Redacción (ALN).- La autopsia de Taylor Hawkins, el baterista de la banda de rock Foo Fighters, que fue hallado muerto en su habitación de hotel en Bogotá, reveló que había consumido al menos 10 drogas distintas, entre ellas antidepresivos, benzodiazepinas y opiáceos varios.
Asimismo, se informó que antes de morir fue atendido por un fuerte dolor en el pecho. «El Centro Regulador de Urgencias y Emergencias de la ciudad recibió el reporte sobre un paciente con dolor en el pecho en un hotel ubicado al norte de la ciudad», detalló la Alcaldía de Bogotá en un comunicado.
La Alcaldía agregó que envió una ambulancia al hotel donde se alojaba la banda de Seattle pero a la llegada del personal de socorro encontraron que ya había un equipo de una empresa de salud en el lugar.
Sin embargo, «la profesional en salud que atendió la emergencia indicó que realizó las respectivas maniobras de reanimación; sin embargo, no hubo respuesta y el paciente se declaró fallecido», puntualizó el comunicado.
Foo Fighters era una de las cabezas de cartel del Estéreo Picnic, donde su presentación estaba prevista para cerrar el primer día del festival, cuyos organizadores informaron el fallecimiento del baterista una hora antes de que subieran al escenario.
Hawkins, de 50 años, era una de las figuras más visibles de la banda junto al ex Nirvana Dave Grohl. En los conciertos solía dejar la batería para cantar clásicos del rock como Under Pressure, de Queen y David Bowie, o Rock n’ roll, de Led Zeppelin.
El baterista era adicto a las sustancias estupefacientes, algo que nunca ocultó. En 2001, sobrevivió a una sobredosis de heroína mientras estaba en una gira en Londres. En aquel momento cayó en coma y estuvo a punto de morir, pero tras varios días en estado grave se recuperó milagrosamente.
Con información de Marca y EFE.