Elizabeth Fuentes (ALN).- Dos argentinos, dos colombianos y un mexicano inventaron CookApp, la nueva aplicación que permite probar la cocina casera de Buenos Aires y pronto de Nueva York y San Francisco. Los jóvenes lanzaron la idea para que los turistas tengan la posibilidad de degustar aquellos platos que no llegan a los restaurantes y a precios mucho más accesibles de lo usual.
Lo que fue una revolución con el portal Airbnb, que permite alquilar una habitación en cualquier vivienda particular, ha sido superado ahora por aplicaciones destinadas a unir a los turistas gourmets alrededor de una mesa privada.
Una de ellas, CookApp, fue creada por cinco latinoamericanos y no está dirigida a buscar pareja sino a aquellos comensales que quieran compartir una buena mesa y disfrutar la sazón casera en las distintas cocinas de las ciudades que visiten.
La oferta va desde jazz con cocina cajún hasta sabores tailandeses o rusos
El propósito, de la mano de los hermanos argentinos Tomás y Magdalena Bermúdez, el mexicano Pedro Rivas y los colombianos Diego Fejgelis y Carlos Jerez, surgió de su propia experiencia en el placer de cocinar en casa e invitar a los amigos, una rica costumbre latinoamericana que comienza a expandirse en algunos países europeos adonde ha llegado la inmigración suramericana. Y si a ello le agregamos que el turismo gourmet crece cada día, que ya existen diversas agencias de viajes dedicadas a ello y algunas hasta ofrecen clases de cocina en determinados países, pues el éxito de la aplicación estaba bastante asegurado.
“CookApp es un sitio web y también una aplicación que une a la gente que le gusta comer bien con gente a la que le gusta cocinar. Desde allí los usuarios pueden reservar un lugar para comer en la casa de chefs profesionales o amateurs”, señalan en el portal.
Pero todos los involucrados -cocineros y comensales- pasan por un filtro. Cuando el interesado en cocinar se postula, tras llenar un sencillo formulario que se consigue en la web, es visitado por representantes de la empresa para averiguar qué tan bien cocina, cómo es la casa donde van a ir los clientes y si tienen experiencia en recibir gente en su mesa. Luego les toman fotos a los platos que el chef piensa ofrecer y si todo sale bien, ya es considerado un anfitrión más y puede exhibir su foto y su propuesta en el amplio menú que tiene CookApp.
Comer, viajar, conocer gente
Hasta ahora, la posibilidad de comer como en casa a través de la aplicación está limitada a algunas ciudades en Argentina, aunque prometen que dentro de poco la posibilidad se ampliará a Nueva York, San Francisco y las ciudades más importantes de Europa.
Hasta ahora existen al menos seis aplicaciones similares, como VoulezvousDiner, Mealsharing, Eatwith o Vizeat, todas más o menos similares a la creada por los latinoamericanos, con mucho mayor alcance, pero con menor presencia en la región.
Bajar la aplicación de CookApp por Itunes es gratis y, en promedio, las comidas ofrecidas llegan a un precio máximo de 30 dólares, que suele incluir una copa de vino o cerveza, aunque algunos chefs también ofrecen clases a domicilio por 150 dólares el curso.
El turismo gastronómico crece a escala planetaria
Solo en Buenos Aires, la oferta va desde comida tailandesa hasta rusa, árabe o africana. Algunos prometen una noche de jazz y comida como en New Orleans y otros asado argentino o comida brasileña al compás de una cantante. Hay mesas privadas o compartidas y el pago se pide en efectivo.
“Nos guiamos por tres pilares -dicen los fundadores de la aplicación-, la experiencia es más importante que la comida. Sonrisas, abrazos y desafíos crean la anti-rutina perfecta, y el camino es mucho más importante que el objetivo”.
Eso sí: el que quiera ganarse un dinero cocinando en casa, debe asomarse primero a la historia de cada uno de los que ya han sido elegidos por CookApp, porque cada currículum asombra, de lo bien preparados que están en lidiar con ingredientes, ollas y sabores.