Redacción (ALN).- El hígado graso es la acumulación anómala de grasas al interior de las células, es por ello, que hay que tener en cuenta esta enfermedad ya que es una de las complicaciones más comunes.
Es una enfermedad a la cual hay que prestarle atención, debido a que es el detonante para el desarrollo de enfermedades hepáticas avanzadas.
Para confirmar el diagnóstico, los especialistas deben practicar una biopsia hepática, sin embargo, también deben saber los antecedentes de las personas, concretamente aquellos relacionados con sus hábitos de vida.
Dependiendo de ello, en cada persona el desarrollo de la enfermedad es relativo. Por un lado, puede que el hígado no se inflame, pero en algunos pacientes esto si ocurre. ¿Qué implica ello? Cuando éste órgano aumenta su volumen, el organismo queda vulnerable ante esteatohepatitis, fibrosis o cirrosis. Cualquiera de los tres tipos radica en un daño grande en el tejido de los hígados, afectando por ende las células hepáticas.
El hígado graso puede presentarse por dos formas: la primera es de corte alcohólico. Como su nombre lo menciona, la causa radica en la ingesta inadecuada de licor. Esta enfermedad es frecuente en aquellas personas con cuadros de alcoholismo.
Por otro lado, está el hígado graso no alcohólico, el cual ocurre por malos hábitos alimenticios, principalmente por el consumo de sustancias dañinas, tales como los que son carentes de vitaminas, ultra procesados, excesivos en azúcar o altos en colesterol. Cuando su ingesta se vuelve habitual, paulatinamente el hígado se ve obligado en la necesidad de forzarse para eliminar los residuos.
Los tratamientos para combatir el hígado graso son relativos. Dependiendo de la raíz del problema y el grado de desarrollo que tengan, es necesario aplicar ciertos procedimientos. En el peor de los casos, una intervención quirúrgica es el único camino para darle alivio a los pacientes.
El hígado y la vitamina B12
Uno de los nutrientes necesarios para este propósito es la vitamina B12, la cual obligatoriamente debe estar a lo largo de toda la dieta.
Según los expertos, demostraron que la suplementación de vitamina B12 mezclada con folato restablece el proceso celular esencial del hígado (autofagia), por lo que las células recuperan su vitalidad. Además, los resultados apuntan a que complementar la dieta en los modelos preclínicos con vitamina B12 y ácido fólico aumenta los niveles de sintaxina 17 en el hígado, restablece su función en la autofagia, ralentiza la progresión de la EHNA y revierte la inflamación y la fibrosis del hígado.
Con información de Semana