliente retail con el producto. Hay que prever cómo interactuará con él, porque de no hacerlo habrá problemas graves”, advirtió. Y en esto de las ICOs un problema grave es perder el dinero.