Redacción (ALN).- De los dos aspirantes a presidir el Partido Popular, Casado es probablemente el que supondría un mayor cambio para la formación. Ganaría peso político frente a las tendencias tecnocráticas, si bien tendría que lidiar con las tensiones entre las distintas familias ideológicas que quiere aglutinar. Recuperaría banderas tradicionales de los votantes como bajar impuestos y reivindicar la memoria de las víctimas de ETA y apostaría por una mayor presencia internacional.
En las elecciones internas del Partido Popular se juega algo más que un simple nombre. La personalidad y el modo de entender la política de quien resulte elegido presidente influirá de forma decisiva en el funcionamiento de la formación. El actual vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, sería de los dos candidatos que siguen en liza –la otra es Soraya Sáenz de Santamaría– el que representaría un cambio más profundo en el PP.
Casado supondría “una renovación más intensa y un cambio generacional importante”
Diversas fuentes populares, desde algunas de la sede central en la madrileña Calle de Génova hasta otras parlamentarias, evitan profundizar en qué cambios implicaría la elección de uno u otro candidato. Sin embargo, sí ofrecen algunas pistas. Una fuente señala que la elección de Casado supondría “una renovación más intensa y un cambio generacional importante”.
No es de extrañar, por tanto, que de los otros tres vicesecretarios que hay en el PP, los dos más jóvenes hayan tomado partido por él. Se trata de la responsable de Estudios y Programas, Andrea Levy, y el Política Social y Sectorial, Javier Maroto. De los tres, Maroto es el de mayor edad, 42 años. Casado tiene 37 años y Levy, 34. Javier Arenas, de 60 años, respalda a Soraya Sáenz de Santamaría (47 años).
No obstante, la renovación generacional podría suponer una pérdida de poder e influencia de altos cargos del partido que forman parte del aparato desde hace muchos años y la aparición de nuevos rostros. De hecho, en un reciente acto celebrado en Galicia, Pablo Casado afirmó que quiere atraer al partido “talento” de fuera y recuperar a personas que lo abandonaron en los últimos años.
Si sale elegido, y cumple con los compromisos adquiridos en sus intervenciones en la campaña, el PP de Pablo Casado daría más peso en su funcionamiento a los militantes. En la actualidad es, como los demás partidos españoles, una organización fuertemente jerarquizada. Las decisiones se toman desde la cúpula y el resto de la estructura, desde los cargos intermedios hasta las bases, juegan un papel que va poco más allá de una mera correa de transmisión de los mensajes e instrucciones de la dirección.
Casado ha dicho que quiere que los militantes tengan una mayor voz, y que su objetivo es que las sedes locales ganen peso en las decisiones y la actividad de la formación. Si fuera así, supondría un importante cambio en la cultura política de los populares y en el conjunto de los partidos españoles.
Mayor peso de la política frente a la tecnocracia
Desde que Mariano Rajoy llegó a La Moncloa en 2004, o incluso antes de esto, no se había hablado tanto de ideas y valores en el Partido Popular como ha ocurrido en la campaña de Casado. Fuentes parlamentarias dijeron a ALnavío que con él “sería un PP más volcado en hacer política”, frente a la línea tecnocrática de los últimos años.
Aunque se encuentra más próximo a postulados liberales, Casado no quiere hacer del PP una formación que responda de forma exclusiva a este tipo de planteamientos. Fuentes populares destacaron que “quiere un partido que acoja todo lo que está a la derecha de la izquierda, desde democristianos a conservadores y liberales”. Destacan que sería una mezcla compleja, puesto que en numerosos aspectos estas distintas corrientes mantienen posturas irreconciliables.
Casado ha insistido en la defensa de la unidad de España sin concesiones ante el independentismo ni negociaciones con sus representantes
A pesar de que se trata de un magma en el que distintas familias entran en contradicción, lo cierto es que recuperaría la idea con la que nació el PP. El votante tradicional de la formación estaba acostumbrado a ello. Algunas ideas fuerza sirven de aglutinante, y Casado las ha expresado con firmeza en la campaña. Ha insistido en la defensa de la unidad de España sin concesiones ante el independentismo ni negociaciones con sus representantes.
También reivindica la memoria de las víctimas de ETA y que los terroristas no obtengan beneficios penitenciarios después de que la banda criminal anunció la disolución.
Ha recuperado la idea de bajar impuestos. Esto supone una ruptura total con la práctica del PP con Mariano Rajoy en La Moncloa. A lo largo de sus mandatos, la presión fiscal en España experimentó fuertes incrementos en la mayor parte de los gravámenes.
Una mayor presencia internacional
Un PP con Pablo Casado al frente también ganaría presencia internacional. Bajo la presidencia de Rajoy, perdió peso en el conjunto de las fuerzas de centroderecha de todo el mundo. Hizo una dejación en esa materia especialmente en América Latina, creando un vacío que Ciudadanos ha sabido llenar (Ver más: Cómo Ciudadanos le come terreno al Partido Popular en Latinoamérica).
El candidato otorga a las relaciones internacionales una mayor importancia que Rajoy o que Sáenz de Santamaría
El candidato otorga a las relaciones internacionales una mayor importancia que Rajoy o que Sáenz de Santamaría. Es una materia que le apasiona y en la que, además, cuenta con experiencia y contactos. Entre 2009 y 2012 ocupó el puesto de director de gabinete del expresidente del Gobierno José María Aznar en la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES).
Junto con el antiguo jefe del Ejecutivo viajó por muchos países y participó en reuniones con dirigentes políticos de diversas naciones, incluyendo numerosas de América Latina. FAES tiene relaciones con organizaciones políticas latinoamericanas de centro-derecha. Por sus responsabilidades en la Fundación, él ha jugado un papel de importancia en esas relaciones.
Pero es probable que no sólo se fuera recomponiendo la red de alianzas con el centroderecha latinoamericano. También se recuperarían algunos de los caballos de batalla en materia internacional del PP. Uno es el apoyo a la oposición democrática cubana. Cuando presidió Nuevas Generaciones (la organización juvenil del partido) de la Comunidad de Madrid, Casado viajó a Cuba para reunirse con miembros de la disidencia en el interior del país.