Fernando Muñoz (ALN).- El último informe mundial sobre drogas plantea una dura derrota, por el momento, en la lucha contra la producción y comercialización. El número de consumidores ha crecido sustancialmente y algunos países como España quedan particularmente señalados, en este caso por el papel protagonista como puerta de entrada para los estupefacientes provenientes de Latinoamérica a Europa.
El documento publicado la semana pasada por la Agencia de Naciones Unidas sobre Drogas y Crimen (UNODC) trabaja sobre cifras del año 2017 y presenta la producción y tránsito de los estupefacientes más consumidos en todo el mundo. El informe refleja unas cifras demoledoras: a lo largo del año, un número estimado de 271 millones de personas con edades comprendidas entre los 15 y los 64 años han consumido drogas. Es decir, un 5,5% de la población mundial (uno de cada 18 individuos) consumió drogas en algún momento.
Es especialmente significativo el cambio producido entre 2009 y 2017, con un 30% más de consumidores (61 millones) en sólo seis años. Además, también destaca la diversificación de las sustancias disponibles en el mercado de la droga. Además de aquellas basadas en plantas (canabbis, cocaína o heroína), la última década ha visto emerger el mercado de las drogas sintéticas y el uso de medicamentos de todo tipo sin prospecto. Como el propio informe destaca, “la mayor potencia y variedad de las drogas, así como su posible combinación, presentan un riesgo mayor”.
Es especialmente llamativo el papel que juega España en el mercado de la droga como país receptor y distribuidor de cocaína, el estimulante más consumido en América y en Europa con diferencia. Sólo en el año 2017 se produjeron 1.967 toneladas de esta droga, un incremento del 25% con respecto al año pasado, de los cuales España intercepta un 3,2% del total a través de sus puertos. Es una cantidad nada desdeñable teniendo en cuenta que los alijos capturados en Europa sólo representan el 11% del total mundial.
Así, la inmensa mayoría del material que reciben las costas españolas proviene de Latinoamérica: en el periodo 2013-2017, 74% de la cocaína provenía de Colombia, 21% de Perú y 4% de Bolivia.Venezuela es uno de los países más utilizados por los carteles colombianos para enviar la droga al continente europeo, al igual queEcuador. Del mismo modo, América del Sur también encabeza la producción de cannabis, acaparando el 38% del total mundial. Esto sucede a pesar de que el mercado de esta droga en concreto se encuentra en transición debido a los cambios en su condición jurídica en algunos países.
Otra de las lecturas que arroja el informe es la peligrosidad de ciertas drogas normalizadas para los consumidores. El uso no médico de tranquilizantes, por ejemplo, ocupa ya el primer lugar de las tres sustancias que más se consumen en 40 países, siendo más elevado su consumo en mujeres. Además, es habitual que los consumidores de estos medicamentos los combinen con otras drogas, como los opioides. De esta forma, el documento pone el foco sobre las prácticas irracionales de prescripción médica o la disponibilidad descontrolada de medicamentos sujetos a prescripción: “Su uso con fines no médicos ha perjudicado la salud pública e individual en muchas subregiones del mundo”.
En conclusión, atendiendo a los datos del informe, podría considerarse que la guerra contra las drogas está muy lejos de ganarse. En un mundo con un número de consumidores que crece exponencialmente, los responsables del estudio abogan por “ampliar la cooperación internacional para promover respuestas equilibradas e integradas en materia de salud y justicia penal a la oferta y la demanda de drogas”.