Redacción (ALN).- El éxodo venezolano supera los cinco millones de personas. Esto, sumado a la pandemia, ha provocado que cientos de miles de jóvenes se queden sin escuela, o lo que es lo mismo, sin futuro. Porque no hay arma más poderosa para el desarrollo que la educación. Por suerte, Colombia, Perú y Ecuador se han aliado con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia a fin de abordar la situación de 350.000 niños venezolanos.
La educación no puede esperar es un programa de 27 millones de dólares elaborado por Colombia, Perú y Ecuador junto con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia a fin de apoyar al éxodo venezolano. Concretamente a 350.000 niños y adolescentes que se han quedado sin escuela.
“El contexto en Venezuela ha forzado aproximadamente a cinco millones de refugiadas y refugiados e inmigrantes a dejar su país de origen, y a millones de niñas y niños a abandonar la escuela buscando seguridad en otros países de la región. Estos menores de edad ahora pueden continuar su educación en sus comunidades receptoras, brindándoles protección y esperanza para su futuro. Esto es precisamente lo que necesitan ahora. Su educación no puede esperar hasta que esta prolongada crisis termine”, dijo la coordinadora del programa, Yasmine Sherif, en un comunicado de la ONU.
El objetivo final es ofrecer educación a los niños venezolanos durante al menos tres años. Aunque para ello los 27 millones de dólares con los que cuentan no son suficientes. De ahí que demanden 70,5 millones adicionales.
“Estas inversiones multianuales abordan tanto las necesidades humanitarias inmediatas como también el fortalecimiento del sistema educativo. Juntos podemos hacer una diferencia ahora y al mismo tiempo marcar el camino para el futuro”, agregó Sherif.
El programa tiene especificaciones para cada país:
En Colombia. Este es el país con más migrantes venezolanos. Entre 2015 y 2020 al menos 2,4 millones de venezolanos han cruzado la frontera. Aunque Colombia permite que todos los menores venezolanos se matriculen en su sistema educativo, este ya no da más. “La capacidad de absorción se ha vuelto insuficiente en las escuelas, con limitaciones financieras severas, falta de materiales de instrucción y aprendizaje, y la discriminación y xenofobia mantienen a muchas y muchos fuera de los ámbitos escolares”, advirtió la ONU. De ahí que Colombia demande 12,4 millones de dólares del programa para cubrir las carencias del sistema educativo y que este siga acogiendo migrantes.
En Ecuador. En los últimos cinco años este país ha acogido a 1,5 millones de venezolanos. También le ha abierto las puertas de sus escuelas. Sólo en 2020 se han matriculado en la escuela 47.319 niños, un número que cuadriplica al registrado en 2015. Pero como pasa en Colombia, Ecuador no puede más, y el impacto es que aproximadamente 35.000 niños venezolanos no van a la escuela. Para que esto deje de ser así el país ha recibido una subvención de 7,4 millones de dólares por parte del programa.
En Perú. Los 7,4 millones de dólares restantes que dispone el fondo de la ONU irán hacia Perú. Según datos del Ministerio de Educación, 67.957 refugiados venezolanos no tienen escuela. Una situación que se estaría agravando con el coronavirus. “Las medidas de cuarentena asociadas han afectado particularmente a estos migrantes y los niños se enfrentan ahora a riesgos que se multiplican, como el hambre, la pobreza, el aumento de los problemas de salud mental y la violencia de género. Hay picos notables en el número de niñas desaparecidas, abusos, y embarazos precoces y no deseados”.