Antonio José Chinchetru (ALN).- Donald Trump y Rex Tillerson dan a Colombia una prioridad absoluta sobre el resto de América en términos de cooperación. Destinarán 264 millones de dólares a ese país. Es casi la cuarta parte del presupuesto del Departamento de Estado de EEUU asignado a ayuda exterior para América Latina y el Caribe.
Colombia ocupa un lugar destacado en la agenda latinoamericana de Donald Trump y el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson. Esta prioridad se ve reflejada en la propuesta de presupuestos para el año fiscal 2019 (que arranca el 1 de septiembre de 2018), presentada por el Departamento de Estado al Senado de Estados Unidos. Bogotá es el mayor destinatario del dinero que se dedicará a cooperación en diversas materias, incluida la militar y la lucha contra las drogas, con América Latina y el Caribe.
El Departamento de Estado ha presupuestado 1.100 millones de dólares para América Latina y el Caribe destinados a “romper el poder de las redes y organizaciones criminales trasnacionales; ayudar a cerrar las vías ilícitas de inmigración irregular y bienes; afrontar las oportunidades económicas insuficientes, la gobernanza débil y la insuficiente seguridad”, según una nota de prensa enviada por la institución.
Esa cantidad resulta de sumar las diferentes partidas específicas contempladas en las diversas áreas de cooperación que figuran en los presupuestos. Colombia es el destino de 246,4 millones de euros, el 24,64% del total presupuestado para el Hemisferio Occidental (el continente americano).
La mayor partida destinada a Colombia son 125 millones de dólares que corresponden a los programas de Control Internacional de Narcóticos y Aplicación de la Ley
La mayor partida destinada a Colombia son 125 millones de dólares que corresponden a los programas de Control Internacional de Narcóticos y Aplicación de la Ley (Incle, por sus siglas en inglés). Ese dinero estará dedicado a hacer frente “a las amenazas específicas que plantean los fuertes aumentos en el cultivo de coca” en el país. Supone casi la tercera parte del presupuesto del Incle con destino a América Latina y el Caribe, que suma 390 millones de dólares.
El país americano al que se destina el segundo monto más abultado, 56 millones de dólares, es México. Le siguen Perú (27 millones de dólares) y Haití (ocho millones de dólares). Los 174 millones restantes están presupuestados para el conjunto de la región.
A los programas Incle le sigue en importancia el Fondo para Apoyo Económico y Desarrollo, que destina a Colombia 100 millones de euros (de un total de casi 516 millones de dólares para el conjunto de la región). El objetivo es reducir la llegada de drogas de ese país a EEUU y “apoyar los esfuerzos de Colombia para implementar un acuerdo de paz sostenible e inclusivo”. El esfuerzo se centrará en las zonas más afectadas por el conflicto con las FARC. Las actividades “ampliarán el acceso a la justicia y los derechos humanos, fortalecerán las capacidades del gobierno local para proporcionar servicios públicos, fomentarán la reconciliación entre los afectados por el conflicto, desarrollarán la capacidad de la sociedad civil y aumentarán el desarrollo económico rural”, según afirman los presupuestos.
Los siguientes países que recibirán una mayor cuantía de estos fondos son Guatemala (65,6 millones de dólares), Honduras (65 millones de dólares) y El Salvador (65 millones de dólares). Se trata de naciones donde las redes internacionales de tráfico de personas y drogas con destino a EEUU son muy activas. El desarrollo económico de estos países es, por tanto, una prioridad de la Administración de Donald Trump para frenar la actividad de esos grupos criminales en la zona.
Cooperación militar
Los otros 21,4 millones de dólares de cooperación que Estados Unidos destinará directamente a Colombia con programas específicos para ese país corresponden al terreno militar. 20 millones de dólares irán a Financiación Militar Extranjera (MFM, por sus siglas en inglés). Según el Departamento de Estado, el objetivo es que el Gobierno colombiano “pueda proteger su territorio soberano, contrarrestar eficazmente el crimen organizado transnacional y las amenazas marítimas, adoptar normas internacionalmente aceptadas en derechos humanos, mejorar la interoperabilidad con los Estados Unidos, ayudar en la reforma del sector de seguridad y participar en la región y más allá para avanzar en la estabilidad y la seguridad”.
Colombia es el único país de América Latina y el Caribe que recibe Financiación Militar Extranjera de EEUU
La MFM se traducirá en la provisión de bienes y servicios al ejército colombiano, pero también en el entrenamiento de las fuerzas terrestre, aérea y marítima, así como en formación específica en materias como desminado e ingeniería. Colombia es el único país de América Latina y el Caribe que recibe este tipo de financiación, destinada sobre todo a Oriente Medio (principalmente, pero no sólo, a Israel y Egipto).
No ocurre lo mismo con los presupuestos de Formación y Entrenamiento Militar Extranjero (IMET, por sus siglas en inglés), que destinan 1,4 millones a Colombia. Más de 20 países de América Latina y el Caribe son los receptores de estas actividades, presupuestadas con algo más de 11 millones de dólares para el conjunto de la región. Por delante del país presidido por Juan Manuel Santos se sitúa México (1,5 millones de dólares). En tercer lugar, figura Honduras, con 750 millones de dólares.
Los programas IMET no sólo buscan “mejorar el liderazgo y la capacidad técnica de las naciones aliadas para proteger el territorio nacional y las fronteras marítimas”. También se enfocan, según recogen los presupuestos del Departamento de Estado, “en profesionalizar las fuerzas de defensa, institucionalizar el respeto por los derechos humanos y el Estado de derecho”.
Al margen de todas estas partidas destinadas de forma específica a Colombia, el país suramericano se verá beneficiado por otras que no están desagregadas por Estados. Un ejemplo de ello es el programa de Destrucción de Armas Convencionales (CWD, por sus siglas en inglés), que forma parte de la Asistencia Humanitaria y Estabilidad Regional. Cuenta con un presupuesto de casi 199 millones de dólares, una parte de los cuales se destinará a actividades de desminado en apoyo de los acuerdos de paz. Ningún otro país de América es destinatario de actividades CWD. Se concentran sobre todo en las zonas de Irak y Siria que estuvieron controladas por los terroristas del Daesh, Libia, Yemen y el Sudeste Asiático y el Pacífico.