Patricia J. Garcinuño (ALN).- El Reporte de Economía y Desarrollo 2016, elaborado por la Corporación Andina de Fomento y el Banco Interamericano de Desarrollo, hace especial hincapié en cómo se formarán los nacidos a partir de 2006. Vaticinan que trabajarán en empleos que aún no existen.
“En 2030 no existirán clases separadas por curso, distinción por edades ni exámenes. Hay que pensar cuál será la formación ya no de los milenial, sino de los posmilenials. Los que nacieron a partir de 2006 y se están criando con una tablet debajo del brazo trabajarán en puestos que aún no existen. ¿Cómo educar a esta generación?”, se preguntó Guillermo Fernández de Soto, director para Europa de la Corporación Andina de Fomento (CAF) en la presentación del Reporte de Economía y Desarrollo (RED) 2016 que tuvo lugar en la Casa de América de Madrid. La respuesta, dijo, no es fácil. Sin embargo, los datos del informe, elaborado tanto por la CAF como por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), intentan arrojar algo de luz sobre esta cuestión.
Según Telefónica, el 65% de los alumnos que están ahora en Primaria trabajarán en empleos aún por inventar
Lo primero que se apunta en RED 2016 es que el ritmo al que avanza el desarrollo en América Latina no es suficiente y que debe acelerarse cuanto antes, sobre todo si se tiene en cuenta que la revolución digital va a hacer que todo cambie a pasos agigantados. Según advierten, lo fundamental a partir de ahora será “mejorar la cantidad y la calidad del capital humano”. Algo que supone una ardua tarea también de toma de conciencia, ya que actualmente la región posee una media de años de educación en la población adulta de 8,7, mientras que en los países ricos ronda los 11,3.
Asimismo, el director general de la Fundación Telefónica, José María Sanz Magallón, señaló que la conectividad será fundamental para que evolucione la educación. “En América Latina nos encontramos casos de desnutrición, violencia… Parece que hablar de programación o tecnología en este caso puede parecer descabellado en un entorno en el que hay necesidades más importantes. Pero no. El 65% de los alumnos que están ahora en Educación Primaria trabajará en empleos aún por inventar, que requerirán de estos conocimientos. Y hacer que tengan que resignarse a estar en trabajos de baja cualificación, que además serán los más fáciles de sustituir, sería un gravísimo error”, afirmó.
Del mismo modo, explicó que no se trata solo de formar en tecnología, sino de usarla para superar otros problemas. “Nosotros no nos limitamos a distribuir ordenadores y tablets, que suele ser un error en las primeras fases de los programas para fomentar la conectividad en América Latina. Debe haber una actuación completa, formar tanto a profesores como a familias”, añadió.
Solo el 50% de los latinoamericanos se gradúa en Secundaria
El informe también destaca que la falta de motivación, perseverancia y capacidad de concentración de los estudiantes latinoamericanos es mucho mayor que en otros países desarrollados. Alrededor de los 15 años, las tasas de matriculación caen en la mayoría de las naciones y, al llegar al término de la Educación Secundaria (a los 16 años), tan solo un 50% se gradúa, según el informe.
Al comparar entre países, los problemas de cobertura educativa en preescolar y en Secundaria se agravan en los casos de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Hay una diferencia del 20% entre zonas urbanas y rurales.
Mucho que avanzar en el Informe PISA
Según el último Informe PISA (de 2012), elegido para las comparaciones en RED 2016, los estudiantes latinoamericanos muestran un “peor desempeño” en pruebas estandarizadas. De hecho, solo uno de cada tres alumnos alcanza niveles mínimos de ‘alfabetismo funcional’ en matemáticas mientras que, en el conjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la cifra es cuatro de cada cinco.
En el Informe PISA 2015, Perú es el segundo país con peores resultados en matemáticas, lectura y ciencias. Solo Indonesia está peor. En cuanto al resto de los países latinoamericanos, le siguen en lo más bajo de la lista Colombia (tercer país con peores resultados), Brasil (6º), Argentina (8º), Costa Rica (10º), Uruguay (12º), México (13º) y Chile (15º). Ninguno supera la media de la OCDE.
Precisamente la elección de este documento para valorar la situación educativa de América Latina ha generado cierta polémica. La embajadora de Bolivia, María Luisa Ramos, cuestionó en la ronda de preguntas de la presentación si era oportuno utilizar las pruebas de PISA para reflejar la realidad latinoamericana, ya que no todos los países de la región están en este estudio.
La población adulta de América Latina tiene de media 8,7 años de educación. En los países ricos es de 11,3 años
“PISA no es un ranking, es muchísimo más que eso. Es valiosísimo y ha aportado mucho a la comunidad internacional, es un termómetro. No nos dice todo, pero nos dice que no vamos por el camino que deberíamos ir”, contestó Lucila Berniell, economista principal de la Dirección de Investigaciones Socioeconómicas de la CAF.
De acuerdo con el informe, el principal miedo en estos momentos es que la automatización haga que se requieran cada vez más empleados cualificados y que los trabajos rutinarios pasen a ser desarrollados de forma exclusiva por las máquinas. Aunque en América Latina este proceso no ha avanzado tanto, los citados organismos prevén que la región también siga esta tendencia. Motivo por el cual la CAF y el BID señalan que si Latinoamérica quiere estar preparada para un futuro tecnológico desafiante, “debe apostar por la formación tanto de buenas habilidades cognitivas como socioemocionales, sin por supuesto descuidar los aspectos asociados a la salud física”.