Pedro Benítez (ALN).- Colombia requiere ayuda urgente. Una enorme crisis humanitaria está en pleno desarrollo en ese país como producto de la masiva migración de venezolanos que huyen del colapso económico. Inevitablemente eso afectará la economía, alentará tensiones sociales y tendrá consecuencias políticas en el año que se elegirá un nuevo Congreso y al sucesor de Juan Manuel Santos.
300.000 sirios huyendo de la guerra civil en ese país provocaron una crisis migratoria en la Unión Europea. Se estima en más de un millón el número de venezolanos, o colombianos residentes en Venezuela, que han ingresado a Colombia en los últimos años.
En meses recientes ese flujo no sólo no ha disminuido sino que se está incrementando aceleradamente. La hiperinflación y el colapso total del bolívar van a lanzar a más venezolanos al otro lado de la frontera, no en las próximas semanas, sino en los próximos días.
Las recientes medidas del gobierno de Caracas imponiendo a las cadenas privadas que expenden alimentos vender con los precios de diciembre pasado les liquida sus costos de reposición. Eso, junto con la severa restricción de divisas impuesta, sólo tendrá una consecuencia: agravar la escasez de alimentos que padece el país. Justo cuando una ola de motines, saqueos y asaltos a vehículos de transporte y establecimientos de víveres sacude al país ( Leer más: El hambre ya empuja a Venezuela hacia la anarquía social).
La hiperinflación y el colapso total del bolívar van a lanzar a más venezolanos al otro lado de la frontera, no en las próximas semanas, sino en los próximos días
Venezuela le está exportando la crisis humanitaria a su vecino. Ya no son los ricos venezolanos adquiriendo inmuebles en Bogotá y Cartagena o haciendo inversiones, o profesionales de clase media y emprendedores ofreciendo sus servicios. Ahora están entrando a ese país, en condiciones desesperadas, los pobres, todos aquellos a los que la revolución chavista prometió redimir.
En 1980 la crisis de Mariel, protagonizada por 120.000 cubanos que llegaron a las costas de Florida, en Estados Unidos, constituyó un gravísimo problema para la administración de Jimmy Carter.
Pero lo sorprendente es la pasividad y falta de sentido de urgencia del gobierno del presidente Juan Manuel Santos ante esa realidad. Varios medios colombianos tienen meses reportando esta situación con bastante rigurosidad y advirtiendo las inevitables consecuencias que esta situación tendrá en ese país.
Colombia está recibiendo en muy poco tiempo una masa de población necesitada de alimentos, atención médica e ingresos económicos muy por encima de su capacidad (Leer más: Colombia mantendrá abierta su frontera para ayudar a los venezolanos).
A inicios de este siglo en Venezuela vivían más de tres millones de colombianos, hijos de colombianos o descendientes de colombianos, que se asentaron en el país a lo largo de varias décadas desde el inicio en 1948 de lo que en Colombia se denomina “La Violencia”. La última confrontación armada entre liberales y conservadores, y cuyas secuelas mutaron en la guerrilla campesina que se transformó en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Estamos hablando entonces de un proceso migratorio de cinco décadas.
Pues este año podría contabilizarse en más de un millón de personas las que hayan cruzado la frontera de Venezuela hacia Colombia, en su inmensa mayoría desde 2015. Muchos utilizándola como paso hacia otros países de Suramérica como Ecuador, Perú, Chile y Argentina. Pero probablemente la mitad quedándose en las ciudades colombianas.
Venezuela será un tema crucial en las elecciones colombianas
Si la comunidad internacional quiere atender la crisis humanitaria venezolana debe olvidarse de Venezuela y ayudar a Colombia, puesto que el gobierno del presidente Nicolás Maduro se niega admitir el problema. Que el gobierno del presidente Santos lo subestime lo hará doblemente catastrófico. Según reseña El País, en Naciones Unidas parece que las alarmas se encendieron.
El secretario general de esa organización, António Guterres, se puso a disposición del Gobierno colombiano a fin de movilizar la cooperación internacional necesaria en el esfuerzo humanitario de acogida.
Las ciudades colombianas de Maicao, Arauca y principalmente Cúcuta, fronterizas con Venezuela, requieren atención inmediata, tal como ha informado KonZapata.
Colombia está recibiendo en muy poco tiempo una masa de población necesitada de alimentos, atención médica e ingresos económicos muy por encima de su capacidad
Por otro lado, este amenaza con ser el tema de las cruciales elecciones colombianas de este año. Contrariamente al temor expresado desde sectores de la oposición venezolana, el denominado “castro-chavismo” no tiene ninguna posibilidad de conquistar electoralmente, ni en el corto ni en el mediano plazo, la Casa de Nariño, sede del Poder Ejecutivo colombiano.
Precisamente el ejemplo de Venezuela será el principal peso muerto que la izquierda de ese país cargará durante mucho tiempo. No obstante, esta crisis sí podría provocar la consolidación del expresidente Álvaro Uribe Vélez como el gran elector de la política colombiana. Tal como las FARC contribuyeron decisivamente a su elección como presidente en 2002.
El hoy senador es la bestia negra del chavismo. Más que cualquier otro líder opositor dentro de Venezuela, y él lo sabe. Por lo mismo explotará políticamente un tema que, a diferencia de los otros países de la región, sí es emocionalmente sensible para la mayoría y por tanto crucial de cara a las elecciones.
Además, el expresidente Uribe es el único político de primera línea del continente que ha puesto sobre la mesa una propuesta impensable y radical para enfrentar el tema venezolano.